sábado, 11 de febrero de 2017

EL SISTEMA POLÍTICO DE LA RESTAURACIÓN

EL SISTEMA POLÍTICO DE LA RESTAURACIÓN

Causas y orígenes de la Restauración

La inestabilidad del Sexenio Democrático provocó un viraje de la burguesía hacia posiciones conservadoras: Provocó anhelo de la restauración monárquica.
Cánovas del Castillo fue la gran figura política del momento y el artífice de la Restauración, ya que fue él quien preparó la vuelta a España -y al trono- de Alfonso XII, hijo de Isabel II. La intención de Cánovas era que la restauración borbónica se impusiera como resultado de un estado de opinión favorable, y no mediante un nuevo pronunciamiento militar. Para ello, redactó e hizo firmar al príncipe Alfonso el Manifiesto de Sandhurst.
Pero los militares se adelantaron una vez más y el desencadenante de la Restauración fue el pronunciamiento en Sagunto del general Martínez Campos que proclamó rey de España a Alfonso XII.

Cánovas y la Teoría del Sistema Político de la Restauración

Cánovas del Castillo no solo había preparado y dirigido la estrategia para volver a entronizar a la casa de Borbón en España, sino que también había diseñado el nuevo sistema político por el cual se había de regir la monarquía, aspiraba a conseguir un sistema político estable y sólido.
Su fuente de inspiración era el modelo inglés, cuya estabilidad se basaba en la alternancia en el gobierno de dos grandes partidos. El proyecto político de Cánovas se apoyaba sobre tres soportes fundamentales:
  1. El rey y las Cortes como instituciones fundamentales
  2. El bipartidismo como sistema idóneo de alternancia en el poder.
  3. Una Constitución moderada como marco jurídico del sistema.

Dos instituciones históricas: el rey y las Cortes

Para Cánovas, la nación era una creación histórica que se configuraba a lo largo del tiempo. Y de la experiencia histórica surgía una Constitución interna. El rey y las Cortes son instituciones fundamentales de la Constitución interna de la nación española, debía ejercer la soberanía conjuntamente.
Cánovas, retornaba así a los planteamientos del liberalismo doctrinario y su defensa de la soberanía compartida entre el rey y las Cortes.

Dos partidos principales: el Conservador y el Liberal

Siguiendo el modelo bipartidista inglés, Cánovas no se limitó a configurar su propio partido, el Partido Conservador, sino que además organizó su oposición, con la colaboración de otro político pragmático, Sagasta, que creó el Partido Liberal. Ambos eran partido dinásticos (defensores de la monarquía borbónica) y de cuadros (integrados solo por dirigentes políticos, sin base de afiliados).
El Partido Conservador se había formado en el contexto de la revolución de 1868, como continuador del Partido Moderado. Integraba a los antiguos moderados, partidarios de la Constitución de 1845, a los miembros de la Unión Católica de Pidal, y a los alfonsinos de Cánovas.
El Partido Liberal aglutinó a la izquierda moderada burguesa. Excluidos de la posibilidad de gobernar quedaron los carlistas por anticonstitucionales y los partidos republicanos, por antimonárquicos.

La Constitución Moderada de 1876

El resultado fue la Constitución de 1876 moderada y basada en lo esencial en la de 1845. Características de la Constitución de 1876:
  • Establecía la soberanía compartida entre el rey y las Cortes.
  • Aumentaba las prerrogativas del rey, que mantenía el poder ejecutivo, nombraba y separaba libremente a los ministros, sancionaba y promulgaba las leyes, y convocaba, suspendía y disolvía las Cortes.
  • Las Cortes eran bicamerales y tenían un poder limitado:
    • El Senado adquiría un carácter sumamente elitista y conservador, a juzgar por los tres grupos que lo integraban: senadores vitalicios por derecho propio, senadores vitalicios nombrados por el rey, y senadores elegidos por los mayores contribuyentes y las Corporaciones.
    • El Congreso era electivo, pero la Constitución no definía el tipo de sufragio. Lo que permitía que por ley se estableciera a cada momento el que más le interesara al partido en el poder.
  • Contenía una declaración de derechos, pero se limitaba a reconocerlos con carácter general y dejaba la regulación concreta de su ejercicio a las leyes ordinarias.
  • Declaraba el catolicismo como religión oficial del Estado y se prohibían ñas manifestaciones públicas de cualquier otra religión, aunque se reconocía la libertad individual de culto.
El régimen institucional resultante de esta Constitución, con un evidente predominio del papel del monarca frente a las Cortes, era muy similar al reinado efectivo de Isabel II.

El Funcionamiento Real del Sistema

El Turno de los Partidos

La mayoría de los partidos se acabaron integrando en uno de los dos grandes partidos del sistema: el Conservador de Cánovas o el Liberal de Sagasta.
Ambos partidos estaban muy próximos entre sí incluso en el ámbito ideológico. El procedimiento del sistema de turno pacífico consistía en lo siguiente:
  • Los dos partidos del sistema se relevaban en poder de forma pacífica y se concebían mutuamente plazos razonables de gobierno.
  • El partido de la oposición aceptaba los cambios de cierta importancia realizados por el partido en el poder y se comprometía a mantenerlos cuando les correspondía gobernar.
  • Cuando se quería cambiar de gobierno el rey disolvía las Cortes y convocaba nuevas elecciones que eran debidamente manipuladas para que el nuevo partido empezara a gobernar.
Esta práctica del <<turno>> no era exclusiva de España, sino que tenía sus equivalentes en otras dos monarquías: en Italia y en Portugal.

El caciquismo y el fraude electoral

Ya se ha explicado cómo los cambios de gobierno se pactaban de antemano y después se amañaban las elecciones mediante métodos fraudulentos. Tanto el Partido Conservador como el Liberal tenían su propia red organizada, para asegurarse los resultados electorales adecuados cuando les correspondiese el turno de gobernar.
El <<pucherazo>> consistía en cambiar antes del recuento de la urna verdadera por otra con con los votos deseados, o en añadir votos falsos para inclinar el resultado a favor del candidato previsto.
De este modo, se organizaba el fraude electoral de arriba abajo, bajo la coordinación del propio Ministro de la Gobernación. El sistema político de la Restauración no era más que una fachada institucional para ocultar el verdadero control del poder por parte de una reducida oligarquía.

La Oposición al Sistema: Republicanos, Movimiento obrero y Nacionalismos.

Partidos republicanos

El fracaso de la Primera República puso de manifiesto las profundas divisiones existentes en las filas republicanas, entre los cuales se pueden distinguir cuatro grupos ideológicos: los federalistas, los centralistas, los posibilistas y los progresistas.
Los más próximos a las clases populares eran los federalistas, con su programa de reformismo social; al contrario que los posibilistas, partidarios de una democracia conservadora.
Unos u otros en todas las convocatorias electorales representación parlamentaria, aunque siempre escasa y en las ciudades, donde el caciquismo era más limitado y el fraude electoral resultaba más difícil.

El movimiento obrero y campesino

Desde 1874, tras la prohibición de Serrano, las asociaciones obreras vivieron en la clandestinidad o camufladas bajo asociaciones.
En España se fueron configurando las organizaciones socialistas y anarquistas por separado.

El movimiento anarquista hasta finales de siglo

Los anarquistas constituían la corriente mayoritaria. Sus principales focos estaban en el campo andaluz y entre el proletariado urbano catalán.
Los artistas rechazaban toda acción política por vía parlamentaria, empezó a ganar adeptos, tanto entre los campesinos como entre los obreros, la táctica propuesta por Kropotkin, partidario de la violencia terrorista o <<propaganda por el hecho>>.
Uno de los atentados anarquistas acabó con la vida de Cánovas del Castillo en Guipúzcoa

El movimiento socialista hasta finales de siglo

Pablo Iglesias fundó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y la Unión General de Trabajadores (UGT). En 1889 se fundó la Segunda Internacional en la que predominaba la corriente marxista.
Al año siguiente la Segunda Internacional estableció el 1 de mayo como día del obrero para reivindicar la jornada laboral de ocho horas. Este desencadenó una huelga general en Bilbao, donde las condiciones laborales eran especialmente duras y supuso una importante victoria para los obreros: jornada promedio de diez horas, libertad para residir o no en los barracones y supresión del truck system.

Los comienzos de los sindicatos católicos

El primero fue el Circulo Católico de Obreros a imitación de los Círculos obreros franceses. Fueron los procedentes de los sindicatos católicos, aunque en realidad eran más bien casinos populares, que contaban con el apoyo de los patronos y cuyo objetivo principal era apartar a los obreros de la taberna.

La emergencia de los regionalismos y nacionalismos

Los regionalismos y nacionalismos periféricos alcanzaron un notable desarrollo en los años finales del siglo XIX, como reacción al carácter centralista del sistema político.

El catalanismo

La Renaixença fue un movimiento literario y cultural para la recuperación de la lengua y cultura catalanas. El momento culminante de lo que todavía era solo un movimiento de carácter cultural se alcanzó con la restauración de los Juegos Florales.
Aunque en el Sexenio Democrático el sector intransigente de los republicanos federalistas habían tratado de implantar un Estado catalán, no se puede hablar de catalanismo político hasta la Restauración. A partir de ese momento empezó a articularse en dos vertientes ideológicas: una de carácter republicano y federal y otro de carácter conservador y tradicionalista.
El principal representante de los comienzos del catalanismo político fue el republicano federalista Valentí Almirall, fundó el Diari Catalá el primero en lengua catalana. Realizó una exposición sistemática de un catalanismo interclasista y aglutinador que debía luchar por la autonomía política y la defensa de las señas de identidad catalanas.
El grupo más conservador fundó la Unió Catalanista se celebró en Manresa y en ella se aprobaron las Bases para la Constitución Regional Catalana. Conocidas como Base de Manresa consideradas como el acta de nacimiento del nacionalismo catalán de carácter conservador.
El más activo ideólogo y organizador de finales del siglo XIX y comienzos del XX fue Prat de la Riba. Fue uno de los impulsores de la creación en 1901 de la Lliga Regionalista Catalana. La Lliga era un partido político conservador que aspiraba a la autonomía de Cataluña. Su base social estaba en amplios sectores de las clases medias y altas.

El nacionalismo vasco

El euskera al estar limitado al ámbito rural carecía por completo de tradición literaria. Las causas del nacionalismo vasco son principalmente dos:
  • La rápida industrialización de Vizcaya como consecuencia del desarrollo de la industria siderometalúrgica por la llegada masiva de inmigrantes no vascos.
  • La abolición de sus fueros históricos tras la última guerra carlista (1876)
A partir de una idealización de su pasado y de la sociedad tradicional (católica y rural), el nacionalismo vasco rechazó la <<españolización>>. Y como como reacción a la <<agresión española>>, se sublimó todo lo considerado genuinamente vasco y se reivindicó un Estado propio.
Sabino Arana fundó en 1894 el Partido Nacionalista Vasco (PNV), de raíces carlistas y claramente conservador, cuyo lema era <<Dios y ley vieja>>. Al principio su apoyo social fue escaso debido a su radicalismo antiespañol e independentista, su rancio tradicionalismo agrario y su limitación al entorno vizcaíno, ya que la alta burguesía se sentía bien representada en Madrid. Por ello, desde comienzos del S. XX, evolucionó hacia posiciones más moderadas para extender su influencia entre la población vasca.

El regionalismo gallego

En Galicia en 1846 aconteció el más temprano caso de levantamiento autonomista, con un carácter progresista y revolucionario. El nacionalismo gallego tuvo un desarrollo lento y con poco arraigo social debido al atraso económico de la región.
A mediados de siglo surgió en el contexto del Romanticismo tardío conocido como O Rexurdimiento, de carácter cultural, aunque ya con unos tímidos planteamientos políticos.
Murguía, esposo de Rosalía de Castro, fundó la Asociación Regionalista Galega, de marcada tendencia tradicional.

Las Nuevas Experiencias en Educación

La Institución Libre de Enseñanza

Fue fundada con el objetivo de aplicar los principios filosóficos del krausismo al ámbito de la educación. Frente a los tradicionales métodos memorísticos y librescos, la Institución Libre de Enseñanza propugnaba una educación integral y activa, que incorporaba nuevas materias y actividades.

Las Escuelas del Ave María

Se fundaron en Granada. Aplicaban unos planteamientos pedagógicos similares a los de la Institución Libre de Enseñanza, pero se diferenciaban en dos aspectos fundamentales: su carácter religioso y su orientación social hacia los sectores más marginados de Granada, en especial los niños de la comunidad gitana, que pretendían sacarlos del ambiente en el que vivían.

La Escuela Moderna

La Escuela Moderna fue fundada en Barcelona en 1901 por Francisco Ferrer Guardia. Y defendía una educación sin coacción. Fundamentándose en el racionalismo moral, pretendía inculcar los valores libertarios de igualdad y solidaridad, inspirados en el anarquismo. Fue la primera experiencia pedagógica vinculada al movimiento obrero.



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