lunes, 27 de marzo de 2017

Análisis de Los Santos Inocentes

Voy a hacer un análisis de las desigualdades sociales que se presentan en la obra, los santos inocentes, de la mezquindad, prepotencia, opresión y egoísmo que muestran los personaje vanos, los personajes en el poder como La señora Marquesa, El señorito Iván etc. Y extrapolar esas desigualdades e injusticias que se daban en la obra que transcurre en la posguerra de la Guerra Civil a la actualidad y así darnos cuenta como las cosas no han cambiado tanto en ciertos ámbitos.
Estos personajes como La señora Marquesa o El señorito Iván muestran un absoluto desprecio por otros seres humanos si no los encuentran a su mismo nivel. Además el señorito Iván muestra desprecio por la naturaleza en su obsesión por la caza, y se ve muy claramente cuando manda a Paco, el bajo, cegar a todos los palomos. La señora Marquesa muestra absoluta pavonería cuando en su visita da una limosna a sus siervos para que “celebren su visita” y así remarcar su posición social. Muestra una actitud casi dictatorial, similar a las escenas franquistas cuando se asoma al balcón a saludar a sus súbditos cuando éstos la vitorean.
En el libro quinto, cuando le ocurre el accidente a Paco, el bajo, se puede ver el egoísmo del señorito Iván. Se ve que solo lo lleva al médico para que este pueda serle de secretario lo antes posible, por su mero y propio interés de poder volver a la caza cuanto antes. El señorito Iván instaba, apremiaba, obligaba a Paco, el bajo a levantarse y acompañarle el día 22 a la cacería. Esta situación es muy similar a la que se da hoy en día en el ámbito laboral. Trabajadores sin contrato que por muy enfermos que estén siguen teniendo que ir a trabajar por miedo a un despido.
En lo personal conozco casos de comerciales que han ido a trabajar con fiebre si era necesario con tal de no perder una venta porque sabían que si no vendían, por muchas horas que trabajasen, no cobrarían nada. Conozco el caso de una camarera que tuvo que trabajar con piedras en el riñón porque carecía de contrato y no podía pedir la baja. Y casos de extranjeros que han trabajado con bronquitis, con lumbalgia y otras enfermedades y no cogieron baja por miedo a un despido y la pérdida de sus papeles.
Esa limosna que recibe Paco, el bajo por parte del señorito Iván no dista mucho de los sueldo actuales en los que los empleados trabajan más de 30 horas semanales por unos escasos 600 euros al mes.
Los personajes vanos de la novela, personajes de los años 60, se puede poner en la posición actual. Sería el caso de los empresarios. Los empresarios en su posición de poder abusan de los trabajadores haciendo contratos basura; explotando a los trabajadores obligándoles a hacer horas extra sin pagarlas; disminuyendo la seguridad de los puestos de trabajo para ahorrar gastos y amenazando a los empleados con un despidos si a estos se les ocurre exigir más seguridad, horas libres o un mejor sueldo. Así estos empresarios hacen como la señora Marquesa, cuando dan unas horas libres o algo más de dinero se sienten generosos, aumentan su ego, creen que hacen una buena obra, y los subordinados se sienten agradecidos; cuando en realidad estos simplemente reciben lo que se merecen y los empresarios hacen lo que deben.
La actitud de la señora Marquesa es casi feudal, y desgraciadamente la de los empresarios hoy día no dista mucho de esta postura. Sigue habiendo una fuerte posición de jerarquía de opresores y oprimidos, en la que los oprimidos difícilmente pueden cambiar su posición y convertirse en opresores. Además en la sociedad actual hay ciertos grupos de personas que son más propensos a ser oprimidos en mayor o menor medida. Mujeres, jóvenes, jubilados, extranjeros...
Tanto en la novela como en la vida real hay distintos niveles en los que se puede nacer. Por ejemplo en género: Hombre arriba, mujer abajo; en el libro esta posición se vería en la relación de Pedro, el Périto y doña Purita, en como la insulta y ejerce la violencia machista para enmascarar su falta de hombría. Y en este caso, por mucho que una mujer quiera subir de nivel y ponerse en el mismo lugar del hombre, no podrá, porque no depende solo de ella, depende de todos lo hombres y mujeres de la sociedad. Pues esto se ve en el libro cuando doña Purita quiere encararse a Pedro, cuando una persona que está aquí arriba quiere asustar a alguien que está aquí abajo le es muy fácil, pero cuando una persona de abajo quiere asustar a una persona que está arriba probablemente al que esté arriba le dará la risa y no sentirá miedo.
Un personaje en la novela que se ve que quieren cambiar de posición, pero se ríen de ella cuando meramente lo insinúa es Nieves cuando dice que le gustaría hacer la primera comunión. Todos se ríen de ella, la única que la defiende es otra mujer, la señorita Miriam.
En la posición social los niveles se ven en la gente adinerada y la gente humilde. Así se hace la diferencia en los personajes inocentes y esos personajes descarados y cínicos. Solo hay dos personajes que cada uno en su grupo se desvían ligeramente de la normal. Por un lado, en el grupo de los opresores la señorita Miriam, la hija de la señora Marquesa, es la única que muestra un mínimo de conciencia social, al mostrarse compasiva con Azarías repitiéndole a su madre que ningún mal hace él en el cortijo; y al mostrarse horrorizada al ver el estado de la Niña Chica, a pesar de que no hace nada por ayudar a esta.
Por otro lado, en el lado de los oprimidos, está Quirce, el hijo de Paco, el bajo; Quirce es el único que no tiene esa actitud de sumisión que tienen el resto de los personajes, que a pesar de su precaria situación en ningún momento se revelan, sino todo lo contrario, se sienten agradecidos. Quirce desafía eso, cuando acompaña al señorito Iván a la caza tras el accidente de su padre, no le hace la pelota al señorito Iván, ni si quiera acepta la limosna de éste, y eso se muestra como un acto de rebeldía.

En la actualidad a un personaje como ese, que no acepta su posición se le tilda de muchas cosas: anarquista, anti-sistema, perroflauta... Son los que suelen terminar despedidos y por lo tanto se les atribuye el adjetivos de vagos, marginados por la sociedad por no aceptar la jerarquía. Simplemente por tener un carácter que les impide ser sumisos y aceptar las injusticias. En la obra este tipo de persona es el Quirce. Y el resto de personajes somos nosotros, la sociedad, los que seguimos callados, sin protestar y seguimos permitiendo que las cosas sigan como están, seguimos aceptando puestos de trabajo precarios, seguimos aceptando que no exploten a cambio de dinero que no tendremos tiempo para gozar porque siempre estamos trabajando. Trabajando para mantener una familia con la que no podemos disfrutar. Trabajando para pagar una casa en la que casi nunca estamos. Y aún así estamos agradecidos por esos puestos de trabajo aunque estos acaben con nuestra salud y lentamente con nuestra vida.

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