domingo, 19 de febrero de 2017

EL GRUPO POÉTICO DEL 27

EL GRUPO POÉTICO DEL 27

Generación o grupo del 27, nómina y momento generacional

Aparición de un grupo de escritores coetáneos, que viven unas experiencias semejantes, una educación semejante, conocidos y amigos entre sí, que escriben con un impulso similar su poesía, sin estar sometida a una común estética prefijada, tenía un espíritu, en temas y estilo, coincidente y nuevo. A este grupo de escritores se le denomina grupo o generación del 27 o, incluso, el vanguardismo español.

Miraríamos así al conjunto de escritores coetáneos -de nacimiento y aparición pública- que viven unas experiencias semejantes, tienen unas lecturas parecidas -están inmersos en el mismo momento cultural- y empiezan a escribir en los mismos años, atentos unos a otros, y presionados por las mismas modas.

Desde el punto de vista interno, estético y temático, lo que llamamos grupo y generación del 27 coincide con nuestra vanguardia. Estos escritores desde 1918 (ultraísmo, creacionismo) hasta 1930-33 (culminación de nuestro surrealismo) adaptan o crean los ismos en España. Esta denominación de vanguardia, para el 27, no debe chocar, sino superficialmente, con el hecho de que sus escritores, acaben por equilibrar la novedad como fin, a la novedad como medio y estímulo, en una reunión de vanguardismo y tradición que es una de las claves de su perfección. En este sentido hay quien piensa que el término que mejor cuadra al grupo del 27, es el de vanguardia, pues crean un vanguardismo original con raíces autóctonas, desde la tradición española.

En 1927 tiene lugar el centenario de Góngora, efemérides que une a Rafael Alberti, Federico García Lorca, Jorge Guillén, Dámaso Alonso y Gerardo Diego. El acto se considera el catalizador de las energías de este incipiente grupo. A los participantes de este acto hay que unir a los que añadió Gerardo Diego, que fijó definitivamente la nómina generacional: Pedro Salinas, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Manuel Altolaguirre y Emilio Prados. Casi todos estos escritores nacen entre 1891 y 1905.

La figura de Góngora, que servía como bandera para estos escritores, supone la reivindicación de un tipo de poesía imaginativa, ingeniosa, en la que primaba la metáfora y en la que la literatura se orientaba hacia un elitismo y una cierta deshumanización. También supone un reconocimiento de la tradición literaria que no es destruida, sino conocida y aceptada.

Formación e influencias

Esta similitud de nivel cultural no solo se limita a un título, sino a una serie de experiencias en común. En general, la mayoría de ellos estudió en centros vinculados con la Institución Libre de Enseñanza, especialmente en la Residencia de Estudiantes y en el Centro de Estudios Históricos. A lo largo de sus encuentros en estos y en otros lugares, se desarrolló un fortísimo vínculo personal entre estos poetas.

Esta comunidad biográfica hace que el factor cultural sea esencial para comprender las deudas de estos poetas con la literatura precedente. Ya hemos mencionado la elección de Góngora como inspirador. Pero también beben ávidamente en los descubrimientos del Centro de Educación Históricos, especialmente en la lírica popular y el romancero. De sus contemporáneos, las “afinidades electivas” iban hacia Juan Ramón Jiménez, al que consideraban el gran poeta de su tiempo.

La poesía desnuda era un buen ejemplo de un nuevo tipo de arte deshumanizado, antisentimental, cuyo teorizador más importante era Ortega y Gasset. El influjo que La deshumanización del arte ejerció sobre esta generación casi convirtió esta obra de panorama descriptivo en un manifiesto. Cinco son las características principales que Ortega detecta en el nuevo arte: impopularidad, arte artístico, deshumanización, primacía de la metáfora e intrascendencia. Igualmente Ramón Gómez de la Serna, el padre del vanguardismo español, simpatizó con los nuevos poetas, y estos asimilaron sus greguerías como la potenciación de las metáforas que propugnó Ortega y que ellos tomaron como un pilar de su arte.

La generación del 27 era una generación universitaria (todos menos Alberti), republicana progresista y liberal, por lo que no es extraño que la mayor parte ellos tomase partido por la república (excepto Gerardo Diego), al iniciarse la guerra civil. Su preocupación religiosa es escasa, solo Gerardo Diego es católico declarado.

Inmersos en su época practican un sentido de la vida lúdico, deportivo, de trato muy abierto y de libertad sexual. Un rasgo muy distintivo de la generación es la importante y activa presencia de la mujer como escritora y como compañera. Son tiempos muy importantes para el feminismo, también los hombres escriben a favor de las libertades femeninas y de la pareja.

Etapas de la obra del grupo del 27

Podemos distinguir seis etapas:
  • LA PRIMERA ETAPA: Podríamos poner, sin demasiada precisión, la fecha de 1918 como principio y llevarla hasta 1925. Es una época de tanteos, algunos poetas como Diego, ya están realizando su labor importante, mientras que otros sólo dan los primeros pasos. Es una etapa de transición. A partir de 1918 se crean tres revistas fundamentales para la vanguardia: Grecia, Reflector y Ultra. Estamos aún muy lejos del equilibrio y perfección del momento generacional. El gran libro de este momento, que presagia lo que vendrá, es Imagen de Gerardo Diego.
  • LA SEGUNDA ETAPA: desde 1926 a 1929, años en los que se da una aplísima y representativa producción poética, una verdadera eclosión de autores, libros y revistas. La poesía pura, el neogongorismo y el neotradicionalismo alcanzan su momento culminante. El Centenario es en su conjunto, dos cosas: una toma de ciencia de lo que debe ser el poeta y la poesía; y un rechazo de una tradición académica y estética estancada respectivamente en historicismo del XIX y en el Modernismo.
  • En los años 29 y 30 empieza LA TERCERA ETAPA. Una indudable politización en la joven literatura, al compás de los acontecimientos sociopolíticos. En contraste con La deshumanización del arte de Ortega, aparece El nuevo Romanticismo de Díaz Fernández. Este proceso de politización y de “impureza” en la literatura se va incrementando sistemáticamente hasta 1936, y se observa en las revistas, que empiezan a estar cargadas de ideología de distinto signo. Un hecho importante a partir de 1929 es la irrupción del surrealismo en la poesía. El surrealismo es un humanismo; el hombre y su liberación son los grandes objetivos. Ello supone la crisis de la idea de la poesía pura. Alberti y Prados dan un giro a la izquierda y emprenden una poesía de tipo más social. Es el año de la Antología de Diego, en la que Guillén manifestó que pretendía una poesía <<bastante pura, pero no demasiado>>.
    Aunque los españoles no adoptaron la escritura automática del surrealismo, lo que absorbieron de él les alejó de sus objetivos iniciales; sin embargo, el giro mayor vendrá de la mano de la política. En 1929 Alberti funda la revista comunista Octubre. En 1935 llega a Madrid Pablo Neruda, que refuerza la reacción al publicar su revista Caballo verde para la poesía, en cuyo primer número puede leerse el manifiesto <<Para una poesía sin pureza>>. Juan Ramón Jiménez, hasta entonces padrino de las nuevas hornadas líricas, sintió esta evolución como un insulto personal, de este momento data su alejamiento de los hombres del 27.
    Dámaso Alonso ha llamado a este periodo suyo “neorromántico”; Lorca escribe en 1929-30 Poeta en Nueva York, el inicio de su giro social; Espadas como labios, la gran obra surrealista de Aleixandre es de 1932.
  • Llega la guerra y con ella una CUARTA ETAPA en la que solo caben dos actitudes: O silenciarse prácticamente o bien politizarse por completo, más preocupados que por el estilo, están preocupados por la defensa y propaganda de las ideas por las que combaten. También hay tonos intermedios que dan su voz poética, solo de vez en cuando, a la contienda. Bajo las premisas y la urgencia de la lucha, la calidad de la poesía ha bajado, aunque cobre ahora tintes humanos, dramáticos y populares apasionantes. Todos ellos cuentan en este momento bélico con una poesía de circunstancias, especialmente romances, bien para inflamar el ardor guerrero, bien para congraciarse con alguno de los bandos.
  • Viene una QUINTA ETAPA de tajante exilio. El grupo se ha dispersado dramáticamente, pero no se han roto los lazos de amistad entre ellos. En el exilio el tema del compromiso político va a continuar y, poetas que no habían escrito en este sentido, lo van a hacer ahora. Pero el tema del compromiso va a tener como alternativa el de la nostalgia por la tierra perdida. La vida y la historia ocupan ahora todo el arte de los antaño “deshumanizados”.
    Los que permanecieron en España sufrieron una evolución similar. Un tono angustiado, existencial, es el predominante en este momento. Hijos de la ira de Dámaso Alonso es un grito de desesperación. Aleixandre también se muestra solitario e impregnado de realidad vital en Historia del corazón.
  • Distinguiremos una SEXTA ETAPA. En esta etapa se nota la cicatrización, al menos parcial, de las heridas, el esfuerzo de encontrar los últimos caminos y el éxito a nivel universal de todos estos poetas, uno de los cuales, como representación de todos, obtiene el Premio Nobel: Aleixandre.

Temas y recursos

Habremos de tener en cuenta la evolución de los temas al compás de los acontecimientos en que se ven envueltos a través de sus vidas. En lineas generales podemos fijar los criterios siguientes. El destino individual del hombre, lo metafísico, les interesa poco en comparación con la tradición española, especialmente en las etapas anteriores a 1939: El destino de la pareja tiene en este grupo un extenso muestrario y una fuerte originalidad. El destino colectivo tiene un tratamiento poco político y social, al compás de su gusto por la ciudad de los hombres, el cosmopolitismo y el progreso. Más tarde el compromiso social y político empieza a aparecer y alcanzan, en ciertos momentos, gran intensidad. En cuanto al tema de la naturaleza en que se insertan estos tres destinos, su presencia es siempre considerable y original.
  • La civitas hominum (la ciudad de los hombres)
    La generación insiste en el tema de la ciudad, con el confort de los nuevos tiempos y aún de sus frivolidades. El tema de la ciudad y su entorno, y el de las comunicaciones entre sí, protagonizan una gran parte de esta literatura. Y no como un motivo aislado, sino a través de libros enteros o de partes unitarias de ellos.
  • El amor
    El amor se hace con frecuencia abiertamente sexual. Es un dato importante la carencia de prejuicios; su sensualidad sin muchas inhibiciones se traslada a menudo al papel, y así los cuerpos desnudos son cantados con exaltación. Toda expresión romántica es evitada, para combatir el subjetivismo romántico, el escritor huye de la confesión personal, desaparece tras el poema. Son multitud los poemas amorosos en los que el paraíso se encierra en las cuatro paredes de una habitación donde la naturaleza humana triunfa desnuda y elemental. Salvo en Aleixandre, donde el desnudo va unido, al igual que la pareja, a las fuerzas naturales, en la mayoría el desnudo aparece, o en un interior, o en un primer plano, sin la necesidad del paraíso natural envolvente. En Cernuda es normal el acercamiento del desnudo al mar. La generación del 27 canta al amor pleno de la pareja de forma muy deliberada. Esa libertad y plenitud de la pareja, no solo está buscada con las palabras, sino en la vida, en forma de un feminismo radical que ejemplifica con la vida de numerosas mujeres intelectuales, bastantes de ellas unidas por lazos efectivos a escritores.
  • La naturaleza
    La naturaleza pierde su carácter salvaje para “domesticarse” en forma de jardines, o de facetas cercanas a los urbano. De cualquier forma su tratamiento es optimista y exaltante. El fuerte sentimiento que la naturaleza provoca en la mayor parte de los del 27 se observa en el cuasi panteísmo de Aleixandre y Prados o en el Edén de Cernuda.
  • El compromiso
    En el compromiso social y político del grupo, distinguimos tres etapas:
    • Antes de 1936 bastantes evitaron escribir poesía social y política. No obstante Poeta en Nueva York tiene un amplio registro de protesta social.
    • Durante la Guerra Civil los poetas del 27 se unen con algunos escritores mayores que ellos y con bastantes más jóvenes, y forman la base, primero en revistas, después en libros colectivos, de un impresionante cancionero y romancero de guerra. De forma individual los poetas del grupo no publican demasiados libros.
    • Después de la guerra, muchos de estos escritores abandonaron su actitud de poetas directamente combativos. Alberti en el exilio fue alternando la poesía política con la personal. Pero poetas que no habían abordado el tema del compromiso social y político, lo hacen ahora.
Con respecto a los aspectos literarios, la honda vinculación con lo tradicional y lo clásico del arte español. Junto al verso libre y la prosa poética, el 27 practica a la perfección toda la métrica tradicional, por lo que la continuidad con los clásicos se aseguró. El empleo del verso libre les abrió las puertas a la influencia de Juan Ramón y el Surrealismo, así como de autores hispanoamericanos como Neruda o Vallejo. El desaparecido ritmo del verso libre, nace ahora de la propia organización o forma de contenido del poema. La integración de todo se hace así rasgo definitorio y aspiración de una generación literaria.



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