domingo, 19 de marzo de 2017

EL ESPACIO URBANO

EL ESPACIO URBANO

El proceso de urbanización

La urbanización preindustrial

  • La tasa de urbanización era modesta.
  • Los factores que favorecían la urbanización eran estratégico-militares; político-administrativos; económicos; religiosos y culturales.
  • El área urbanizada era reducida y se diferenciaba claramente del espacio rural circundante, del que solía separarse mediante una muralla.
  • Etapas:
    • En la Antigüedad, aparecieron las primeras ciudades españolas ligadas a la colonización de los fenicios y los griegos. Crearon factorías comerciales en las costas mediterránea y suratlántica. Algunas originaron ciudades como Cádiz (fenicia) o Ampurias (griega). En el resto del territorio, los asentamientos indígenas eran todavía protourbanos.
      La romanización supuso la fundación de numerosas ciudades. Sus funciones eran político-militares, administrativas y económicas.
      Además los romanos crearon una red urbana unida por vías de comunicación -las calzadas- para facilitar el control comercial y militar del territorio. Las áreas más urbanizadas fueron las más romanizadas: la costa mediterránea y el valle del Ebro.
      La decadencia del poder romano y las invasiones germánicas condujeron a una fase de desurbanización.
    • En la Edad Media
      • El espacio musulmán. Los musulmanes fundaron ciudades nuevas, como Madrid, Murcia o Almería. Pero la mayoría de las veces revitalizaron asentamientos anteriores como centros estratégicos, administrativos, económicos, religiosos y culturales.
      • El espacio cristiano. Con la Reconquista y la repoblación del territorio, realizada mediante la creación de municipios que tenían como base ciudades nuevas o reconquistadas a los musulmanes.
    • En la Edad Moderna, la urbanización experimentó vaivenes.
      • En el S. XVI, hubo un crecimiento urbano continuado motivado por el aumento de la población, la expansión económica. Las zonas más urbanizadas eran Andalucía y Castilla; y las ciudades principales, Sevilla y Madrid, elegida como capital por Felipe II.
      • En el S. XVII, la urbanización se estancó, debido a la crisis demográfica y económica. Las ciudades castellanas más afectadas por esta situación perdieron importancia.
      • En el S. XVIII, el proceso de urbanización se reanimó. Las ciudades que más crecieron fueron la capital, Madrid, y las ciudades cantábricas y mediterráneas.

La urbanización industrial

  • La tasa de urbanización experimentó un gran crecimiento.
  • Los factores que favorecieron este crecimiento fueron dos. Administrativos: la nueva división provincial realizada en 1833 impulsó el crecimiento de las ciudades elegidas como capitales. Y económico-sociales: el nacimiento y el desarrollo de la industria moderna.
  • En el ámbito espacial, las grandes ciudades concentraron el crecimiento demográfico. Estas llegaron a unirse en municipios vecinos, formando áreas metropolitanas.
  • Las etapas:
    • Hasta mediados del S. XIX, la concentración demográfica en las ciudades fue pequeña. Ante la debilidad de la industrialización, los factores principales de urbanización fueron la capitalidad provincial y el comercio marítimo.
    • Desde mediados de S. XIX a la Guerra Civil (1936) el crecimiento urbano fue manifiesto. El factor principal de crecimiento urbano era ya la industria.
    • La Guerra Civil y la posguerra (1936-1959) ralentizaron el crecimiento urbano. Sin embargo, el fomento de la industria básica por la política autárquica (franca) permitió el crecimiento de las ciudades donde se instaló.
    • La etapa del desarrollismo (1960 y 1975). El factor principal fue el desarrollo de la industria. Las principales áreas urbano-industriales fueron el triángulo del nordeste; las zonas por donde se difundió la industria, como los ejes cantábrico, mediterráneo y del Ebro y el entorno regional de Madrid; y los ejes elegidos como polos de desarrollo.
      En menos medida contribuyó a la urbanización el desarrollo de las actividades terciarias, como los servicios avanzados en las grandes metrópolis; el turismo en el litoral mediterráneo y canario; y los servicios tradicionales en algunas capitales provinciales.

La urbanización postindustrial

Con la crisis de 1975
  • La tasa de urbanización desacelera su crecimiento
  • Los factores de la urbanización cambian. La industria pierde peso como factor de urbanización. Porque la crisis de 1975 produjo desindustrialización y declive de las ciudades afectadas -especialmente el eje cantábrico-. Las actividades terciarias ganan importancia como factor de urbanización.
  • En el ámbito espacial, se frena la concentración del crecimiento demográfico en las grandes ciudades, aunque estas siguen extendiendo su área urbanizada. La razón es la difusión de parte de su población y de sus actividades económicas hacia espacios que ofrecen suelo más abundante y barato, como las ciudades medias y pequeñas de municipios colindantes o de provincias próximas y núcleos rurales cercanos. El resultado es la extensión del área urbanizada por espacios cada vez más amplios. Este fenómeno, es conocido como <<dispersión de la urbanización>>.
  • Las etapas:
    • Entre 1980 y 2000, el ritmo de crecimiento urbano se redujo considerablemente y se estancó.
    • Entre 2000 y 2010, el crecimiento urbano experimentó un ligero repunte en gran parte gracias a la inmigración extranjera atraída por la prosperidad económica. Las más beneficiadas fueron las ciudades medias y pequeñas, sobre todo las situadas en municipios o provincias próximos a grandes ciudades.
    • Desde 2010, el crecimiento de las ciudades ha vuelto a estancarse por la desfavorable repercusión de la crisis económica.

La morfología urbana

  • El emplazamiento en el espacio físico o topográfico concreto en el que se asienta la ciudad.
  • La situación es la posición relativa de la ciudad respecto a un entorno geográfico amplio.
  • El plano es el conjunto formado por las superficies construidas y libres de la ciudad: edificios, calles, plazas y parques. Los planos sueles responder a tres tipologías:
    • El plano irregular presenta calles estrechas y tortuosas y plazas sin formas definidas.
    • El plano radiocéntrico tiene un centro del que parte calles radiales, cortadas por otras que formas anillos en torno al centro. Puede ser regular o irregular.
    • El plano ortogonal, en cuadrícula o damero, está formado por calles que se cortan en ángulo recto.

La estructura urbana

La estructura urbana es la organización de la ciudad en diferentes áreas caracterizadas por su morfología y funciones.
En las ciudades convencionales bien individualizadas respecto al campo circundante, estas zonas son el casco antiguo, correspondiente a la urbanización preindustrial; el ensanche de la época industrial; y la periferia actual. Sin embargo, la intensidad de la urbanización ha llevado a otras ciudades a conectar con núcleos de población próximos, dando lugar a la formación de aglomeraciones urbanas.

El casco antiguo o ciudad preindustrial

El casco antiguo comprende la parte urbanizada desde el origen de la ciudad hasta el inicio de la industrialización a mediados del S. XIX. Por tanto, corresponde a la ciudad preindustrial. Ocupa una pequeña superficie de la ciudad actual, pero tiene un importante valor por su legado cultural. Por ello, muchos han sido declarados conjunto histórico-artístico y otros patrimonio de la humanidad por la UNESCO.

La herencia de la época preindustrial

Los rasgos comunes de la herencia preindustrial

Los cascos antiguos de las ciudades conservan en parte la herencia preindustrial. En esta etapa las ciudades solían presentar características comunes.
  • Casi todas las ciudades estaban rodeadas de murallas.
  • El plano solía ser irregular.
  • La trama urbana era cerrada.
  • La edificación predominante eran casas unifamiliares de baja altura.
  • Los usos del suelo eran diversos.

La diversidad de la herencia preindustrial

Estas características comunes en la ciudad preindustrial varían según las aportaciones realizadas por las diferentes sociedades.
  • La ciudad romana suele presentar plano regular, calles en damero y dos vías principales de norte a sur -cardo- y de este a oeste -decumanus-. En el cruce de ambas se encontraba el foro, que albergaba los edificios principales.
  • En la Edad Media cada una de las dos culturas peninsulares, musulmana y cristiana, realizó sus aportaciones a la morfología urbana.
    • La ciudad musulmana tenía un núcleo principal amurallado, la medina, donde se situaban los edificios principales: la mezquita, el zoco o mercado, y los barrios residenciales. Fuera de ella estaban los arrabales o barrios de los trabajadores, que con el paso del tiempo también acababan amurallándose. El plano era muy irregular, con calles estrechas y tortuosas, frecuentemente sin salida (adarves). Las casas carecían de fachadas suntuosas y tenían pocos vanos.
    • La ciudad cristiana también estaba amurallada. Su centro solía ser un castillo o una iglesia y contaba con plazas para la celebración del mercado. Los planos eran variados: irregulares, radiocéntricos, lineales o en damero. Sus edificios más destacados eran iglesias, catedrales, palacios y ayuntamientos.
  • En la Edad Moderna se crearon algunas nuevas ciudades de plano regular como Santa Fe de Granada, o las Nuevas Poblaciones del S. XVIII. Pero fue más frecuente la creación de nuevos barrios urbanos en cuadrícula; y el diseño de plazas mayores, que instalaron el mercado y el ayuntamiento, y se rodearon de edificios de fachadas uniformes. Desde ellas se abrieron nuevas calles, o <<calles mayores, de trazado rectilíneo.
    Además, en el S. XVIII se embellecieron las ciudades con calles amplias y rectas trazadas en perspectiva, jardines, paseos arbolados y fuentes.

Las transformaciones de la época industrial.

En el S. XIX, la ciudad preindustrial sufrió importantes transformaciones que se aceleraron con el proceso de industrialización: reformas del plano; densificación de la trama; renovación y verticalización.
  • El plano:
    • Las reformas interiores del S. XIX y el primer tercio del S. XX consistieron en la rectificación y el alineamiento de calles, y en la apertura de nuevas calles y plazas.
      En la primera mitad del S. XIX, esta tarea se vio favorecida por la desamortización, que puso en circulación numerosos inmuebles eclesiásticos.
      En la segunda mitad del S. XIX y en el primer tercio del S. XX se abrieron nuevas plazas y se construyeron grandes vías. Se concibieron como calles amplias y largas. En unos casos se trazaron dentro del casco antiguo, rompiendo su trama (Gran Vía de Madrid) y en otros uniendo la ciudad histórica con el ensanche burgués o con la estación ferroviaria (Oviedo, León).
    • Las políticas de renovación de la década de 1960 se propusieron sacar mayor rentabilidad al suelo urbano. Así, parte del plano del casco antiguo se destruyó con la apertura de nuevas calles o con la modificación de su trazado.
  • La edificación sufrió cambios. Algunos inmuebles eclesiásticos se reutilizaron para otras funciones que exigían ubicarse en el centro urbano.
    Otros edificios unifamiliares de una o dos plantas se sustituyeron por viviendas colectivas y en altura, de estilos diferentes. Entre finales de S. XIX y principios del S. XX adoptaron el estilo historicista o ecléctico, que utilizaban o mezclaban varios estilos históricos e incorporaron a veces los nuevos materiales proporcionados por la industria, como el hierro. En la década de 1960, los edificios se verticalizaron más y adoptaron el estilo moderno. Las únicas excepciones fueron los cascos antiguos de ciertas ciudades.
  • Los usos del suelo del casco antiguo experimentaron una progresiva terciarización y segregación.
    • La terciarización se inició en el primer tercio del S. XX instalaron actividades terciarias, que necesitaban accesibilidad y podían rentabilizar el alto precio del suelo (bancos, sedes empresariales, instituciones públicas, despachos profesionales, comercios de lujo, centros de ocio, casinos, teatros, cafés de moda, restaurantes, hoteles). Esta terciarización culminó en la década de 1960 y consolidó el casco antiguo como centro comercial y de negocios de la ciudad. El resultado fue el desplazamientos de los usos residenciales; una creciente saturación por la influencia de personas y de tráfico.
    • La segregación residencial se manifestó en la separación entre los grupos adinerados, que se instalaron en los barrios renovados; y los grupos populares.

La ciudad industrial: ensanches, barrios obreros y barrios jardín

Entre mediados del S. XIX y el primer tercio del S. XX. Las ciudades que implantaron industrias modernas, atrajeron a una numerosa población y extendieron su superficie. Derribaron en muchos casos las murallas preindustriales. Su lugar fue ocupado por paseos de ronda o bulevares. En ella se crearon ensanches para los burgueses; barrios industriales y obreros; y barrios ajardinados.

El ensanche burgués

El ensanche burgués es un espacio nuevo que responde a los deseos de crecimiento urbano de la burguesía. Plasma sus ideas de orden, en su plano regular; de higiene, en su dotación de servicios de pavimentación, alcantarillado, abastecimiento de agua y espacios verdes; y de beneficio económico, obtenido de la construcción de viviendas, comercios y transportes.
Los primeros ensanches se hicieron en las ciudades más dinámicas. El de Barcelona (Cerdá) y el de Madrid (Castro). Luego se difundieron a otras ciudades.
  • En el momento de su creación, el ensanche adoptó plano regular en cuadrícula, con calles rectilíneas y más anchas que las del casco antiguo. La trama era de baja densidad. La edificación incluía palacetes burgueses y villas ajardinadas; o inmuebles de mediana altura, de estilo historicista. El uso predominante del suelo fue residencial burgués debido a los altos precios de los solares y de los inmuebles, aunque inicialmente algunos trabajadores se instalaron en los sótanos, buhardillas y patios de las casas burguesas.
  • Con el paso del tiempo, el ensanche experimentó modificaciones, derivadas de su consideración como espacio central, al mejorar su accesibilidad gracias a la introducción del transporte urbano (tranvía eléctrico y automóvil). La trama se densificó al edificarse las manzanas por los cuatro lados y construirse muchas de las destinadas a parques. La edificación se verticalizó, sobre todo en la década de 1960.

Los barrios obreros e industriales del extrarradio

  • En el aumento de su creación en el S. XIX, las zonas industriales y los barrios obreros urbanos ofrecían un claro contraste con el ensanche burgués.
    • Las instalaciones industriales se establecieron en el extrarradio, junto a las principales vías de acceso a la ciudad, o junto a los puertos y estaciones ferroviarias. Estás contribuyeron a una escasa valoración del suelo.
    • Los barrios obreros acogieron a los trabajadores que emigraron a las ciudades industriales. Tampoco podían establecerse en el ensanche burgués por su alto precio, excepto en los sótanos y los áticos, o en reducidas habitaciones creadas en el patio interior de las casas burguesas, denominadas ciudadelas o barrios ocultos por quedar fuera de la vista de la calle. Por ello, los trabajadores se instalaron en barrios marginales del extrarradio surgidos alrededor del ensanche; a lo largo de las carreteras y los caminos que partían de la ciudad; o junto a las industrias y las estaciones ferroviarias
      Los barrios obreros adoptaron un plano desorganizado, debido a que surgieron de parcelaciones privadas e incontroladas del suelo rústico de la periferia realizadas por sus propietarios. La trama se hizo cerrada y densa; y en la edificación predominaron las viviendas de escasa dimensión y calidad, unifamiliares o en pisos. Los usos del suelo entremezclaron residencias obreras, industrias, talleres y almacenes. Las infraestructuras de transporte, los servicios y los equipamientos fueron escasos.
    • Con el paso del tiempo, las antiguas zonas industriales y barrios obreros que han quedado en una posición más céntrica en el espacio urbano, lo que ha revalorizado el suelo que ocupan.
    • En la actualidad, los sectores más valorados se han remodelado. En las antiguas zonas industriales, ahora obsoletas o en crisis, se ha producido un vaciado industrial al hacerse las fábricas o trasladarse a otros emplazamientos; y los barrios obreros se han renovado. Se han trazado nuevas calles, paseos y plazas. Las zonas industriales y los barrios obreros menos valorados por su accesibilidad se mantienen como espacios marginales.

Los barrios jardín

  • La Ciudad Lineal de Arturo Soria se concibió como una gran calle. De 40 metros de ancho, bordeada de manzanas formadas por casas unifamiliares con huerto y jardín. Por ella discurrían los servicios básicos (agua, alcantarillado, electricidad) y el transporte (ferrocarriles y tranvía). Se quiso superar la segregación social incluyendo viviendas de distinto nivel y precio, aunque apenas se instalaron
  • El proyecto, que pretendía rodear toda la periferia madrileña, solo se realizó parcialmente en el nordeste. En la actualidad se encuentra muy modificado, porque la revalorización del suelo ha llevado a sustituir la mayoría de las casas unifamiliares por bloques de viviendas.

La periferia urbana

La periferia es la franja externa de la ciudad correspondiente a la expansión urbana. Durante la Guerra Civil y la posguerra la expansión urbana fue poco significativa a causa de la depresión. Desde mediados de la década de 1950, las principales ciudades españoles iniciaron un importante crecimiento del área edificada, creando extensas periferias.

El periodo 1955-1975: el área suburbana compacta

Desde mediados de la década de los 1950 y sobre todo durante los años del desarrollismo, las ciudades experimentaron un alto crecimiento debido al aumento del crecimiento natural y a la inmigración campesina, atraída por el auge industrial y el progresivo desarrollo de los servicios.
La periferia se extendió de forma contigua a la ciudad existente. Adoptó en general un modelo compacto, caracterizado por la alta densidad de la urbanización; la verticalización de la edificación; y la zonificación, o constitución de áreas con diferentes usos del suelo.
  • Las áreas residenciales, ante la urgencia de crear viviendas para acoger a la creciente población, se hicieron a menudo sin planificar.
    • Los barrios infravivienda o chabolas alcanzaron su máxima dimensión en la década de 1950, debido a la llegada a la ciudad de numerosas personas de escasos recursos, para las que no había vivienda asequible. Las casas se autoconstruyeron con materias de desecho , sobre suelo ilegal y con ausencia de servicios básicos.
    • Los barrios de vivienda de promoción oficial, construidas con ayuda pública, tuvieron su auge entre 1940 y 1960. en general adoptaron trama abierta; y edificación en viviendas unifamiliares baratas o en bloques monótonos de baja calidad. Sufrieron carencias en equipamientos y servicios, y un entorno de baja calidad ambiental por la proximidad de industrias.
    • Los polígonos de vivienda de promoción privada. Adoptaron trama abierta en bloques o torres separados por espacios para jardines o aparcamientos. Pero pronto proliferaron los bloques en forma de H, de altura y densidad excesiva. La edificación adoptó el estilo internacional, de edificios geométricos, creadores de un paisaje monótono o de <<colmena>>. El uso de estos polígonos fue sobretodo residencial; los comercios y las dotaciones de barrio se concentraron en ciertas zonas.
  • Las áreas industriales y de equipamiento se instalaron junto a las principales vías de transporte. Las áreas industriales incluían polígonos industriales bien planificados; o áreas desorganizadas a lo largo de las carreteras. Los equipamientos fueron escasos y en muchos casos los no deseados por la ciudad central.

El periodo desde 1975: el área periurbana difusa

Desde 1975, las ciudades reducen su ritmo de crecimiento, debido a la disminución del crecimiento natural y la paralización del éxodo rural. La expansión de la periferia urbana continua por la difusión desde el centro urbano de población y actividades económicas y, en menos medida, por el crecimiento de la inmigración extranjera entre 1995 y 2008.
En esta etapa, la periferia se extiende más allá del continuo edificado, por áreas periurbanas o rururbanas. Adopta un modelo disperso, conocido como <<ciudad difusa>> o <<ciudad dispersa>>, caracterizado por la baja densidad de la urbanización y la zonificación en áreas con diferentes usos del suelo, separadas por espacios intersticiales o vacíos, bien conectadas entre sí y con el centro urbano por una red viaria densa, orientada sobre todo al transporte en automovil privado.
  • Las áreas residenciales son de baja densidad, respondiendo al deseo de las clases medias de disfrutar de mayor privacidad, viviendas más amplias y baratas y mayor contacto con la naturaleza; lo cual se ha visto facilitado por el uso del automóvil privado. El modelo más frecuente es el de urbanizaciones de viviendas unifamiliares aisladas o adosadas con jardín; o viviendas colectivas con bajo número de plantas y amplios jardines. El uso del suelo es sobre todo residencial; aunque cerca existen servicios de consumo y de ocio.
  • Las áreas industriales y de equipamiento de la periferia periurbana son el resultado de las transformaciones económicas ocurridas a partir de la crisis de 1975:
    • Las áreas industriales incluyen polígonos industriales para industrias trasladadas desde el centro urbano que buscan espacios más amplios y baratos y obtener beneficios por la venta de sus antiguos solares; y espacios industriales nuevos, como parques tecnológicos.
    • Las áreas de equipamiento incluyen servicios que requieren suelo abundante y barato, como parques de oficinas, grandes superficies comerciales, polideportivos, escuelas, universidades, hospitales, aeropuertos, etc.
      En la actualidad, el modelo de ciudad difusa es objeto de fuertes críticas por considerarlo insostenible. Consume mucho territorio a costa de los espacios agrarios y naturales. Depende en exceso del automóvil privado. Incrementa el gasto en llevar infraestructuras y servicios a lugares alejados (carreteras, electricidad, alcantarillado, recogida de basura). La zonificación favorece la segregación en áreas residenciales de diferente composición social.
      Además este modelo perjudica el núcleo urbano: aumenta el tráfico por los movimientos pendulares; reduce la rentabilidad del transporte público.



Las aglomeraciones urbanas

Algunas ciudades han crecido hasta conectar con otros núcleos de población. Se crean así aglomeraciones urbanas de diferentes tipos: áreas metropolitanas, conurbaciones y regiones urbanas. Las áreas metropolitanas son las que han tenido un mayor desarrollo en España.

El área metropolitana

El área metropolitana es una aglomeración urbana formada por una ciudad principal y por varios municipios de su entorno, que mantienen importantes relaciones socioeconómicas.

Características del área metropolitana

  • Está presidida por una ciudad principal cuyo crecimiento económico se proyecta al exterior y crea el área.
  • Existen intensas relaciones económicas y sociales entre la ciudad central y los núcleos (ciudades satélite). La ciudad central concentra las actividades y los empleos más especializados.
  • Las relaciones se manifiestan en la existencia de intensos movimientos pendulares diarios.
  • La estructura espacial de las áreas metropolitanas responde a dos modelos; el de coronas concéntricas en torno al núcleo central; y el radial.

Origen y evolución de las áreas metropolitanas españolas

  • Época industrial: 1930-1975. En el primer tercio del S. XX, Madrid, Barcelona y Bilbao integraron a municipios próximos. En esta época crecieron considerablemente la ciudad central y sobre todo los mayores municipios del área metropolitana. La ciudad central concentraba los principales servicios y empleos y ejercía un claro predominio sobre los núcleos satélite..
  • Época postindustrial: desde 1975. Entre 1975 y 1995, el crecimiento demográfico de las áreas metropolitanas disminuyó. La ciudad central acusa más el retroceso demográfico y menos la recuperación, al difundir hacia los núcleos del área metropolitana de su población. Además, la ciudad central sigue conservando las actividades más dinámicas y especializadas y una gran capacidad de control sobre su entorno metropolitano. Los núcleos del área metropolitana diversifican su población y sus actividades económicas por la difusión desde la ciudad central; y tienden a convertirse en nuevos polos de centralidad, que reducen su dependencia de la ciudad central.

Otros tipos de aglomeraciones urbanas

  • La conurbación es una aglomeración urbana continua formada por el crecimiento paralelo de dos o más ciudades hasta unirse. En España, la mayoría se deben al turismo; y a la fusión de ciudades especializadas.
  • La región urbana es una aglomeración urbana discontinua, integrada por ciudades dispersas, pero lo suficientemente densa como para dar características urbanas a todo el territorio. Suele crearse por el crecimiento paralelo de varias ciudades con tamaño y funciones distintas.

El sistema urbano español

Las ciudades españolas constituyen un sistema integrado por el conjunto de las ciudades y las relaciones que establecen entre sí. En el espacio, el sistema urbano dibuja redes compuestas por nodos y líneas. Las distintas ciudades que componen el sistema se organizan jerárquicamente.

Los componentes del sistema urbano

El sistema urbano español está constituido por un conjunto de ciudades interrelacionadas.

Las ciudades

Las ciudades de un sistema se caracterizan por su tamaño y por las funciones que desempeñan. De acuerdo con estas, ejercen su influencia sobre un área más o menos amplia.

El tamaño de las ciudades

  • El tamaño demográfico de las ciudades se establece mediante la regla rango-tamaño.
    • Existen quince aglomeraciones urbanas que superan los 500000 habitantes.
  • La distribución territorial de las ciudades peninsulares por su tamaño se caracteriza por la localización en el centro peninsular de la mayor aglomeración urbana, Madrid. Rodeándola se encuentran las principales aglomeraciones urbanas, situadas en la periferia, y un espacio interior poco urbanizado, donde predominan las ciudades medias y pequeñas.

Las funciones urbanas

Las funciones urbanas son las actividades socioeconómicas desempeñadas por las ciudades hacia el exterior, no las encaminadas al servicio interno de la ciudad.
  • Las ciudades primarias están especializadas en actividades del sector primario.
  • Las ciudades secundarias están especializadas en la industria.
  • Las ciudades terciarias están especializadas en los servicios, que son hoy las actividades que mejor definen el rango y la influencia de una ciudad.

El área de influencia urbana

Las funciones desempeñadas hacia el exterior convierten a las ciudades en lugares centrales, que abastecen de bienes y servicios a un área más o menos extensa, denominada área de influencia. La amplitud del área será mayor cuanto más diversas y especializadas sean las funciones urbanas: nacional, regional, subregional, comarcal o local.

Las relaciones urbanas en el sistema de ciudades

Las ciudades de un sistema urbano se relacionan entre sí. Estas relaciones se miden por flujos o intercambios económicos (mercancías, capitales, inversiones); de personas; y de otros tipos (políticos, administrativos, culturales, o de información). Cuando los flujos son unidireccionales, entre una ciudad y otra, indican relaciones de dominio/subordinación; cuando son bidireccionales, indican relaciones de integración/competencia.
  • Las relaciones más intensas corresponden a Madrid, que mantiene importantes flujos con las demás metrópolis, especialmente con Barcelona, la segunda metrópolis nacional. Barcelona tiene una influencia general más débil, aunque intensa en el oriente peninsular y Baleares. Y el cuadrante nordeste es el área de mayor integración, pues sus cinco metrópolis principales mantienen intensas relaciones (Madrid-Barcelona-Valencia-Bilbao-Zaragoza).
  • En el resto del sistema, las relaciones entre ciudades son más reducidas e incompletas.

La jerarquía urbana

Las ciudades que componen el sistema urbano se organizan jerárquicamente en función de su tamaño demográfico, sus funciones (sobre todo), la extensión del área de influencia y las relaciones que mantienen con las demás.
  • Las metrópolis nacionales: Madrid y Barcelona. Cuentan con las funciones más diversificadas: concentran las sedes de las grandes empresas nacionales y multinacionales y, por tanto, los centros de decisión empresarial; poseen industrias de alta tecnología y ofrecen servicios muy especializados. Su área de influencia es nacional y mantienen estrechas relaciones con otras metrópolis internacionales.
  • Las metrópolis regionales son grandes áreas metropolitanas. Su población se encuentra entre un millón y 500.000 habitantes. Cuentan con funciones diversificadas industriales y terciarias y ofrecen numerosos servicios especializados. Su área de influencia es regional y mantienen intensas relaciones con las metrópolis nacionales.
  • Las metrópolis subregionales o regionales de segundo orden son áreas metropolitanas de menos tamaño. Cuentan también con funciones bastante diversificadas y algunos servicios especializados (universidad), pero de influencia subregional, o regional en el caso de comunidades autónomas uniprovinciales.
  • Las ciudades medias son en su mayoría capitales provinciales y sociales de ámbitos no incluidas en los apartados anteriores. Sus funciones son menos diversificadas y se centran en servicios comerciales, administrativos y sociales de ámbito provincial.
  • Las ciudades pequeñas. Sus funciones son reducidas y poco especializadas, aunque pueden contar con algunos equipamientos de cierta especialización.

La organización espacial del sistema urbano: los ejes urbanos.

Las distintas categorías de ciudades se distribuyen en el espacio formando agrupamientos o ejes urbanos. El sistema urbano peninsular heredado de la etapa industrial se caracteriza por la localización en el centro de la mayor aglomeración urbana del país, Madrid, rodeada por ejes urbanos periféricos y por un interior poco urbanizado sin ejes integrados.
  • Madrid, en el centro de la Península, es el núcleo urbano principal de España. Concentra funciones terciarias avanzadas y mantiene relaciones con las ciudades de las provincias limítrofes y con las principales ciudades españolas.
  • Los ejes urbanos periféricos se disponen de forma semianular en torno a la capital:
    • El eje atlántico gallego se extiende entre Ferrol y Vigo.
    • El eje cantábrico es un eje discontinuo que incluye el triángulo asturiano (Oviedo-Gijón-Avilés); Santander; y el triángulo vasco (Bilbao-Donostia/San Sebastián-Vitoria/Gasteiz). Se encuentra en fase de ajuste, con progresiva pérdida de la preeminencia de la industria madura.
    • El eje mediterráneo comprende desde Girona a Cartagena. Es el eje más dinámico, con una industria muy diversificada y un fuerte peso de la construcción y el turismo.
    • El eje del valle del Ebro, entre Vitoria/Gasteiz y Tarragona, tiene como ciudad principal Zaragoza. Es un eje dinámico, con equilibrio entre la industria y los servicios, enlaza los ejes cantábrico y mediterráneo.
    • El eje andaluz es doble. El eje litoral, entre Almería y Huelva, es un eje dinámico especializado en el turismo, el comercio y la agricultura tecnificada. El eje del valle del Guadalquivir, entre la costa atlántica y Jaén, es un eje menos dinámico especializado en actividades agrarias, industrias locales y turismo.
  • El interior de la península carece de ejes urbanos integrados. Predominan las pequeñas ciudades especializadas en actividades tradicionales, siendo las más destacas las capitales provinciales. Se están constituyendo ejes incipientes a lo largo de las nuevas infraestructuras de transporte. Eje Madrid-Albacete-Valencia/Alicante; el eje diagonal Badajoz-Madrid-Zaragoza-Barcelona, y el eje Madrid-Valladolid-A Coruña-Oviedo/Gijón.
  • En las islas Baleares y Canarias, la formación de ejes urbanos se ve dificultada por la fragmentación territorial en las islas. Las relaciones con el sistema urbano peninsular tienen lugar sobre todo en Madrid; y con Valencia y Barcelona en el caso de las Baleares.

Los cambios recientes en el sistema urbano

Desde la década de 1980, el sistema urbano español está experimentando cambios. Las causas han sido la implantación del estado autonómico, que estaba favoreciendo la creación de subsistemas urbanos regionales; y la integración en Europa y en el proceso de globalización.

La formación de sistemas urbanos regionales

La implantación del estado de las autonomías está favoreciendo la constitución de subsistemas urbanos regionales. Se caracterizan por el incremento del peso de las capitales autonómicas y de las relaciones entre las ciudades de la comunidad, en detrimento de las relaciones con Madrid y con otros sistemas regionales.

  • Sistemas monocéntricos primados: una aglomeración urbana principal concentra la población y las funciones regionales y faltan los niveles intermedios de ciudades. En estos sistemas, las relaciones son unidireccionales y de dependencia (Madrid, Aragón, Cantabria, Cataluña, Murcia y Baleares).
  • Sistemas monocéntricos jerarquizados: una ciudad principal concentra la población y las funciones regionales, pero existen varios niveles intermedios de ciudades, entre los que se trasmiten los flujos de manera jerárquica (Comunidad Valenciana, Andalucía occidental, La Rioja, Navarra).
  • Sistemas policéntricos: dos o más ciudades se reparten la población y las funciones regionales y mantienen flujos bidireccionales entre sí y unidireccionales con otras ciudades de menos rango (Galicia, Asturias, País Vasco, ambas Castillas, Extremadura, Andalucía oriental y Canarias).

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