domingo, 29 de mayo de 2016

Inmanuel Kant (II) La ética

La ética o filosofía moral de Kant

Kant considera que todos en nuestra vida actuamos guiados por una serie de imperativos que nos ordenan realizar una determinada acción, de estos imperativos distingue entre aquellos a los que denomina hipotéticos y el imperativo categórico. De acuerdo con Kant, el imperativo categórico es el único que constituye a las acciones por el determinadas, en acciones éticas o acciones morales. El imperativo hipotético es el que tiene forma condicional, esto es el que nos ordena hacer algo para obtener a cambio un determinado bien, en cambio, el imperativo categórico es el que nos ordena hacer algo de manera incondicional guiados únicamente por el deber para Kant, los imperativos hipotéticos no hacen que una acción sea ética porque quien actúa guiado por ellos lo hace no por el echo de hacer una buena acción, sino para conseguir algo a cambio. De este modo, es un imperativo hipotético el que nos dice: “si quiere no pasar necesidad en la vejez”, tienes que ahorrar en la juventud. Pero si por ejemplo, alguien se pasea al lado de un río y ve que alguien se está ahogando y se tira a salvarlo porque su religión se lo manda, estaría actuando conforme con un imperativo hipotético. Del mismo modo si una persona ayuda a un compañero a estudiar matemáticas porque a su vez el compañero te va a ayudar a ti a estudiar historia, también estaría actuando guiado por un imperativo hipotético y si otro compañero ayuda al otra a estudiar física porque a cambio este le va a dejar la moto, estamos igualmente actuando guiados por un imperativo hipotético. Los imperativos hipotéticos constituyen una moral heterónoma, y en cambio el imperativo categórico constituye una moral autónoma.

Moral heterónoma quiere decir que la persona actúa guiada por finalidades ajenas a la ética, en cambio, en la moral autónoma, la persona actúa éticamente porque se da así misma las leyes que guían su conducta. Los casos de la moto, de quien se tira al agua porque Dios se lo pide o del alumno que ayuda a su compañero que ayudar matemáticas para que este le ayude a estudiar historia, son casos de moral heterónoma. Según Kant, la ética anterior a él es un tipo de éticas de bienes en las que rige el imperativo hipotético. Para Kant, las personas que están guiadas por el imperativo categórico deben de actuar de tan manera que lo que quieran para ellos, han de quererlo para los demás y que en sus acciones los seres humanos han de ser tomados como fines pero no como medios. Kant no nos dice qué es lo que debemos hacer para actuar éticamente, que el imperativo categórico tan solo nos ordena actuar guiados por el deber y que las máximas que guían nuestras acciones nos digan que lo que queremos para nosotros hemos de quererlo para todos universalmente y que lo que queramos para los demás también lo hemos de querer para nosotros. Kant considera que el ser humano ha de ser tomado como un fin y no como un medio, ya que a su juicio los hombres tienen dignidad pero, no se les puede poner precio. De modo que cuando actuamos guiados por el imperativo hipotético lo que hacemos es poner precio a los demás. Por ejemplo, cuando alguien se tira a salvar a una persona que se está ahogando porque se lo pide su religión, le está poniendo un claro precio a la persona a la que va a rescatar, este precio es la felicidad que promete la religión con la vida eterna. De igual modo, el estudiante que ayuda a su compañero con la esperanza de que este le deje la moto le está poniendo precio al compañero al que ayuda, ese precio es su moto, lo que con ella se puede conseguir.


Kant nos dice que el imperativo categórico no nos da necesariamente la felicidad, lo único que quien actúa siguiendo las máximas del imperativo categórico es digno de la felicidad, esto es, tiene derecho a esperar ser feliz y es aquí donde Kant vuelve a introducir las nociones de yo, de mundo y de libertad.

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