Ejercicio 1
Crisis de subsistencias: situación en la que una
escasa producción agrícola, de alimentos provoca su encarecimiento
como consecuencia también, una insuficiencia alimentaria de la
población.
Las crisis de subsistencias podían deberse a dos tipos
de causas, unas coyunturales: malas condiciones climáticas o
estructurales o permanentes: como el atraso técnico de la
agricultura que repercutía en bajos rendimientos.
Enfermedades periódicas: son brotes contagiosos
que se dan en una población o zona concreta en un periodo
determinado.
Enfermedades endémicas: están siempre presentes
de forma permanente como la tuberculosis en la España del siglo XIX.
Régimen demográfico antiguo: crecimiento lento
de la población debido a las altas tasas de natalidad y mortalidad.
Por lo tanto el crecimiento natural o vegetativo es muy bajo. Este
modelo está asociado a economías básicamente agrarias.
Régimen demográfico moderno: se caracteriza por
un crecimiento de la población lento o nulo, pero por tasas bajas de
natalidad y de mortalidad. Está asociado a países desarrollado.
Modelo europeo de transición demográfica: es el
modelo que describe lo que ocurrió en Europa del paso del régimen
demográfico antiguo al moderno. Pasa por dos fases: la primera la
mortalidad desciende rápidamente, pero la natalidad se mantiene
alta, por lo que la población aumenta a un ritmo acelerado; en la
segunda fase es la natalidad la que disminuye rápidamente hasta
colocarse ligeramente por encima de la ya muy baja mortalidad.
Revolución agrícola: proceso
que precede a la revolución industrial y que consiste en el
desarrollo y modernización de la agricultura en el sentido en el que
el nivel de producción crece por encima del nivel de subsistencias,
y permite el trasvase de mano de obra del campo a la ciudad.
Ejercicio 2
En España se aprecia un crecimiento lento de la población a lo
largo del S. XIX en comparación con otras países europeos. Debido
que aunque aquí la tasa de natalidad seguía siendo de las más
altas de Europa, también la mortalidad era muy elevada.
Los factores que elevaban la mortalidad eran tres: 1. Crisis de
subsistencias, coincide que cada vez que hay escasez de trigo, que
era la base de la alimentación, hay un aumento de la mortalidad.
Estas crisis de subsistencias podían deberse a las malas condiciones
climáticas o al atraso técnico de la agricultura, esto conllevaba
un bajo rendimiento de la agricultura, no había alimentos
suficientes para toda la población. 2. Enfermedades endémicas 3.
Enfermedades periódicas.
En España la transición del régimen demográfico antiguo al
régimen demográfico moderno, salvo en Cataluña, no comenzó hasta
el S. XX.
Ejercicio 3
Cataluña
ya en la segunda mitad del siglo XVIII había iniciado la
industrialización, desmarcándose del atraso económico general del
resto de Europa. De este modo, la población catalana va a iniciar su
propia transición al régimen demográfico moderno, similar al de
los países europeos más adelantados. La causa de esta diferencia es
evidente, mientras que en el resto de España la proporción de
población campesina a penas varió en el S. XIX. Sin embargo en
Cataluña, la población agrícola descendió constantemente y fue
ese trasvase a las ciudades, a trabajar en las industrias.
Ejercicio 4
La desamortizaciones no fueron concebidas en
ningún momento como una reforma agraria de carácter social, sino
como una medida económica de carácter esencialmente fiscal. Uno de
los objetivos prioritarios era disminuir la deuda pública para
sanear la hacienda. La opinión general es que esta desamortización
no cambió para nada la estructura de la población, siguió habiendo
latifundios, siguió habiendo propiedades de tipo medio etc. Porque
en la medida en que las tierras fueron vendidas en pública subasta a
los mejores postores, los compradores fueron gente adinerada y no
campesinos pobres, pero sí hubo un cambio de propietarios. Esas
propiedades que eran de la iglesia, al ser vendidas en pública
subasta, pasarán a ser de la burguesía mayormente.
La consecuencia más importante de las
desamortizaciones, desde el punto de vista económico, va a ser la
puesta en cultivo de grandes extensiones de tierra. Todas aquellas
tierras que estaban sin cultivar se van a poner en cultivo. Este
hecho fue fundamental para incrementar la producción y así
satisfacer la demanda creciente de alimentos derivada del incremento
de la población.
Ejercicio 5
La agricultura española se basaba en la trilogía
mediterránea: trigo, vid y olivo. El estancamiento de la agricultura
se debió a varias causas relacionadas entre sí: 1º los aranceles
del trigo, que se mantuvieron altos durante toda la centuria para
proteger el sector agrícola cerealista arcaico y estancado que, al
no sufrir el empuje de la competencia, pudo mantenerse rentable para
los propietarios de la tierra, a pesar de los bajos rendimientos y de
utilizar excesiva cantidad de mano de obra. La tierra y la mano de
obra se van a infrautilizar en el sector cerealista, cuando habrían
sido más productivas con otro tipo de agricultura como la
hortofrutícola mediterránea.
Ejercicio 6
Cataluña fue la única zona donde la
industrialización se originó a partir de capitales autóctonos. La
prosperidad de la industria algodonera catalana se debió
fundamentalmente a tres razones: 1º la posición de ventaja con que
partía, 2º La iniciativa empresarial de la burguesía catalana que
supo modernizar sus industrial y 3º La protección arancelaria que
le permitió orientar su producción al mercado nacional sin la
competencia inglesa, así como a Cuba y a Puerto Rico.
En cuanto al sector lanero, a lo largo del S. XIX
pasó a un segundo plano, relegado por la industria algodonera, y se
desplazó de los centros tradicionales en las zonas ganaderas de
Castilla y León, para concentrarse en industrias modernas en las
ciudades de Sabadell y Tarrasa, cuya proximidad a Barcelona era
ventajosa: 1º El fácil intercambio de obreros, ingenieros y
empresarios con las fábricas algodoneras de la región, 2º El
desarrollo comercial y crediticio de la ciudad de Barcelona y 3º La
facilidad para la importación de la lana y el carbón a través del
puerto de Barcelona.
La siderurgia. La inexistencia en España de buen
carbón y de demanda suficiente explica el desarrollo accidentado de
la siderurgia, cuya localización fue cambiando a lo largo del siglo,
por lo que se pueden distinguir tres etapas: 1 Etapa andaluza, hasta
los años sesenta, en torno a Málaga. Se basaba en la explotación
de hierro de la zona. Su inconveniente era la falta de carbón
mineral. Su apogeo se debió a las guerras carlistas, que impedían
la explotación de la minería del norte. 2 La etapa asturiana en
torno a las cuencas carboníferas de Mieres y Langreo. 3 La etapa
vizcaína que inició un crecimiento sostenido a partir de la
Restauración. La clave del éxito estuvo en el eje comercial
Bilbao-Gales. Bilbao exportaba hierro y compraba carbón galés, más
caro, pero de más calidad y, por tanto, más rentable que el
asturiano.
La minería. España era rica en reservas de
hierro, plomo, cobre, mercurio y cinc. La proximidad de los
yacimientos a zonas portuarias facilitaba su transporte. La
explotación de la riqueza minera española no alcanzó su pleno
apogeo hasta el último cuarto del siglo, cuando se convirtió en uno
de los sectores más activos de la economía nacional. Existen varias
razones que explican la inactividad minera durante gran parte del
siglo: 1º La falta de capitales y de conocimientos técnicos. 2º La
inexistencia de una demanda suficiente de estos minerales, debido al
atraso económico español. 3º Una legislación (la Ley de minas de
1825) que ponía demasiados obstáculos a la iniciativa empresarial
privada y declaraba las minas propiedad de la Corona. Estas
circunstancias cambiaron a partir de la Revolución de 1868. 1º La
Ley de bases sobre minas 1868 simplificaba la adjudicación de
concesiones y ofrecía muchas seguridades a los concesionarios. 2º
Había aumentado considerablemente la demanda internacional de los
productos mineros. 3º Se hicieron cargo de la explotación minera
sobre todo compañías extranjeras, que extraían los minerales para
su exportación en bruto a sus países de origen. España se
convirtió en exportadora de materias primas: fundamentalmente plomo,
mercurio, cobre y hierro, que a finales de siglo representaban uno de
los capítulos más importantes de la balanza comercial española.
Ejercicio 7
El proceso de industrialización en nuestro país
no se detuvo durante el S. XIX, pero evolucionó a un ritmo tan lento
que España quedó relegada como potencia industrial a uno de los
puestos más bajos de Europa.
En el fracaso de la Revolución industrial
española incidieron numerosos factores, tanto heredados como nuevos:
1º La escasa capacidad productiva de las manufacturas tradicionales
(con la excepción de Cataluña), que abastecían mercados locales de
bajo consumo. 2º La inexistencia de un mercado nacional, con buenas
comunicaciones y unificado, que facilitara los intercambios
comerciales. 3º La escasez de capitales españoles, que en una gran
parte se destinaron a la compra de nuevas tierras desamortizadas, y
no a la creación de nuevas industrias. Pero, además, los nuevos
propietarios tampoco invirtieron en su mejora, por lo que el negocio
de la tierra no generó un suficiente volumen de beneficios para
invertir después en la industria.
El resultado de todo ello fue un desarrollo
industrial limitado y con graves deficiencias: 1º La escasez de
capitales nacionales fue la causa de que la moderna industria
española se originara con predominio de capital extranjero (salvo en
Cataluña). 2º La industria se limitó a dos focos periféricos: la
industria textil catalana y, desde finales de siglo, la siderurgia
vasca. Pero ambas industrias eran poco competitivas en el exterior,
lo que obligaba a seguir una política proteccionista para que
pudieran abastecer al menos al mercado interior.
Al finalizar el siglo la base económica del país
seguía siendo una agricultura de bajos rendimientos, que empleaba a
los dos tercios de la población activa.
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