domingo, 12 de febrero de 2017

EL REINADO DE ALFONSO XII Y LA REGENCIA DE MARÍA CRISTINA DE HABSBURGO

EL REINADO DE ALFONSO XII Y LA REGENCIA DE MARÍA CRISTINA DE HABSBURGO

El Reinado de Alfonso XII (1875-1885): Los Éxitos Políticos del Sistema

El gobierno lo ejerció básicamente el Partido Conservador salvo de 1881 a 1884. El gran protagonista de esta época fue Cánovas del Castillo, además de restaurar la monarquía borbónica afianzó su sistema político.. Se promulgó la Constitución de 1876. Se acabó con el tradicional protagonismo político de los militares; se liquidaron las guerras; la carlista y la de Cuba.

La estabilización de la vida política y la consolidación de la vida civil



El objetivo de Cánovas del Castillo con la restauración monárquica en la figura de Alfonso XII era la creación de un sistema político estable y basado en orden social.
El sistema ideado por Cánovas, inspirado en el modelo inglés y en la tradición del liberalismo moderado español. Su sistema tenía tres pilares: la Constitución de 1876, el bipartidismo y la práctica del turno, que permitía la alternancia pacífica de gobiernos conservadores y liberales. Poco a poco fue desaparecieron el recurso al pronunciamiento militar.

La finalización de la guerra carlista (1876)

La tercera guerra carlista, iniciada en 1872 durante el reinado de Amadeo de Saboya, entró en su fase final por varios motivos:
  • El propio desgaste militar de las tropas carlistas.
  • La nueva situación política del Sexenio, que recuperó para el bando gubernamental a quienes habían apoyado el carlismo solo como actitud de rechazo a la orientación política del Sexenio.
  • La mayor capacidad militar del nuevo régimen.

La finalización de la Guerra de los Diez Años en Cuba (1878)

Tras la aprobación de la Constitución de 1876 se envió al general Martínez Campos que combinó en su ofensiva las victorias militares con gestiones políticas para solucionar el conflicto.
  • Se mejoraron las condiciones políticas y administrativas de la isla.
  • Se concedió una amplia amnistía, que incluía el indulto a los insurrectos y a los desertores españoles, libertad para los esclavos de las filas rebeldes y facilidades para que abandonara la isla quien lo deseara.
El problema quedó aplazado. Al cabo de año y medio estalló una nueva revuelta conocida como Guerra Chiquita.

La Regencia de María Cristina (1885-1902): Hacia la crisis de Fin de Siglo

María Cristina de Habsburgo, viuda de Alfonso XII, asumió la regencia hasta la mayoría de edad del futuro Alfonso XIII. En 1895 los problemas se desencadenaron, una nueva guerra en Cuba desembocó en el pérdida de las últimas colonias en 1898.

La labor legislativa del gobierno liberal (1885-1890)

Cánovas y Sagasta acordaron el relevo pacífico en el gobierno mediante el pacto de El Prado, para garantizar la estabilidad del régimen durante el periodo crítico de los comienzos de la regencia. El gobierno liberal promulgó varias leyes:
  • La Ley de Asociaciones (1887), esta ley permitió que las organizaciones obreras, forzadas a la clandestinidad desde la dictadura de Serrano (1874), pudieran legalizarse.
  • La Ley de Jurado (1888), al posibilitar el juicio por jurado8 para ciertos delitos.
  • La Ley de Sufragio Universal (1890), Cánovas había sustituido en 1878 el sufragio universal, vigente durante el Sexenio por un nuevo sufragio censitario.

El desastre colonial y la crisis del 98

El fin del imperio colonial español se produjo en 1898 como con consecuencia de la guerra mantenida entre España y Estados Unidos.

De la guerra de Cuba a la guerra con Estados Unidos (1895-1898)

La mayoría de los políticos españoles eran contrarios a conceder ningún tipo de autonomía a Cuba, ya que para ellos autonomía e independencia eran equivalentes. Tan tajante actitud fue la causa principal de que disminuyeran cada vez más las filas de los partidarios cubanos de la autonomía y aumentaran las de los independentistas. En 1895 estalló la revuelta bajo la dirección de José Martí, dirigente e ideólogo del Partido Revolucionario Cubano. España envió de nuevo al general Martínez Campos, pero esta vez su política negociadora no funcionó y fue reemplazado al año siguiente por el general Weyler.
La clave del conflicto fue la intervención de Estados unidos, cuyos intereses económicos en la isla desempeñaron un papel de primer orden. El detonante de la guerra fue la voladura del acorazado Maine. Enviado a la bahía de La Habana explotó en extrañas circunstancias y con este pretexto Estados Unidos le declaró la guerra a España. El gobierno español rechazó cualquier vinculación con el hundimiento del Maine y, finalmente, la flota española fue aniquilada en Santiago de Cuba, mientras tropas estadounidenses invadían Cuba y Puerto Rico.
Las Islas Filipinas que nunca habían despertado tanto interés como las colonias americanas. Pero tras la pérdida de la mayoría de estas a comienzos del siglo XIX, se dirigió de nuevo la atención hacia la riqueza en tabaco y azúcar.
Cuando los norteamericanos declararon la guerra a España en 1898 por la cuestión cubana, se presentaron también ante los filipinos como sus libertadores. Y al igual que en Cuba, la flota estadounidense infligió una aplastante derrota a la española cerca de Manila.

El Tratado de París y la liquidazión de las últimas colonias

La guerra hispano-americana finalizó con la capitulación de España y la firma del tratado de París. En este tratado, Estados Unidos impuso a España sus condiciones:
  • España perdió Cuba, que fue ocupada provisionalmente por Estados unidos.
  • Cedió, además, a Estados unidos Puerto rico, Guam y las Islas Filipinas, estas últimas a cambio de 20 millones de dólares.
El Tratado de París fue el primer capítulo del colonialismo americano y el último del colonialismo español. En el océano Pacífico a España solo le quedaban los archipiélagos de las Marianas, las Carolinas y Palaos, que fueron vendidos poco después a Alemania. Los políticos españoles desaprovecharon todas las oportunidades de implantar reformas a tiempo en las Colonias y esto condujo finalmente a la guerra.
Los verdaderos perdedores fueron soldados de Cuba, Filipinas y Puerto Rico, todos reclutados entre las clases trabajadoras de España, debido al injusto y clasista sistema de cuotas. Muchos no regresaron y otros lo hicieron en condiciones lamentables. Es comprensible, por tanto, que el antimilitarismo se extendiera entre los sectores sociales más humildes.
Sistema de cuota: los jóvenes llamados a quintas podían liberarse del servicio militar si pagaban a un sustituto o una cuota en concepto de redención, que suponía una elevada cantidad de dinero.

El Regeneracionismo

Fue una corriente de pensamiento originada a raíz de la crisis del 98, como respuesta alternativa al sistema político de la Restauración, que se consideraba viciado y <<enfermo>>. Desde el punto de vista social, el regeneracionismo representaba la opinión de amplios sectores de las clases medias y de la pequeña y mediana burguesía , que no se identificaban con un régimen y una sociedad al servicio de una reducida oligarquía.
No se trataba de una corriente de pensamiento unitaria y sistemática, sino más bien de un planteamiento ético.
  • Un regeneracionismo desde dentro del sistema representado por ministros del Partido Conservador que limitaban su crítica solo a los aspectos más negativos del sistema político, pero aceptaban su validez general.
  • Un regeneracionismo al margen del sistema que criticaba el sistema político de la Restauración en su totalidad, como <<organismo enfermo>> y <<degenerado>>
El espíritu regeneracionista estuvo presente, en mayor o menor medida, en todas las manifestaciones de la vida pública y cultural española de los primeros años del siglo XX.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bienvenido, por favor se respetuoso y cordial.