EL SISTEMA POLÍTICO DE LA RESTAURACIÓN
Causas y orígenes de la Restauración
La inestabilidad del Sexenio
Democrático provocó un viraje de la burguesía hacia posiciones
conservadoras: Provocó anhelo de la restauración monárquica.
Cánovas del Castillo fue la
gran figura política del momento y el artífice de la Restauración,
ya que fue él quien preparó la vuelta a España -y al trono- de
Alfonso XII, hijo de Isabel II. La intención de Cánovas era que la
restauración borbónica se impusiera como resultado de un estado de
opinión favorable, y no mediante un nuevo pronunciamiento militar.
Para ello, redactó e hizo firmar al príncipe Alfonso el Manifiesto
de Sandhurst.
Pero los militares se
adelantaron una vez más y el desencadenante de la Restauración fue
el pronunciamiento en Sagunto del general Martínez Campos que
proclamó rey de España a Alfonso XII.
Cánovas y la Teoría del Sistema Político de la Restauración
Cánovas del Castillo no solo
había preparado y dirigido la estrategia para volver a entronizar a
la casa de Borbón en España, sino que también había diseñado el
nuevo sistema político por el cual se había de regir la monarquía,
aspiraba a conseguir un sistema político estable y sólido.
Su fuente de inspiración era el
modelo inglés, cuya estabilidad se basaba en la alternancia en el
gobierno de dos grandes partidos. El proyecto político de Cánovas
se apoyaba sobre tres soportes fundamentales:
- El rey y las Cortes como instituciones fundamentales
- El bipartidismo como sistema idóneo de alternancia en el poder.
- Una Constitución moderada como marco jurídico del sistema.
Dos instituciones históricas: el rey y las Cortes
Para Cánovas, la nación era
una creación histórica que se configuraba a lo largo del tiempo. Y
de la experiencia histórica surgía una Constitución interna. El
rey y las Cortes son instituciones fundamentales de la Constitución
interna de la nación española, debía ejercer la soberanía
conjuntamente.
Cánovas, retornaba así a los
planteamientos del liberalismo doctrinario y su defensa de la
soberanía compartida entre el rey y las Cortes.
Dos partidos principales: el Conservador y el Liberal
Siguiendo el modelo bipartidista
inglés, Cánovas no se limitó a configurar su propio partido, el
Partido Conservador, sino que además organizó su oposición, con la
colaboración de otro político pragmático, Sagasta, que creó el
Partido Liberal. Ambos eran partido dinásticos (defensores de la
monarquía borbónica) y de cuadros (integrados solo por dirigentes
políticos, sin base de afiliados).
El Partido Conservador se había
formado en el contexto de la revolución de 1868, como continuador
del Partido Moderado. Integraba a los antiguos moderados, partidarios
de la Constitución de 1845, a los miembros de la Unión Católica de
Pidal, y a los alfonsinos de Cánovas.
El Partido Liberal aglutinó a
la izquierda moderada burguesa. Excluidos de la posibilidad de
gobernar quedaron los carlistas por anticonstitucionales y los
partidos republicanos, por antimonárquicos.
La Constitución Moderada de 1876
El resultado fue la Constitución
de 1876 moderada y basada en lo esencial en la de 1845.
Características de la Constitución de 1876:
- Establecía la soberanía compartida entre el rey y las Cortes.
- Aumentaba las prerrogativas del rey, que mantenía el poder ejecutivo, nombraba y separaba libremente a los ministros, sancionaba y promulgaba las leyes, y convocaba, suspendía y disolvía las Cortes.
- Las Cortes eran bicamerales y tenían un poder limitado:
- El Senado adquiría un carácter sumamente elitista y conservador, a juzgar por los tres grupos que lo integraban: senadores vitalicios por derecho propio, senadores vitalicios nombrados por el rey, y senadores elegidos por los mayores contribuyentes y las Corporaciones.
- El Congreso era electivo, pero la Constitución no definía el tipo de sufragio. Lo que permitía que por ley se estableciera a cada momento el que más le interesara al partido en el poder.
- Contenía una declaración de derechos, pero se limitaba a reconocerlos con carácter general y dejaba la regulación concreta de su ejercicio a las leyes ordinarias.
- Declaraba el catolicismo como religión oficial del Estado y se prohibían ñas manifestaciones públicas de cualquier otra religión, aunque se reconocía la libertad individual de culto.
El régimen institucional
resultante de esta Constitución, con un evidente predominio del
papel del monarca frente a las Cortes, era muy similar al reinado
efectivo de Isabel II.
El Funcionamiento Real del Sistema
El Turno de los Partidos
La mayoría de los partidos se
acabaron integrando en uno de los dos grandes partidos del sistema:
el Conservador de Cánovas o el Liberal de Sagasta.
Ambos partidos estaban muy
próximos entre sí incluso en el ámbito ideológico. El
procedimiento del sistema de turno pacífico consistía en lo
siguiente:
- Los dos partidos del sistema se relevaban en poder de forma pacífica y se concebían mutuamente plazos razonables de gobierno.
- El partido de la oposición aceptaba los cambios de cierta importancia realizados por el partido en el poder y se comprometía a mantenerlos cuando les correspondía gobernar.
- Cuando se quería cambiar de gobierno el rey disolvía las Cortes y convocaba nuevas elecciones que eran debidamente manipuladas para que el nuevo partido empezara a gobernar.
Esta práctica del <<turno>>
no era exclusiva de España, sino que tenía sus equivalentes en
otras dos monarquías: en Italia y en Portugal.
El caciquismo y el fraude electoral
Ya se ha explicado cómo los
cambios de gobierno se pactaban de antemano y después se amañaban
las elecciones mediante métodos fraudulentos. Tanto el Partido
Conservador como el Liberal tenían su propia red organizada, para
asegurarse los resultados electorales adecuados cuando les
correspondiese el turno de gobernar.
El <<pucherazo>>
consistía en cambiar antes del recuento de la urna verdadera por
otra con con los votos deseados, o en añadir votos falsos para
inclinar el resultado a favor del candidato previsto.
De este modo, se organizaba el
fraude electoral de arriba abajo, bajo la coordinación del propio
Ministro de la Gobernación. El sistema político de la Restauración
no era más que una fachada institucional para ocultar el verdadero
control del poder por parte de una reducida oligarquía.
La Oposición al Sistema: Republicanos, Movimiento obrero y Nacionalismos.
Partidos republicanos
El
fracaso de la Primera República puso de manifiesto las profundas
divisiones existentes en las filas republicanas, entre los cuales se
pueden distinguir cuatro grupos ideológicos: los federalistas, los
centralistas, los posibilistas y los progresistas.
Los
más próximos a las clases populares eran los federalistas, con su
programa de reformismo social; al contrario que los posibilistas,
partidarios de una democracia conservadora.
Unos
u otros en todas las convocatorias electorales representación
parlamentaria, aunque siempre escasa y en las ciudades, donde el
caciquismo era más limitado y el fraude electoral resultaba más
difícil.
El movimiento obrero y campesino
Desde
1874, tras la prohibición de Serrano, las asociaciones obreras
vivieron en la clandestinidad o camufladas bajo asociaciones.
En
España se fueron configurando las organizaciones socialistas y
anarquistas por separado.
El movimiento anarquista hasta finales de siglo
Los
anarquistas constituían la corriente mayoritaria. Sus principales
focos estaban en el campo andaluz y entre el proletariado urbano
catalán.
Los
artistas rechazaban toda acción política por vía parlamentaria,
empezó a ganar adeptos, tanto entre los campesinos como entre los
obreros, la táctica propuesta por Kropotkin, partidario de la
violencia terrorista o <<propaganda por el hecho>>.
Uno
de los atentados anarquistas acabó con la vida de Cánovas del
Castillo en Guipúzcoa
El movimiento socialista hasta finales de siglo
Pablo Iglesias fundó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y
la Unión General de Trabajadores (UGT). En 1889 se fundó la Segunda
Internacional en la que predominaba la corriente marxista.
Al año siguiente la Segunda Internacional estableció el 1 de mayo
como día del obrero para reivindicar la jornada laboral de ocho
horas. Este desencadenó una huelga general en Bilbao, donde las
condiciones laborales eran especialmente duras y supuso una
importante victoria para los obreros: jornada promedio de diez horas,
libertad para residir o no en los barracones y supresión del truck
system.
Los comienzos de los sindicatos católicos
El primero fue el Circulo Católico de Obreros a
imitación de los Círculos obreros franceses. Fueron los procedentes
de los sindicatos católicos, aunque en realidad eran más bien
casinos populares, que contaban con el apoyo de los patronos y cuyo
objetivo principal era apartar a los obreros de la taberna.
La emergencia de los regionalismos y nacionalismos
Los regionalismos y nacionalismos periféricos alcanzaron un notable
desarrollo en los años finales del siglo XIX, como reacción al
carácter centralista del sistema político.
El catalanismo
La Renaixença fue un movimiento literario y cultural para la
recuperación de la lengua y cultura catalanas. El momento culminante
de lo que todavía era solo un movimiento de carácter cultural se
alcanzó con la restauración de los Juegos Florales.
Aunque en el Sexenio Democrático el sector intransigente de los
republicanos federalistas habían tratado de implantar un Estado
catalán, no se puede hablar de catalanismo político hasta la
Restauración. A partir de ese momento empezó a articularse en dos
vertientes ideológicas: una de carácter republicano y federal y
otro de carácter conservador y tradicionalista.
El principal representante de los comienzos del catalanismo político
fue el republicano federalista Valentí Almirall, fundó el Diari
Catalá el primero en lengua catalana. Realizó una exposición
sistemática de un catalanismo interclasista y aglutinador que debía
luchar por la autonomía política y la defensa de las señas de
identidad catalanas.
El grupo más conservador fundó la Unió Catalanista se
celebró en Manresa y en ella se aprobaron las Bases para la
Constitución Regional Catalana. Conocidas como Base de Manresa
consideradas como el acta de nacimiento del nacionalismo catalán de
carácter conservador.
El más activo ideólogo y organizador de finales del siglo XIX y
comienzos del XX fue Prat de la Riba. Fue uno de los impulsores de la
creación en 1901 de la Lliga Regionalista Catalana. La Lliga era un
partido político conservador que aspiraba a la autonomía de
Cataluña. Su base social estaba en amplios sectores de las clases
medias y altas.
El nacionalismo vasco
El euskera al estar limitado al ámbito rural carecía por completo
de tradición literaria. Las causas del nacionalismo vasco son
principalmente dos:
- La rápida industrialización de Vizcaya como consecuencia del desarrollo de la industria siderometalúrgica por la llegada masiva de inmigrantes no vascos.
- La abolición de sus fueros históricos tras la última guerra carlista (1876)
A partir de una idealización de su pasado y de la sociedad
tradicional (católica y rural), el nacionalismo vasco rechazó la
<<españolización>>. Y como como reacción a la
<<agresión española>>, se sublimó todo lo considerado
genuinamente vasco y se reivindicó un Estado propio.
Sabino Arana fundó en 1894 el Partido Nacionalista Vasco (PNV), de
raíces carlistas y claramente conservador, cuyo lema era <<Dios
y ley vieja>>. Al principio su apoyo social fue escaso debido a
su radicalismo antiespañol e independentista, su rancio
tradicionalismo agrario y su limitación al entorno vizcaíno, ya que
la alta burguesía se sentía bien representada en Madrid. Por ello,
desde comienzos del S. XX, evolucionó hacia posiciones más
moderadas para extender su influencia entre la población vasca.
El regionalismo gallego
En Galicia en 1846 aconteció el más temprano caso de levantamiento
autonomista, con un carácter progresista y revolucionario. El
nacionalismo gallego tuvo un desarrollo lento y con poco arraigo
social debido al atraso económico de la región.
A mediados de siglo surgió en el contexto del Romanticismo tardío
conocido como O Rexurdimiento, de carácter cultural, aunque ya con
unos tímidos planteamientos políticos.
Murguía, esposo de Rosalía de Castro, fundó la Asociación
Regionalista Galega, de marcada tendencia tradicional.
Las Nuevas Experiencias en Educación
La Institución Libre de Enseñanza
Fue fundada con el objetivo de aplicar los principios filosóficos
del krausismo al ámbito de la educación. Frente a los tradicionales
métodos memorísticos y librescos, la Institución Libre de
Enseñanza propugnaba una educación integral y activa, que
incorporaba nuevas materias y actividades.
Las Escuelas del Ave María
Se fundaron en Granada. Aplicaban unos planteamientos pedagógicos
similares a los de la Institución Libre de Enseñanza, pero se
diferenciaban en dos aspectos fundamentales: su carácter religioso y
su orientación social hacia los sectores más marginados de Granada,
en especial los niños de la comunidad gitana, que pretendían
sacarlos del ambiente en el que vivían.
La Escuela Moderna
La Escuela Moderna fue fundada en Barcelona en 1901 por Francisco
Ferrer Guardia. Y defendía una educación sin coacción.
Fundamentándose en el racionalismo moral, pretendía inculcar los
valores libertarios de igualdad y solidaridad, inspirados en el
anarquismo. Fue la primera experiencia pedagógica vinculada al
movimiento obrero.
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