Voy a hacer un análisis de las desigualdades sociales que
se presentan en la obra, los santos inocentes, de la mezquindad,
prepotencia, opresión y egoísmo que muestran los personaje vanos,
los personajes en el poder como La señora Marquesa, El señorito
Iván etc. Y extrapolar esas desigualdades e injusticias que se daban
en la obra que transcurre en la posguerra de la Guerra Civil a la
actualidad y así darnos cuenta como las cosas no han cambiado tanto
en ciertos ámbitos.
Estos personajes
como La señora Marquesa o El señorito Iván muestran un absoluto
desprecio por otros seres humanos si no los encuentran a su mismo
nivel. Además el señorito Iván muestra desprecio por la naturaleza
en su obsesión por la caza, y se ve muy claramente cuando manda a
Paco, el bajo, cegar a todos los palomos. La señora Marquesa muestra
absoluta pavonería cuando en su visita da una limosna a sus siervos
para que “celebren su visita” y así remarcar su posición
social. Muestra una actitud casi dictatorial, similar a las escenas
franquistas cuando se asoma al balcón a saludar a sus súbditos
cuando éstos la vitorean.
En el libro quinto, cuando le ocurre el accidente a
Paco, el bajo, se puede ver el egoísmo del señorito Iván. Se ve
que solo lo lleva al médico para que este pueda serle de secretario
lo antes posible, por su mero y propio interés de poder volver a la
caza cuanto antes. El señorito Iván instaba, apremiaba, obligaba a
Paco, el bajo a levantarse y acompañarle el día 22 a la cacería.
Esta situación es muy similar a la que se da hoy en día en el
ámbito laboral. Trabajadores sin contrato que por muy enfermos que
estén siguen teniendo que ir a trabajar por miedo a un despido.
En lo personal conozco casos de comerciales que han
ido a trabajar con fiebre si era necesario con tal de no perder una
venta porque sabían que si no vendían, por muchas horas que
trabajasen, no cobrarían nada. Conozco el caso de una camarera que
tuvo que trabajar con piedras en el riñón porque carecía de
contrato y no podía pedir la baja. Y casos de extranjeros que han
trabajado con bronquitis, con lumbalgia y otras enfermedades y no
cogieron baja por miedo a un despido y la pérdida de sus papeles.
Esa limosna que recibe Paco, el bajo por parte del
señorito Iván no dista mucho de los sueldo actuales en los que los
empleados trabajan más de 30 horas semanales por unos escasos 600
euros al mes.
Los personajes vanos de la novela, personajes de los años 60, se
puede poner en la posición actual. Sería el caso de los
empresarios. Los empresarios en su posición de poder abusan de los
trabajadores haciendo contratos basura; explotando a los trabajadores
obligándoles a hacer horas extra sin pagarlas; disminuyendo la
seguridad de los puestos de trabajo para ahorrar gastos y amenazando
a los empleados con un despidos si a estos se les ocurre exigir más
seguridad, horas libres o un mejor sueldo. Así estos empresarios
hacen como la señora Marquesa, cuando dan unas horas libres o algo
más de dinero se sienten generosos, aumentan su ego, creen que hacen
una buena obra, y los subordinados se sienten agradecidos; cuando en
realidad estos simplemente reciben lo que se merecen y los
empresarios hacen lo que deben.
La actitud de la
señora Marquesa es casi feudal, y desgraciadamente la de los
empresarios hoy día no dista mucho de esta postura. Sigue habiendo
una fuerte posición de jerarquía de opresores y oprimidos, en la
que los oprimidos difícilmente pueden cambiar su posición y
convertirse en opresores. Además en la sociedad actual hay ciertos
grupos de personas que son más propensos a ser oprimidos en mayor o
menor medida. Mujeres, jóvenes, jubilados, extranjeros...
Tanto en la novela
como en la vida real hay distintos niveles en los que se puede nacer.
Por ejemplo en género: Hombre arriba, mujer abajo; en el libro esta
posición se vería en la relación de Pedro, el Périto y doña
Purita, en como la insulta y ejerce la violencia machista para
enmascarar su falta de hombría. Y en este caso, por mucho que una
mujer quiera subir de nivel y ponerse en el mismo lugar del hombre,
no podrá, porque no depende solo de ella, depende de todos lo
hombres y mujeres de la sociedad. Pues esto se ve en el libro cuando
doña Purita quiere encararse a Pedro, cuando una persona que está
aquí arriba quiere asustar a alguien que está aquí abajo le es muy
fácil, pero cuando una persona de abajo quiere asustar a una persona
que está arriba probablemente al que esté arriba le dará la risa y
no sentirá miedo.
Un personaje en la
novela que se ve que quieren cambiar de posición, pero se ríen de
ella cuando meramente lo insinúa es Nieves cuando dice que le
gustaría hacer la primera comunión. Todos se ríen de ella, la
única que la defiende es otra mujer, la señorita Miriam.
En la posición
social los niveles se ven en la gente adinerada y la gente humilde.
Así se hace la diferencia en los personajes inocentes y esos
personajes descarados y cínicos. Solo hay dos personajes que cada
uno en su grupo se desvían ligeramente de la normal. Por un lado, en
el grupo de los opresores la señorita Miriam, la hija de la señora
Marquesa, es la única que muestra un mínimo de conciencia social,
al mostrarse compasiva con Azarías repitiéndole a su madre que
ningún mal hace él en el cortijo; y al mostrarse horrorizada al ver
el estado de la Niña Chica, a pesar de que no hace nada por ayudar a
esta.
Por otro lado, en el
lado de los oprimidos, está Quirce, el hijo de Paco, el bajo; Quirce
es el único que no tiene esa actitud de sumisión que tienen el
resto de los personajes, que a pesar de su precaria situación en
ningún momento se revelan, sino todo lo contrario, se sienten
agradecidos. Quirce desafía eso, cuando acompaña al señorito Iván
a la caza tras el accidente de su padre, no le hace la pelota al
señorito Iván, ni si quiera acepta la limosna de éste, y eso se
muestra como un acto de rebeldía.
En la actualidad a
un personaje como ese, que no acepta su posición se le tilda de
muchas cosas: anarquista, anti-sistema, perroflauta... Son los que
suelen terminar despedidos y por lo tanto se les atribuye el
adjetivos de vagos, marginados por la sociedad por no aceptar la
jerarquía. Simplemente por tener un carácter que les impide ser
sumisos y aceptar las injusticias. En la obra este tipo de persona es
el Quirce. Y el resto de personajes somos nosotros, la sociedad, los
que seguimos callados, sin protestar y seguimos permitiendo que las
cosas sigan como están, seguimos aceptando puestos de trabajo
precarios, seguimos aceptando que no exploten a cambio de dinero que
no tendremos tiempo para gozar porque siempre estamos trabajando.
Trabajando para mantener una familia con la que no podemos disfrutar.
Trabajando para pagar una casa en la que casi nunca estamos. Y aún
así estamos agradecidos por esos puestos de trabajo aunque estos
acaben con nuestra salud y lentamente con nuestra vida.
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