- Socialismo utópico (Robert Owen, Charles Fourier)
- Socialismo marxiasta o científico (Karl Marx, Engels)
- Anarquismo (Mijaíl Bakunin)
- Socialismo Fabiano
SOCIALISMO UTÓPICO
Para
entender el socialismo tenemos que colocarnos en el contexto de la
primera revolución industrial, la cual hizo que entorno a las minas
y a las grandes fábricas se formaran grandes bolsas de pobreza y
además una nueva clase social, los que se llaman: el proletariado,
formado fundamentalmente por los obreros asalariados que trabajan en
las minas y en las fábricas los cuales, en la primera mitad del s.
XIX vivían en unas condiciones infrahumanas. Como respuesta esta
situación surge el pensamiento socialista el cual abogaba, según el
tipo de socialismo que se tratara, por el reparto de los bienes o de
los medios de producción entre la población en general.
El término utópico le fue puesto por el propio Marx, los socialistas utópicos consideraban que el hombre es bueno por naturaleza y que por tanto, basta con explicarle lo ventajoso que es socialismo para que por su propia iniciativa lo ponga en práctica, algunos socialistas utópicos como: Owen o Fourier intentan poner en práctica sus ídeas, generalmente en América, pero sus intentos fracasaron.
SOCIALISMO MARXISTA
Es el elaborado por Marx y Engels. Marx considera que el socialismo no se podía conseguir por medios pacíficos, pues aquellas personas que tienen los medios de producción y la propiedad, por mucho que se les hable de las ventajas del socialismo no van a renunciar a sus bienes, de ahí que el socialismo solo se pueda acceder por medios violentos. Marx considera que el socialismo solo podía ser implantado por medio de la revolución, pero para llevar a cabo dicha revolución antes hay que esperar a que las circunstancias sean propicias, es decir, no se puede implantar la revolución sin un adecuado estado de la realidad, de las tendencias sociales, desarrollo de la historia etc. Porque cuando la revolución se intenta llevar a cabo antes de lo debido la revolución queda condenada al fracaso. Marx elaboró una teoría filosófica conocida como "materialismo histórico" según la cual, el motor de la historia está en los esfuerzos hechos por los seres humanos para distribuir los bienes que necesitan para vivir, en este proceso los hombres, aunque hacen la historia no eligen la posición que ocupan. Marx distingue: por un lado la infraestructura o base económica y por otro, la superestructura constituida por las formas de consciencia, es decir, las ideas que tiene los hombres acerca del mundo.
La infraestructura está constituída por la religión, arte etc. Para entender la superestructura hay que comprender la infraestructura, ya que para Marx la infraestructura determina la superestructura. Al conjunto formado por las relaciones de producción y las fuerzas productivas, Marx lo llama infraestructura. A la infraestructura propia de cada época histórica, Marx lo llama modo de producción.
El modo de producción burgués o capitalista empieza a desarrollarse en los inicios de la Edad Moderna. Y a medida que crece la burguesía como clase social, que se opone al feudalismo. En principio, la burguesía es una clase social progresista, ya que ha juicio de Marx, sus intereses vienen a coincidir con los intereses de la humanidad ya que es la clase que al principio de la Edad Moderna defiende la libertad de reunión de alto, de comercio, de elección política, frente a los señores feudales. Sin embargo, a medida que avanza el s. XIX y comienza la revolución industrial, el afán por acumular capital hace que la burguesía se enriquezca a coste de la clase productora de bienes, esto es a costa del proletariado, de tal manera que cada vez serían menos las personas que se van enriqueciendo y más las que se van empobreciendo. De este modo llegará un momento en el que entre la burguesía y el proletariado se formará un antagonismo tal, que solo podrá ser resuelto por medio de una revolución protagonizada por el proletariado, la cual iría seguida por un periodo de dictadura del proletariado en el cual se iría preparando el último periodo de la historia, esto es el periodo de la sociedad sin clases y del socialismo, en el cual los medios de producción pasen a ser propiedad colectiva. Según Marx la revolución social habría de producirse en un país industrialmente avanzado, por ejemplo: Inglaterra.
A partir del pensamiento de Marx surgen dos interpretaciones; por un lado la de Lenin, que estaría en la base de la revolución Rusa y que daría lugar al pensamiento comunista propiamente dicho. Según el cual habría que esperar a llevar a cabo la revolución que rompiera definitivamente con la política y el modelo de vida burgués.
Y por otra parte surge otra interpretación que dio lugar a la social-democracia. Y es que a medida que avanza el s. XX y se vio que la clase obrera en lugar de empobrecerse como decía Marx, iba mejorando muy lenta y paulatinamente sus condiciones de vida. Los partidos socialistas occidentales, especialmente el alemán, elaborarán la teoría según la cual los obreros a la espera de que se dieran las condiciones idóneas para el socialismo tenían que entrar en el juego político burgués, es decir, en la vida parlamentaria formando partidos políticos que se presentarían a las elecciones para desde dentro del sistema de partidos ir presentando propuestas conducentes a la formación de leyes que mejorasen las condiciones de trabajo y de vida en general de los trabajos.
No toda la social-democracias parte de una clara raíz marxista, sí que es marxista la social-democracia alemana, sin embargo, la social-democracia inglesa representada por el partido laborista no es marxista, lo es solo en una pequeña medida, proviene más bien del socialismo fabiano. El socialismo sueco y noruego tampoco parte del marxismo, la social-democracia que se empieza a extender tímidamente por algunos países europeos después de la I Guerra Mundial está en la base de los que conocemos como Estado del bienestar o Estado de derecho, el cual se caracteriza por el hecho de que los gobiernos además de proteger los derechos que hemos denominado, de la 1ª generación; también se comprometen a defender los derechos sociales o de la 2ª generación. Pues la social-democracia considera que los derechos de la 1ª generación solo se cumplen cuando también son efectivos los derechos de la 2ª generación, los cuales serían como condiciones materiales indispensables para que se produzcan los derechos de la 1ª generación. Así pues, el Estado de bienestar es aquel que garantiza a los ciudadanos no solo el derecho a las libertades políticas y de prensa y de integridad física, sino también a los derechos sociales como: la educación gratuita, la sanidad gratuita, pensiones de viudedad, subsidios contra accidentes o enfermedades; igualmente: las jubilaciones, las vacaciones pagadas, el trabajo digno etc.
Para poder llevar a cabo esto, la social-democracia implanta un modelo de impuestos progresivos según el cual cada ciudadano paga impuestos en función de sus ingresos, cuanto mayor sea la renta de una persona, más impuestos paga, de manera que, la riqueza de los que más tengan pueda redundar en beneficio de los más desfavorecidos y del bien común. La riqueza se redistribuye para poder dotar a todos los ciudadanos de educación, sanidad etc. El Estado de bienestar se implanta en la Europa occidental después de la II Guerra Mundial, siendo Inglaterra y los países nórdicos el modelo más significativo. En España se implanta después de los años 70 y del advenimiento de la democracia. No solo son los partidos social-demócratas los artífices del Estado de bienestar pues, en un principio muchos partidos de derechas también lo admiten, aunque no esté el Estado de bienestar en sus principios políticos. Por ejemplo: en Inglaterra el Estado de bienestar se levantó por el partido laborista en su gobierno entre 1945-1951, pero los conservadores cuando accedieron al poder en el 51 respetaron la mayoría de las medidas adoptadas por el partido laborista.
Y es que tras la II Guerra Mundial se había extendido la idea de que el surgimiento del fascismo, la gran depresión y en cierto modo, la guerra misma, se habían producido por las diferencias de un sistema económico que no protegía a los ciudadanos frente a las grandes crisis económicas. Con la crisis del 73 se empezó a cuestionar el Estado de bienestar llegando al poder políticas como por ejemplo Margaret Thatcher en Inglaterra que empezaba a desmontar el Estado de bienestar.
Y es que tras la II Guerra Mundial se había extendido la idea de que el surgimiento del fascismo, la gran depresión y en cierto modo, la guerra misma, se habían producido por las diferencias de un sistema económico que no protegía a los ciudadanos frente a las grandes crisis económicas. Con la crisis del 73 se empezó a cuestionar el Estado de bienestar llegando al poder políticas como por ejemplo Margaret Thatcher en Inglaterra que empezaba a desmontar el Estado de bienestar.
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