EL REINADO DE ALFONSO XII Y LA REGENCIA DE MARÍA CRISTINA DE HABSBURGO
El Reinado de Alfonso XII (1875-1885): Los Éxitos Políticos del Sistema
El gobierno lo ejerció básicamente el Partido Conservador salvo de
1881 a 1884. El gran protagonista de esta época fue Cánovas del
Castillo, además de restaurar la monarquía borbónica afianzó su
sistema político.. Se promulgó la Constitución de 1876. Se acabó
con el tradicional protagonismo político de los militares; se
liquidaron las guerras; la carlista y la de Cuba.
La estabilización de la vida política y la consolidación de la vida civil
El objetivo de Cánovas del Castillo con la restauración monárquica
en la figura de Alfonso XII era la creación de un sistema político
estable y basado en orden social.
El sistema ideado por Cánovas, inspirado en el modelo inglés y en
la tradición del liberalismo moderado español. Su sistema tenía
tres pilares: la Constitución de 1876, el bipartidismo y la práctica
del turno, que permitía la alternancia pacífica de gobiernos
conservadores y liberales. Poco a poco fue desaparecieron el recurso
al pronunciamiento militar.
La finalización de la guerra carlista (1876)
La tercera guerra carlista, iniciada en 1872 durante el reinado de
Amadeo de Saboya, entró en su fase final por varios motivos:
- El propio desgaste militar de las tropas carlistas.
- La nueva situación política del Sexenio, que recuperó para el bando gubernamental a quienes habían apoyado el carlismo solo como actitud de rechazo a la orientación política del Sexenio.
- La mayor capacidad militar del nuevo régimen.
La finalización de la Guerra de los Diez Años en Cuba (1878)
Tras la aprobación de la Constitución de 1876 se envió al general
Martínez Campos que combinó en su ofensiva las victorias militares
con gestiones políticas para solucionar el conflicto.
- Se mejoraron las condiciones políticas y administrativas de la isla.
- Se concedió una amplia amnistía, que incluía el indulto a los insurrectos y a los desertores españoles, libertad para los esclavos de las filas rebeldes y facilidades para que abandonara la isla quien lo deseara.
El problema quedó aplazado. Al cabo de año y medio estalló una
nueva revuelta conocida como Guerra Chiquita.
La Regencia de María Cristina (1885-1902): Hacia la crisis de Fin de Siglo
María Cristina de Habsburgo, viuda de Alfonso XII, asumió la
regencia hasta la mayoría de edad del futuro Alfonso XIII. En 1895
los problemas se desencadenaron, una nueva guerra en Cuba desembocó
en el pérdida de las últimas colonias en 1898.
La labor legislativa del gobierno liberal (1885-1890)
Cánovas y Sagasta acordaron el relevo pacífico en el gobierno
mediante el pacto de El Prado, para garantizar la estabilidad del
régimen durante el periodo crítico de los comienzos de la regencia.
El gobierno liberal promulgó varias leyes:
- La Ley de Asociaciones (1887), esta ley permitió que las organizaciones obreras, forzadas a la clandestinidad desde la dictadura de Serrano (1874), pudieran legalizarse.
- La Ley de Jurado (1888), al posibilitar el juicio por jurado8 para ciertos delitos.
- La Ley de Sufragio Universal (1890), Cánovas había sustituido en 1878 el sufragio universal, vigente durante el Sexenio por un nuevo sufragio censitario.
El desastre colonial y la crisis del 98
El fin del imperio colonial español se produjo en 1898 como con
consecuencia de la guerra mantenida entre España y Estados Unidos.
De la guerra de Cuba a la guerra con Estados Unidos (1895-1898)
La mayoría de los políticos españoles eran contrarios a conceder
ningún tipo de autonomía a Cuba, ya que para ellos autonomía e
independencia eran equivalentes. Tan tajante actitud fue la causa
principal de que disminuyeran cada vez más las filas de los
partidarios cubanos de la autonomía y aumentaran las de los
independentistas. En 1895 estalló la revuelta bajo la dirección de
José Martí, dirigente e ideólogo del Partido Revolucionario
Cubano. España envió de nuevo al general Martínez Campos, pero
esta vez su política negociadora no funcionó y fue reemplazado al
año siguiente por el general Weyler.
La clave del conflicto fue la intervención de Estados unidos, cuyos
intereses económicos en la isla desempeñaron un papel de primer
orden. El detonante de la guerra fue la voladura del acorazado Maine.
Enviado a la bahía de La Habana explotó en extrañas circunstancias
y con este pretexto Estados Unidos le declaró la guerra a España.
El gobierno español rechazó cualquier vinculación con el
hundimiento del Maine y, finalmente, la flota española fue
aniquilada en Santiago de Cuba, mientras tropas estadounidenses
invadían Cuba y Puerto Rico.
Las Islas Filipinas que nunca habían despertado tanto interés como
las colonias americanas. Pero tras la pérdida de la mayoría de
estas a comienzos del siglo XIX, se dirigió de nuevo la atención
hacia la riqueza en tabaco y azúcar.
Cuando los norteamericanos declararon la guerra a España en 1898 por
la cuestión cubana, se presentaron también ante los filipinos como
sus libertadores. Y al igual que en Cuba, la flota estadounidense
infligió una aplastante derrota a la española cerca de Manila.
El Tratado de París y la liquidazión de las últimas colonias
La guerra hispano-americana finalizó con la capitulación de España
y la firma del tratado de París. En este tratado, Estados Unidos
impuso a España sus condiciones:
- España perdió Cuba, que fue ocupada provisionalmente por Estados unidos.
- Cedió, además, a Estados unidos Puerto rico, Guam y las Islas Filipinas, estas últimas a cambio de 20 millones de dólares.
El Tratado de París fue el primer capítulo del colonialismo
americano y el último del colonialismo español. En el océano
Pacífico a España solo le quedaban los archipiélagos de las
Marianas, las Carolinas y Palaos, que fueron vendidos poco después a
Alemania. Los políticos españoles desaprovecharon todas las
oportunidades de implantar reformas a tiempo en las Colonias y esto
condujo finalmente a la guerra.
Los verdaderos perdedores fueron soldados de Cuba, Filipinas y Puerto
Rico, todos reclutados entre las clases trabajadoras de España,
debido al injusto y clasista sistema de cuotas. Muchos no regresaron
y otros lo hicieron en condiciones lamentables. Es comprensible, por
tanto, que el antimilitarismo se extendiera entre los sectores
sociales más humildes.
-
Sistema de cuota: los jóvenes llamados a quintas podían liberarse del servicio militar si pagaban a un sustituto o una cuota en concepto de redención, que suponía una elevada cantidad de dinero.
El Regeneracionismo
Fue una corriente de pensamiento originada a raíz de la crisis del
98, como respuesta alternativa al sistema político de la
Restauración, que se consideraba viciado y <<enfermo>>.
Desde el punto de vista social, el regeneracionismo representaba la
opinión de amplios sectores de las clases medias y de la pequeña y
mediana burguesía , que no se identificaban con un régimen y una
sociedad al servicio de una reducida oligarquía.
No se trataba de una corriente de pensamiento unitaria y sistemática,
sino más bien de un planteamiento ético.
- Un regeneracionismo desde dentro del sistema representado por ministros del Partido Conservador que limitaban su crítica solo a los aspectos más negativos del sistema político, pero aceptaban su validez general.
- Un regeneracionismo al margen del sistema que criticaba el sistema político de la Restauración en su totalidad, como <<organismo enfermo>> y <<degenerado>>
El espíritu regeneracionista estuvo presente, en mayor o menor
medida, en todas las manifestaciones de la vida pública y cultural
española de los primeros años del siglo XX.
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