La ética o filosofía moral de Kant
Kant
considera que todos en nuestra vida actuamos guiados por una serie de
imperativos que nos ordenan realizar una determinada acción, de
estos imperativos distingue entre aquellos a los que denomina
hipotéticos y el imperativo categórico. De acuerdo con Kant, el
imperativo categórico es el único que constituye a las acciones por
el determinadas, en acciones éticas o acciones morales. El
imperativo hipotético es el que tiene forma condicional, esto es el
que nos ordena hacer algo para obtener a cambio un determinado bien,
en cambio, el imperativo categórico es el que nos ordena hacer algo
de manera incondicional guiados únicamente por el deber para Kant,
los imperativos hipotéticos no hacen que una acción sea ética
porque quien actúa guiado por ellos lo hace no por el echo de hacer
una buena acción, sino para conseguir algo a cambio. De este modo,
es un imperativo hipotético el que nos dice: “si quiere no pasar
necesidad en la vejez”, tienes que ahorrar en la juventud. Pero si
por ejemplo, alguien se pasea al lado de un río y ve que alguien se
está ahogando y se tira a salvarlo porque su religión se lo manda,
estaría actuando conforme con un imperativo hipotético. Del mismo
modo si una persona ayuda a un compañero a estudiar matemáticas
porque a su vez el compañero te va a ayudar a ti a estudiar
historia, también estaría actuando guiado por un imperativo
hipotético y si otro compañero ayuda al otra a estudiar física
porque a cambio este le va a dejar la moto, estamos igualmente
actuando guiados por un imperativo hipotético. Los imperativos
hipotéticos constituyen una moral heterónoma, y en cambio el
imperativo categórico constituye una moral autónoma.
Moral
heterónoma quiere decir que la persona actúa guiada por finalidades
ajenas a la ética, en cambio, en la moral autónoma, la persona
actúa éticamente porque se da así misma las leyes que guían su
conducta. Los casos de la moto, de quien se tira al agua porque Dios
se lo pide o del alumno que ayuda a su compañero que ayudar
matemáticas para que este le ayude a estudiar historia, son casos de
moral heterónoma. Según Kant, la ética anterior a él es un tipo
de éticas de bienes en las que rige el imperativo hipotético. Para
Kant, las personas que están guiadas por el imperativo categórico
deben de actuar de tan manera que lo que quieran para ellos, han de
quererlo para los demás y que en sus acciones los seres humanos han
de ser tomados como fines pero no como medios. Kant no nos dice qué
es lo que debemos hacer para actuar éticamente, que el imperativo
categórico tan solo nos ordena actuar guiados por el deber y que las
máximas que guían nuestras acciones nos digan que lo que queremos
para nosotros hemos de quererlo para todos universalmente y que lo
que queramos para los demás también lo hemos de querer para
nosotros. Kant considera que el ser humano ha de ser tomado como un
fin y no como un medio, ya que a su juicio los hombres tienen
dignidad pero, no se les puede poner precio. De modo que cuando
actuamos guiados por el imperativo hipotético lo que hacemos es
poner precio a los demás. Por ejemplo, cuando alguien se tira a
salvar a una persona que se está ahogando porque se lo pide su
religión, le está poniendo un claro precio a la persona a la que va
a rescatar, este precio es la felicidad que promete la religión con
la vida eterna. De igual modo, el estudiante que ayuda a su compañero
con la esperanza de que este le deje la moto le está poniendo precio
al compañero al que ayuda, ese precio es su moto, lo que con ella se
puede conseguir.
Kant
nos dice que el imperativo categórico no nos da necesariamente la
felicidad, lo único que quien actúa siguiendo las máximas del
imperativo categórico es digno de la felicidad, esto es, tiene
derecho a esperar ser feliz y es aquí donde Kant vuelve a introducir
las nociones de yo, de mundo y de libertad.
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