domingo, 12 de marzo de 2017

Bloque 8 Unidad 1 Actividades

Ejercicio 1


Crisis de subsistencias: situación en la que una escasa producción agrícola, de alimentos provoca su encarecimiento como consecuencia también, una insuficiencia alimentaria de la población.

Las crisis de subsistencias podían deberse a dos tipos de causas, unas coyunturales: malas condiciones climáticas o estructurales o permanentes: como el atraso técnico de la agricultura que repercutía en bajos rendimientos.

Enfermedades periódicas: son brotes contagiosos que se dan en una población o zona concreta en un periodo determinado.

Enfermedades endémicas: están siempre presentes de forma permanente como la tuberculosis en la España del siglo XIX.

Régimen demográfico antiguo: crecimiento lento de la población debido a las altas tasas de natalidad y mortalidad. Por lo tanto el crecimiento natural o vegetativo es muy bajo. Este modelo está asociado a economías básicamente agrarias.

Régimen demográfico moderno: se caracteriza por un crecimiento de la población lento o nulo, pero por tasas bajas de natalidad y de mortalidad. Está asociado a países desarrollado.

Modelo europeo de transición demográfica: es el modelo que describe lo que ocurrió en Europa del paso del régimen demográfico antiguo al moderno. Pasa por dos fases: la primera la mortalidad desciende rápidamente, pero la natalidad se mantiene alta, por lo que la población aumenta a un ritmo acelerado; en la segunda fase es la natalidad la que disminuye rápidamente hasta colocarse ligeramente por encima de la ya muy baja mortalidad.

Revolución agrícola: proceso que precede a la revolución industrial y que consiste en el desarrollo y modernización de la agricultura en el sentido en el que el nivel de producción crece por encima del nivel de subsistencias, y permite el trasvase de mano de obra del campo a la ciudad.

Ejercicio 2

En España se aprecia un crecimiento lento de la población a lo largo del S. XIX en comparación con otras países europeos. Debido que aunque aquí la tasa de natalidad seguía siendo de las más altas de Europa, también la mortalidad era muy elevada.
Los factores que elevaban la mortalidad eran tres: 1. Crisis de subsistencias, coincide que cada vez que hay escasez de trigo, que era la base de la alimentación, hay un aumento de la mortalidad. Estas crisis de subsistencias podían deberse a las malas condiciones climáticas o al atraso técnico de la agricultura, esto conllevaba un bajo rendimiento de la agricultura, no había alimentos suficientes para toda la población. 2. Enfermedades endémicas 3. Enfermedades periódicas.
En España la transición del régimen demográfico antiguo al régimen demográfico moderno, salvo en Cataluña, no comenzó hasta el S. XX.

Ejercicio 3

Cataluña ya en la segunda mitad del siglo XVIII había iniciado la industrialización, desmarcándose del atraso económico general del resto de Europa. De este modo, la población catalana va a iniciar su propia transición al régimen demográfico moderno, similar al de los países europeos más adelantados. La causa de esta diferencia es evidente, mientras que en el resto de España la proporción de población campesina a penas varió en el S. XIX. Sin embargo en Cataluña, la población agrícola descendió constantemente y fue ese trasvase a las ciudades, a trabajar en las industrias.

Ejercicio 4

La desamortizaciones no fueron concebidas en ningún momento como una reforma agraria de carácter social, sino como una medida económica de carácter esencialmente fiscal. Uno de los objetivos prioritarios era disminuir la deuda pública para sanear la hacienda. La opinión general es que esta desamortización no cambió para nada la estructura de la población, siguió habiendo latifundios, siguió habiendo propiedades de tipo medio etc. Porque en la medida en que las tierras fueron vendidas en pública subasta a los mejores postores, los compradores fueron gente adinerada y no campesinos pobres, pero sí hubo un cambio de propietarios. Esas propiedades que eran de la iglesia, al ser vendidas en pública subasta, pasarán a ser de la burguesía mayormente.
La consecuencia más importante de las desamortizaciones, desde el punto de vista económico, va a ser la puesta en cultivo de grandes extensiones de tierra. Todas aquellas tierras que estaban sin cultivar se van a poner en cultivo. Este hecho fue fundamental para incrementar la producción y así satisfacer la demanda creciente de alimentos derivada del incremento de la población.

Ejercicio 5

La agricultura española se basaba en la trilogía mediterránea: trigo, vid y olivo. El estancamiento de la agricultura se debió a varias causas relacionadas entre sí: 1º los aranceles del trigo, que se mantuvieron altos durante toda la centuria para proteger el sector agrícola cerealista arcaico y estancado que, al no sufrir el empuje de la competencia, pudo mantenerse rentable para los propietarios de la tierra, a pesar de los bajos rendimientos y de utilizar excesiva cantidad de mano de obra. La tierra y la mano de obra se van a infrautilizar en el sector cerealista, cuando habrían sido más productivas con otro tipo de agricultura como la hortofrutícola mediterránea.

Ejercicio 6

Cataluña fue la única zona donde la industrialización se originó a partir de capitales autóctonos. La prosperidad de la industria algodonera catalana se debió fundamentalmente a tres razones: 1º la posición de ventaja con que partía, 2º La iniciativa empresarial de la burguesía catalana que supo modernizar sus industrial y 3º La protección arancelaria que le permitió orientar su producción al mercado nacional sin la competencia inglesa, así como a Cuba y a Puerto Rico.
En cuanto al sector lanero, a lo largo del S. XIX pasó a un segundo plano, relegado por la industria algodonera, y se desplazó de los centros tradicionales en las zonas ganaderas de Castilla y León, para concentrarse en industrias modernas en las ciudades de Sabadell y Tarrasa, cuya proximidad a Barcelona era ventajosa: 1º El fácil intercambio de obreros, ingenieros y empresarios con las fábricas algodoneras de la región, 2º El desarrollo comercial y crediticio de la ciudad de Barcelona y 3º La facilidad para la importación de la lana y el carbón a través del puerto de Barcelona.
La siderurgia. La inexistencia en España de buen carbón y de demanda suficiente explica el desarrollo accidentado de la siderurgia, cuya localización fue cambiando a lo largo del siglo, por lo que se pueden distinguir tres etapas: 1 Etapa andaluza, hasta los años sesenta, en torno a Málaga. Se basaba en la explotación de hierro de la zona. Su inconveniente era la falta de carbón mineral. Su apogeo se debió a las guerras carlistas, que impedían la explotación de la minería del norte. 2 La etapa asturiana en torno a las cuencas carboníferas de Mieres y Langreo. 3 La etapa vizcaína que inició un crecimiento sostenido a partir de la Restauración. La clave del éxito estuvo en el eje comercial Bilbao-Gales. Bilbao exportaba hierro y compraba carbón galés, más caro, pero de más calidad y, por tanto, más rentable que el asturiano.
La minería. España era rica en reservas de hierro, plomo, cobre, mercurio y cinc. La proximidad de los yacimientos a zonas portuarias facilitaba su transporte. La explotación de la riqueza minera española no alcanzó su pleno apogeo hasta el último cuarto del siglo, cuando se convirtió en uno de los sectores más activos de la economía nacional. Existen varias razones que explican la inactividad minera durante gran parte del siglo: 1º La falta de capitales y de conocimientos técnicos. 2º La inexistencia de una demanda suficiente de estos minerales, debido al atraso económico español. 3º Una legislación (la Ley de minas de 1825) que ponía demasiados obstáculos a la iniciativa empresarial privada y declaraba las minas propiedad de la Corona. Estas circunstancias cambiaron a partir de la Revolución de 1868. 1º La Ley de bases sobre minas 1868 simplificaba la adjudicación de concesiones y ofrecía muchas seguridades a los concesionarios. 2º Había aumentado considerablemente la demanda internacional de los productos mineros. 3º Se hicieron cargo de la explotación minera sobre todo compañías extranjeras, que extraían los minerales para su exportación en bruto a sus países de origen. España se convirtió en exportadora de materias primas: fundamentalmente plomo, mercurio, cobre y hierro, que a finales de siglo representaban uno de los capítulos más importantes de la balanza comercial española.

Ejercicio 7

El proceso de industrialización en nuestro país no se detuvo durante el S. XIX, pero evolucionó a un ritmo tan lento que España quedó relegada como potencia industrial a uno de los puestos más bajos de Europa.
En el fracaso de la Revolución industrial española incidieron numerosos factores, tanto heredados como nuevos: 1º La escasa capacidad productiva de las manufacturas tradicionales (con la excepción de Cataluña), que abastecían mercados locales de bajo consumo. 2º La inexistencia de un mercado nacional, con buenas comunicaciones y unificado, que facilitara los intercambios comerciales. 3º La escasez de capitales españoles, que en una gran parte se destinaron a la compra de nuevas tierras desamortizadas, y no a la creación de nuevas industrias. Pero, además, los nuevos propietarios tampoco invirtieron en su mejora, por lo que el negocio de la tierra no generó un suficiente volumen de beneficios para invertir después en la industria.
El resultado de todo ello fue un desarrollo industrial limitado y con graves deficiencias: 1º La escasez de capitales nacionales fue la causa de que la moderna industria española se originara con predominio de capital extranjero (salvo en Cataluña). 2º La industria se limitó a dos focos periféricos: la industria textil catalana y, desde finales de siglo, la siderurgia vasca. Pero ambas industrias eran poco competitivas en el exterior, lo que obligaba a seguir una política proteccionista para que pudieran abastecer al menos al mercado interior.
Al finalizar el siglo la base económica del país seguía siendo una agricultura de bajos rendimientos, que empleaba a los dos tercios de la población activa.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bienvenido, por favor se respetuoso y cordial.