sábado, 27 de mayo de 2017

Vocabulario desde la Prehistoria hasta el S. XVIII

Vocabulario historia

Bloque 1: La península ibérica desde los primeros humanos hasta la desaparición de la monarquía visigoda (711)

Unidad 1. Prehistoria y protohistoria de la península ibérica

Homo antecessor: tipo humano al que corresponden los restos más antiguos de hombres europeos. Se ha encontrado en la Sierra de Atapuerca (Burgos) y se ha datado en unos 900.000 años. Según parece, practicaban el canibalismo, eran altos y fuertes, con un cerebro pequeño y una cara semejante a la del hombre actual.
Homo neanderthalensis: especie descendiente en Europa del homo antecessor, presenta muchas similitudes con el hombre actual, aunque no somos descendientes de ella. Su grado de desarrollo era alto: producían instrumentos de piedra muy elaborados, eran capaces de hacer fuego y enterraban a los muertos. Entre hace 80.000 y 50.000 años vivieron su momento de máxima expansión, distribuyéndose por toda Europa, Próximo Oriente y Asia central. Se extinguió definitivamente hace unos 30.000 años. Resulta difícil explicar las causas de su desaparición.
Homo sapiens: especie descendiente en África del homo antecessor, es nuestro antepasado directo. También conocido como hombre de Cro-Magnon (o Cromañón), su presencia en Próximo Oriente se remonta a hace 100.000 años y en la península Ibérica a unos 40.000 años. Coexistió durante algún tiempo con el hombre de Neandertal en unas mismas zonas, pero acabó reemplazándolo.
Paleolítico: primera etapa de la Prehistoria, y la más larga, caracterizada por una economía depredadora (caza y recolección), el nomadismo y una tecnología basada en la talla de la piedra.
Mesolítico o epipaleolítico: periodo de transición del paleolítico al neolítico, coincidente con el inicio de la fase climática actual. Se caracterizó por la pervivencia de la economía de caza y recolección, pero en un escenario de creciente presión demográfica (aumento de la población a un ritmo superior al de las especies cazadas).
Neolítico: etapa de la Prehistoria caracterizada por la adopción de una economía basada en la agricultura y la domesticación de animales, el sedentarismo de los grupos humanos y avances tecnológicos como la cerámica y el pulimentado de la piedra.
Calcolítico: primer periodo de la edad de los metales, caracterizado por la utilización del cobre (kalkós en griego), metal no demasiado duro, pero relativamente fácil de trabajar.
Edad del bronce: segundo periodo de la edad de los metales. El bronce es una aleación de cobre y estaño, de mayor dureza que el cobre solo, y requiere una tecnología más compleja.
Protohistoria: periodo de transición de la Prehistoria a la Edad Antigua, definido por la aparición de documentos escritos aislados. En España se inicia en los siglos VIII-VII a. C., momento en que aparecen los primeros textos griegos que hablan de la península Ibérica.
Tartesos: fue el primer Estado (reino) de la península Ibérica de cuya existencia histórica se tiene noticia, en la primera mitad del primer milenio a. C. Su centro estaría en el suroeste peninsular (Huelva, Sevilla, Cádiz) y su área de influencia se extendía hasta la región de Cartagena. La fama de prosperidad de que gozaba en el mundo antiguo se debía a sus grandes riquezas agrícolas, ganaderas y, sobre todo, minerales (oro, plata, cobre), que propiciaban un activo comercio tanto con las Islas Británicas como con los fenicios y griegos establecidos en la Península.
Indoeuropeos: conjunto de pueblos originarios de las estepas euroasiáticas que, acuciados por la presión demográfica, emprendieron masivos movimientos de población hacia el sur de Europa, Próximo Oriente, Irán y la India. Su presencia en la península Ibérica se puede constatar al menos desde finales del segundo milenio, pero a partir del siglo VIII a. C. penetraron a través de los Pirineos nuevas oleadas, en esta ocasión de celtas procedentes de Europa central y occidental, que se asentaron principalmente en el interior y el oeste peninsular. Introdujeron la metalurgia del hierro, pero su economía y su organización social y política estaban poco evolucionadas
Colonización griega: los griegos llegaron a la Península hacia el siglo VII a. C. por la vertiente septentrional del Mediterráneo. La fundación de Massalia (Marsella, en el sur de Francia) sirvió de punto de partida para el establecimiento de colonias en la costa catalana, como Rhode (Rosas) y Emporion (Ampurias, fundada hacia el 600 a. C.). Aunque se conocen referencias a otras fundaciones más meridionales, como Hemeroskopeion (Denia) o Mainake (junto a la Malaka fenicia), no existe confirmación arqueológica de su existencia. Fundaron sus colonias con la intención de comerciar con los nativos y en especial con Tartesos. Estaban muy evolucionados, conocían la metalurgia del hierro y utilizaban la moneda.
Colonización fenicia: los fenicios establecieron enclaves comerciales por todo el sur del Mediterráneo. La colonia más antigua que fundaron en la Península fue Gadir (Cádiz), cuyo origen parece remontarse como máximo al año 800 a. C., según los testimonios arqueológicos, no a 1100 a. C., como se desprendía de las fuentes literarias. A esta fundación inicial siguieron otras en la costa andaluza, como Malaka (Málaga), Sexi (Almuñécar) o Abdera (Adra). Como los griegos, fundaron sus colonias con la intención de comerciar con los nativos y en especial con Tartesos, estaban muy evolucionados, conocían la metalurgia del hierro y utilizaban la moneda.
Colonización cartaginesa: Tiro, última ciudad fenicia que permanecía independiente en Próximo Oriente, cayó en poder de los babilonios en el siglo VI a. C. A partir de ese momento, Cártago, colonia que había sido fundada por los tirios en el norte de África, tomó el relevo de los fenicios en el control del comercio en el Mediterráneo occidental. Los cartagineses siguieron una política de colonización más hostil, que acabó en la ocupación militar del sur y del sureste de la península Ibérica.
Área ibérica: se denomina así al área del sur y el levante peninsular en vísperas de la conquista romana. Los íberos eran descendientes de los indígenas prehistóricos y, al contacto con los colonizadores griegos y fenicios, habían recibido su influencia civilizadora. Su economía era rica, con un activo comercio y uso frecuente de la moneda. Tenían una estructura social evolucionada, con grupos diferenciados por su poder o riqueza. Y su organización política era de tipo estatal, según el modelo griego o fenicio de la ciudad-estado.
Área celta: se denomina área celta o indoeuropea al centro, el oeste y el norte peninsular. También se puede incluir dentro del área celta a los llamados celtíberos (zona centro-oriental de la Meseta y el valle medio del Ebro). Estaba menos evolucionada que el área ibérica, pero era muy heterogénea. Su economía se basaba en una agricultura o ganadería en general poco evolucionadas, el comercio era escaso y sin moneda, y el pillaje sobre los pueblos vecinos constituía una práctica frecuente. Sus estructuras sociales eran primitivas (clanes y linajes). Y su organización política era de tipo pre-estatal, propia de bandas y aldeas.

Unidad 2. La Hispania romana (218 a. C.-476 d. C.)

Colonia romana: ciudades de nueva creación o en tierras confiscadas a los indígenas para el asentamiento de ciudadanos romanos. En el caso de Hispania, era frecuente que los asentados fueran soldados veteranos a los que se entregaba tierras en pago por su servicio militar. Un ejemplo es Mérida (Emérita Augusta), fundada por Augusto para asentar a los veteranos de las guerras cántabro-astures.
Provincia imperial: era uno de los dos tipos de provincia surgidos de la reforma administrativa de Augusto (27 a. C.); en concreto eran las plenamente pacificadas, que no necesitaban la presencia permanente de legiones y quedaban bajo la administración directa del Senado de Roma. En Hispania solo tenia este rango la Bética.
Provincia senatorial: era el otro tipo de provincia surgido de la reforma administrativa de Augusto (27 a. C.). Eran las de más reciente conquista, en las que las legiones seguían siendo necesarias y, por tanto, quedaban bajo la administración y control directo del emperador, en su calidad de jefe supremo del ejército. En Hispania eran la Tarraconense y la Lusitania.
Convento jurídico: demarcaciones territoriales en que se dividían las provincias a efectos de administración de justicia. Su origen estaba en las reuniones (conventos) que se convocaban en días y lugares fijos dentro de cada provincia para que el gobernador provincial impartiera justicia. Con el tiempo, estas reuniones adquirieron carácter permanente y los conventos jurídicos se convirtieron en distritos provinciales con capitales fijas.
Ciudad romana: las civitates eran las células básicas de la administración territorial romana. Estaban compuestas por un amplio territorio rural (el territorium), dividido en tierras de propiedad privada y tierras de aprovechamiento comunal, regido por un núcleo urbano (urbs), que actuaba como centro económico (mercado), político (órganos de gobierno), religioso (templos) y de esparcimiento (teatro, anfiteatro, termas, etc.). La autonomía de cada ciudad dependía de su grado de integración y aceptación de la dominación romana: en general, a mayor grado de romanización, mayor autonomía y más privilegios.
Órdenes romanas: constituían la categoría superior de la estructura social romana, integrada por una minoría privilegiada y dominante, que desempeñaba los más altos cargos políticos, financieros, militares y religiosos. Existían tres órdenes, con notables diferencias de poder y riqueza, y para pertenecer a ellos había que cumplir ciertos requisitos que limitaban el acceso: orden senatorial, integrado por los miembros del Senado romano, para los cuales estaban reservadas las más altas magistraturas (cónsules, pretores...); orden ecuestre, compuesto por procuradores (responsables de las finanzas), prefectos de caballería, etc.; y orden decurional, integrado por los miembros de los senados municipales (decuriones) de las diferentes ciudades del Imperio, que desempeñaban las magistraturas municipales.
Ciudadanos romanos: los ciudadanos romanos gozaban de privilegios políticos —participaban y votaban en las asambleas políticas—, militares —podían integrarse en las legiones— y sociales —tenían derecho a la beneficencia pública y privada, como el reparto gratuito de trigo, por ejemplo—. Sin embargo, existían grandes diferencias de fortuna en el conjunto de los ciudadanos romanos, desde los más pobres, que vivían casi en exclusiva de la beneficencia, hasta los muy ricos y los pertenecientes a órdenes.
Libertos: eran antiguos esclavos manumitidos. El antiguo dueño pasaba a convertirse en su patrono y podía exigir al liberto ciertas obligaciones. Tenían derechos civiles, como los libres, pero el estatuto de liberto no se borraba normalmente hasta la tercera generación, que adquiría ya la libertad plena.
Esclavos: no tenían ni derechos políticos ni civiles, eran simplemente una propiedad de su dueño. La condición de esclavo se tenia de nacimiento (por ser hijo de una esclava) o se podía adquirir por varias circunstancias: caer prisionero de guerra o de piratas, ser condenado a esclavitud por los tribunales, ser vendido por el padre o incluso por autoventa (por ejemplo, para saldar una deuda).
Colonos: en el Bajo Imperio (siglos IV y V) eran antiguos hombres libres sin recursos, que trabajaban parcelas de los grandes propietarios en beneficio propio a cambio de ciertos pagos y servicios al latifundista. En algunos casos, el colono quedaba adscrito forzosamente a la tierra que trabajaba y esta situación se transmitía a sus herederos.
Edicto de Milán: disposición legal promulgada por el emperador Constantino en Milán en el año 313 mediante la cual se estableció la libertad de religión en el Imperio romano. Supuso el fin de las persecuciones y la clandestinidad de los cristianos.
Edicto de Tesalónica: disposición legal promulgada por el emperador Teodosio en Tesalónica en el año 380 por la cual el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio romano.

Unidad 3. La transición de la Antigüedad a la Edad Media: la monarquía visigoda (476-711)

Suevos, vándalos y alanos: pueblos bárbaros que irrumpieron en la Península en el año 409. Dos de ellos son germánicos (los suevos y los vándalos) y el otro tiene origen asiático (los alanos). Los suevos y una rama de los vándalos (los asdingos) se asentaron en la Gallaecia, donde los suevos fundaron un reino. Los vándalos asdingos, presionados por los suevos, se dirigieron al norte de África, donde crearon su propio reino, al que anexionaron las Islas Baleares. La otra rama de los vándalos (los silingos) y los alanos se repartieron entre la Bética, la Cartaginense y la Lusitania, pero no se tiene información histórica fidedigna sobre lo que ocurrió con ellos después.
Comitatus: ancestral costumbre germánica consistente en el juramento de fidelidad del guerrero a su jefe. Contribuyó a reforzar las relaciones de tipo personal heredadas de la tradición romana.
Gardingos: nobleza territorial latifundista en la monarquía visigoda. Inicialmente eran guerreros fieles de los que se rodeaban los reyes, pero con el tiempo estos tendieron a recompensar los servicios militares de los gardingos con la entrega de tierras en usufructo vitalicio. Los gardingos acabaron convirtiendo esas tierras en hereditarias y gobernándolas con total autonomía respecto al poder del rey.
Bucelarios: hombres fieles al servicio de los gardingos. El bucelario obtenía del noble gardingo protección y tierras y a cambio adquiría con él un compromiso de fidelidad y obediencia.
Officium Palatinum: era una de las principales instituciones políticas de la monarquía visigoda. Lo integraban los magnates de mayor confianza del rey, que le auxiliaban en las tareas de gobierno y en las domésticas de palacio.
Aula Regia: institución política de la monarquía visigoda, era una asamblea de carácter consultivo, heredera del tradicional Senado o Consejo de ancianos visigodo e integrada por todos los miembros del Officium Palatinum y otros magnates, que asesoraban al rey en asuntos políticos y militares y en la elaboración de las leyes.
Concilios de Toledo: inicialmente eran solo asambleas eclesiásticas, pero tras la conversión de Recaredo al catolicismo adquirieron también un gran papel político: los convocaba el rey, integraban a magnates del Aula Regia y en ellos se establecieron importantes normas y decisiones que afectaban a la monarquía, corno las condiciones para la elección de los reyes o las obligaciones con las que debían cumplir.
Liber Iudiciorum o Fuero Juzgo: recopilación legislativa realizada por Recesvinto en 654 que ponía fin a la discriminación juridica impuesta inicialmente por los visigodos (diferentes leyes para godos e hispanorromanos, prohibición de matrimonios mixtos, etc.).

BLOQUE 2 LA EDAD MEDIA: TRES CULTURAS Y UN MAPA POLÍTICO EN CONSTANTE CAMBIO (711-1474)

Unidad 1. Al Andalus (711-1474)

Gentes del Libro: los musulmanes consideran «gentes del Libro» a judíos y cristianos, porque comparten con ellos el hecho de haber recibido la revelación de Dios y haberla registrado en un libro sagrado.
Reinos de taifas: el término taifa significa en árabe 'facción' o 'bandería'. Se denomina reinos de taifas a los resultantes de la desintegración del califato de Córdoba o de las unificaciones almorávide y almohade.
Parias: tributos, generalmente anuales, que debía pagar un reino musulmán a otro cristiano a cambio de su protección y en reconocimiento de vasallaje. Representó una importante fuente de ingresos para los monarcas cristianos.
Muladíes: los muladíes (muwalladún) eran los hispanos convertidos al Islam. Tales conversiones fueron muy frecuentes en los primeros tiempos de la conquista islámica de la Península, ya que, según el Corán, todos los musulmanes son iguales, por lo que abrazar la nueva religión facilitaba una mayor integración social y eximía de los tributos especiales exigidos a la población no musulmana.
Mozárabes: eran los cristianos residentes en territorio musulmán. Fueron disminuyendo en número, tanto por las conversiones al Islam como por la emigración hacia los reinos cristianos con el avance de la Reconquista.
Eslavos: en la sociedad hispanomusulmana se denominaba eslavos o esclavones a los esclavos de origen europeo que habían llegado a esa condición como prisioneros de guerra. Muchos de ellos, tras su manumisión, se incorporaron a los ejércitos califales. Incluso algunos aprovecharon su jefatura militar para erigirse en reyes de taifas a la caída del califato.
Corán: es el libro sagrado del Islam, que recoge, en opinión de los musulmanes, la revelación divina de forma literal. Su redacción definitiva se realizó bastante tiempo después de la muerte de Mahoma y su contenido es un conjunto de dogmas y preceptos, junto con narraciones que coinciden con algunas del Antiguo y del Nuevo Testamento.
Sharia: es la ley islámica, que establece lo que Dios ha mandado, lo que ha prohibido, lo que ha recomendado y lo que considera indiferente. Por tanto, la voluntad divina se convierte en la base del Derecho en el mundo islámico.
Cinco pilares del Islam: los cinco deberes fundamentales que debe cumplir todo musulmán son la profesión de fe, o manifestación pública de que no hay más dios que Alá y que Mahoma es su profeta; la oración cinco veces al día —al amanecer, a mediodía, por la tarde, a la puesta del sol y por la noche—, en dirección a La Meca; la práctica de la limosna, que obligaba a los que excedían un determinado nivel de riqueza a dar una parte de ella, una vez al año, a los más pobres de su comunidad; el ayuno durante el mes de Ramadán, desde la salida a la puesta del sol y la peregrinación, al menos una vez en la vida, a la ciudad santa de La Meca.
Sunna: es la norma de vida establecida por Mahoma con sus palabras y sus actos, y transmitida por la tradición. Es la segunda fuente del Islam, después del Corán: este es la revelación directa de Alá; y la sunna es la enseñanza de Mahoma, su profeta.

Unidad 2. Los reinos cristianos medievales (711-1474)

Órdenes militares: inspiradas probablemente en el modelo del ribat o convento fortificado de los musulmanes, las Órdenes Militares españolas, creadas a imitación de las que se habían fundado en Europa (Hospitalarios, Templarios), reflejan el espíritu de cruzada de la Reconquista. Se organizaban como monasterios, pero sus fines eran militares, aunque al servicio de la religión (la recuperación de los Santos Lugares en Oriente y la reconquista de los territorios musulmanes en España).
Presura: sistema de repoblación consistente en la simple ocupación de tierras sin dueño, ya que, según el Derecho romano, la puesta en cultivo de un terreno despoblado otorgaba al que lo hiciera la propiedad sobre el mismo. Este procedimiento se realizo por iniciativa de grupos de campesinos o por iniciativa de nobles y monasterios. Se aplicó en las tierras situadas al norte del Duero y en el Piedemonte pirenaico, y el resultado fue el predominio de la pequeña y mediana propiedad de tierras.
Carta Puebla: un Fuero, Carta de población o Carta Puebla era un conjunto de normas que regulaban todos los aspectos de la vida municipal. Su concesión correspondía al rey y fue frecuente durante la fase conocida como de repoblación concejil, aplicada en las tierras situadas entre el Duero y los Montes de Toledo, en el sector occidental, y en el valle del Ebro, en el oriental.
Repartimiento: sistema de repoblación aplicado al valle del Guadalquivir y al litoral levantino de Castellón a Murcia, últimas zonas reconquistadas. Tras la ocupación de una ciudad con sus territorios circundantes, los oficiales reales hacían inventario de los bienes obtenidos y los repartían entre quienes habían participado en la conquista, dividiéndolos en lotes (donadíos) cuyo tamaño y valor estaban en función del rango social de quien los recibía El resultado fue la creación de grandes latifundios en poder de la nobleza, las Ordenes Militares y la Iglesia.
Mesta: era una asociación de propietarios castellanos de rebaños, fundada en el siglo XIII para defender sus intereses. Obtuvo de la monarquía grandes privilegios, en perjuicio de los intereses de los agricultores. La inclinación de la monarquía en favor de los ganaderos se debió sobre todo a dos razones: el poder de los grandes propietarios de ganado trashumante (nobles e instituciones eclesiásticas, fundamentalmente) y los elevados ingresos obtenidos por la monarquía por el cobro de impuestos sobre el comercio de la lana.
Señorío (régimen señorial): los señoríos eran territorios concedidos por el rey a un particular o a una institución, en ocasiones como pago por algún servicio prestado. En los comienzos de la Reconquista apareció el primer tipo de señoríos, los denominados señoríos territoriales o solariegos, cuyas tierras carecían de dueño previo, por lo que el nuevo señor adquiría su propiedad. Pero a menudo, y en especial en las zonas ya pobladas, el monarca no transfería la totalidad de las propiedades del lugar, sino solo aquellos bienes y derechos que hasta entonces habían correspondido a la Corona (las tierras sin dueño, los bosques, los montes, ciertas rentas, etc.), sin modificar las propiedades de los vecinos. Pero progresivamente los monarcas empezaron a otorgar a los beneficiarios de estas donaciones el privilegio de la inmunidad; así, tales lugares se convirtieron en señoríos jurisdiccionales y sus pobladores en vasallos del nuevo señor, que asumía sobre ellos las funciones propias del monarca.
Mayorazgo: era un instrumento fundamental utilizado por la nobleza para garantizar la conservación del patrimonio familiar y evitar su dispersión o disipación por los futuros herederos. Constituir un mayorazgo consistía en vincular un conjunto de propiedades familiares que debían transmitirse íntegras al primogénito de cada generación, por lo que no podían ser vendidas ni divididas, pero tampoco embargadas por deudas.
Cortes (medievales): institución creada a finales del siglo XII en el reino de León y a lo largo del siglo XIII en los demás reinos cristianos. Era un órgano convocado por el monarca y compuesto de tres brazos (en representación de la nobleza, el clero y las ciudades), que deliberaban por separado y emitían un único voto por brazo. Aunque existían diferencias entre unos reinos y otros, parece que en todos los territorios las funciones de las Cortes eran esencialmente dos: atender las consultas del rey en asuntos de especial importancia y, sobre todo, votar los subsidios o impuestos de carácter extraordinario.
Escuela monacal: las escuelas monacales fueron los únicos centros de instrucción elemental hasta el siglo XI. En los monasterios más importantes, un maestro solía impartir una enseñanza básica (leer y escribir, canto y cálculo elemental) a grupos de niños destinados en su mayoría a convertirse en monjes. Gozaron de fama la escuela del monasterio de Ripoll (Gerona) en los siglos X y XI, o la del de Sahagún (León) en el siglo XII.
Escuela catedralicia: las escuelas catedralicias surgieron a partir del siglo XII con el renacimiento de la vida urbana y la creciente importancia de las catedrales. Impartían una instrucción elemental dirigida a los hijos de la burguesía y de la pequeña nobleza urbana e incluso al clero. En algunas catedrales importantes (Santiago, Toledo, Segovia o Palencia) se crearon también escuelas superiores en las que se enseñaba teología y artes liberales.
Universidad (estudios generales): aparecieron en el siglo XIII como nuevas instituciones docentes que agrupaban a estudiantes y profesores y cuyo precedente europeo estaba en las de París y Bolonia. Fueron fundaciones regias, aunque algunas surgieron a partir de escuelas catedralicias. Sin embargo, para gozar de un auténtico reconocimiento en todo el ámbito de la cristiandad, requerían la autorización del Papa. Además de la facultad de Artes, cuyos estudios tenían cierto carácter preparatorio, tenían generalmente otras tres facultades: Derecho (civil y canónico), Filosofía y mas raramente Medicina. La primera fundación universitaria peninsular fue la de Palencia (entre 1208 y 1214), de existencia breve y precaria, a la que siguieron las de Salamanca, Valladolid, Lérida y Lisboa.
Payeses de remensa: los payeses de remensa catalanes eran campesinos adscritos a la tierra de forma hereditaria, en una situación similar a la de los siervos de la gleba de algunas regiones europeas. Su principal diferencia respecto a estos era que podían romper dicha adscripción mediante el pago de una cantidad de dinero (la remensa). Pero, además de la remensa, los señores de sus tierras les habían impuesto otras cinco obligaciones o condiciones abusivas (los «malos usos»). Protagonizaron numerosos actos de rebelión durante la Baja Edad Media (siglos XIV y XV) para mejorar su situación.

BLOQUE 3 LA FORMACION DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA

Unidad 1. Los Reyes Católicos (1474-1516)

Santa Hermandad: las hermandades eran milicias locales organizadas desde la Baja Edad Media en algunas ciudades para protegerse de bandidos y delincuentes en sus respectivos territorios. Isabel la Católica las revitalizó e hizo que se crearan en todas las poblaciones de más de cincuenta habitantes para restaurar el orden y la paz social. La financiación de cada hermandad local corría a cargo del propio municipio. Todas las hermandades locales formaban la Liga de la Santa Hermandad, coordinada y dirigida por una Junta General. A partir de 1498 se suprimió la Santa Hermandad, pero pervivieron las hermandades locales, con una función básica de policía rural.
Capitulaciones de Santa Fe: documento suscrito por los Reyes Católicos y Colón en 1492, poco después de la conquista de Granada, en el que se fijaron por escrito los acuerdos relativos a la expedición proyectada por Colón a las Indias. En ellas se hacían a Colón importantes concesiones sobre las tierras que pudiese descubrir y colonizar: obtendría los títulos de almirante, virrey y gobernador general de todas las islas y tierras firmes que descubriese; y se beneficiaría de la décima parte de cuanto se obtuviese en tales tierras.
Tratado de Alcaçovas: tratado firmado en 1479, tras la guerra de Sucesión en Castilla, con Alfonso V de Portugal, por el cual este reconoció a Isabel como reina de Castilla, así como los derechos castellanos sobre Canarias y la costa africana situada frente a estas islas. Los Reyes Católicos, por su parte, renunciaron en favor de Portugal a cualquier otro derecho sobre la costa africana, las islas Azores, las de Madeira o las de Cabo Verde.
Tratado de Tordesillas: tratado firmado en 1494 con Portugal, mediante el cual se establecía la linea divisoria entre las zonas de expansión de Portugal y Castilla a trescientas setenta leguas al oeste de las islas de Cabo Verde. Esto no solo incluía para Portugal la ruta que bordeaba África, sino que también le permitiría la futura ocupación de Brasil, pues la nueva línea atravesaba el extremo más oriental de este territorio.
Moriscos: denominación aplicada a los musulmanes cristianizados tras los decretos de 1501 y 1502, que obligaron a los musulmanes de la Corona de Castilla a convertirse al cristianismo o a abandonar España. La mayoría aceptó el bautismo, pero sin convicción, y siguió practicando la religión islámica de forma más o menos encubierta.
Consejo de Castilla: denominación que adquirió el Consejo Real tras la creación de diversos Consejos especializados (de la Inquisición, de Órdenes, de Aragón, de Hermandad) en tiempos de los Reyes Católicos. Sus competencias, además de los asuntos relativos a Castilla, abarcaban todos los demás asuntos sobre los que no tenían atribuciones los otros Consejos.
Chancillería: tribunales superiores de justicia en la Corona de Castilla. Existían dos: una en Valladolid y otra en Granada, con jurisdicción al norte y sur del Tajo, respectivamente.
Audiencia: en la Corona de Castilla eran tribunales de justicia de rango inferior a las Chancillerías; existían dos: una en Santiago y otra en Sevilla. En la Corona de Aragón, donde no existían chancillerías se encontraban los tribunales superiores de justicia, y existía una Audiencia en cada uno de los tres reinos con Cortes: Aragón, Cataluña y Valencia.
Corregidor: cargo municipal creado en Castilla en la Baja Edad Media y extendido por los Reyes Católicos a todas las villas y ciudades que aún carecían de él, salvo las sometidas a jurisdicción señorial. Era un funcionario nombrado por la monarquía y a su servicio, remunerado por el municipio y cuyo cometido fundamental era la supervisión y el control del gobierno de las ciudades.
Humanismo: corriente de pensamiento del comienzo de la Edad Moderna en Europa que situaba como principal centro de atención al hombre y confiaba en sus capacidades morales e intelectuales, en contraposicion a la concepción medieval teocéntrica, que despreciaba todo lo relativo al hombre como mundano e inferior. Sus dos focos principales fueron Italia y los Países Bajos. España recibió la doble influencia italiana y flamenca: la primera, a través de la Corona de Aragón; y la segunda, a través de Castilla, cuyos contactos con los Países Bajos fueron frecuentes sobre todo desde el matrimonio de Juana con Felipe el Hermoso. Figuras destacadas en España fueron Francisco Jiménez de Cisneros, Antonio de Nebrija y Juan Luis Vives.

Unidad 2. El auge del Imperio en el siglo XVI

Requerimiento (a los indios): fórmula consistente en la lectura de un documento que se hacia a los indios, previamente a la conquista de su territorio, para que aceptaran la soberanía española si no querían ser sometidos por las armas. Era una pura formalidad para legitimar el empleo de la fuerza, ya que los nativos no entendían la argumentación y, hasta que se emplearon interpretes, ni siquiera el lenguaje.
Encomienda indiana: práctica que consistía en la asignación a un colonizador o encomendero de un determinado número de indios (encomendados) para que trabajaran a su servicio o le pagasen tributos en especie. En contrapartida, el encomendero debía protegerlos, civilizarlos y evangelizarlos; pero, en la mayoría de los casos, la encomienda era solo una forma encubierta de explotación al indio en condiciones similares a la esclavitud.
Auto de fe inquisitorial: ceremonia pública en la que se daban a conocer las sentencias de la Inquisición contra los penitenciados, que en ese mismo acto eran entregados al brazo secular para que se les aplicara la condena establecida. Los autos de fe se celebraban en plazas públicas y con gran solemnidad.
Galeón de Manila: flota que, para la explotación comercial de las islas Filipinas, una vez al año hacia la travesía de ida y vuelta entre Manila y Acapulco. A Nueva España se transportaban principalmente especias y manufacturas chinas (sedas, lacas y porcelanas), a cambio de plata mexicana.
Sistema polisinodial de gobierno: estructura política iniciada por los Reyes Católicos y desarrollada por los Austrias mayores (Carlos I y Felipe II) en la que el gobierno se ejercía a través de sínodos o consejos. Respondía a la nueva necesidad de organizar el complejo gobierno de un imperio vasto y heterogéneo, como era la monarquía hispánica en el siglo XVI. Según su naturaleza, los Consejos podían ser: territoriales, encargados de los asuntos específicos de cada reino o territorio (Consejo de Castilla, de Aragón, de Indias, de Italia, de Flandes, de Portugal); y técnicos, con competencias en asuntos de especial importancia (el de Inquisición, de Órdenes Militares, de Hacienda o de Guerra). Por encima de todos ellos estaba el Consejo de Estado, presidido por el propio monarca y con competencias en las grandes cuestiones de Estado, la política exterior y las decisiones sobre la guerra y la paz.
Quinto real: tributo recibido por la Corona que consistía en el 20% de las riquezas obtenidas en las Indias, en especial del oro y la plata extraídos. Era una de las principales fuentes de ingrese de la Hacienda Real.
Juros: denominación dada a los títulos de deuda pública en la época de los Austrias. Su número fue aumentando a lo largo del siglo XVI, por las crecientes necesidades de la Corona y la insuficiencia de sus ingresos. A mediados de siglo se destinaba más de la mitad de las rentas ordinarias (los ingresos fijos, sin considerar los caudales de Indias ni los servicios extraordinarios votados por las Cortes) de la Hacienda Real al pago de intereses de los juros y a finales de siglo, todas ellas.
Flota de Indias: grupo de barcos mercantes que partía de Sevilla con mercancías destinadas a los puertos centroamericanos y después regresaba nuevamente a Sevilla con mercancías americanas, oro y plata. Los barcos iban armados y escoltados por navíos de guerra para defenderse de los ataques de piratas. Debido al monopolio del comercio con América, cualquier mercancía, española o extranjera, que se quisiera vender en el Nuevo Mundo debía ser registrada en la Casa de Contratación de Sevilla, pagar a la Corona los impuestos correspondientes y ser transportada en la flota de Indias.
Revolución de los precios: proceso inflacionario durante el siglo XVI, sin precedentes por su magnitud en la historia europea, debido a la confluencia de diversos factores, esencialmente dos: la llegada a Europa, a través de Sevilla, de una gran cantidad de metales preciosos americanos (oro y plata), que permitió la acuñación masiva de monedas y el incremento de la circulación monetaria; y el aumento de la demanda de bienes derivada del crecimiento de la población..
Contrarreforma: denominación dada al movimiento de reforma en el seno de la Iglesia católica como reacción a la reforma protestante, que alcanzó su plenitud a partir del Concilio de Trento (1545-1563). El resultado final fue la definitiva división del mundo cristiano entre católicos y protestantes.

BLOQUE 4 EL REFORMISMO DE LOS PRIMEROS BORRONES (1700-1788)

Unidad 1. España en la órbita política y cultural de Francia

Asiento de negros: monopolio concedido a Inglaterra en la Paz de Utrecht para introducir esclavos negros en la América española durante treinta años.
Navío de permiso: autorización concedida a Inglaterra en la Paz de Utrecht para enviar a América un navío al año con quinientas toneladas de mercancías para su venta.
Pactos de Familia: tratados de ayuda y defensa mutua entre España y Francia así denominados por el parentesco existente entre los monarcas de ambos países. Se firmaron tres: dos en el reinado de Felipe V y el tercero en el reinado de Carlos III.
Novatores: término de connotaciones peyorativas aplicado a quienes, desde finales del siglo XVII aspiraban a una cierta renovación en el panorama intelectual. Fueron los precursores de la Ilustración en España.
Proyectistas: nueva denominación aplicada en el siglo XVIII a quienes, como los arbitristas del siglo anterior, pretendían ofrecer remedios a los problemas del país.
Academias Reales: instituciones oficiales para regular el conocimiento en sus respectivos ámbitos, creadas según el modelo de las surgidas en Francia desde mediados del siglo XVII. En España las primeras nacieron en el siglo XVIII a partir de iniciativas privadas de renovación cultural, como tertulias o reuniones particulares, a las que después la Corona dio protección oficial transformándolas Academias Reales. De este modo se fundaron la Real Academia Española de la Lengua (1713), La Real Academia Española de la Historia (1738) o la Real Academia de Bellas Artes (1752). Todas ellas fueron activos instrumentos de la ilustración en su afán de racionalizar e impulsar la ciencia y la cultura.
Sociedades Económicas de Amigos del País: instituciones de carácter privado que, siguiendo el modelo de la Sociedad Vascongada de Amigos del País, se constituyeron en distintas localidades por todo el país, durante el reinado de Carlos III, impulsadas por su ministro Campomanes. Realizaban estudios sobre las causas del atraso de su región y los medios para solucionarlo; impartían clases de agricultura, artes e industria; propiciaban la aplicación de nuevas técnicas; creaban talleres y manufacturas; difundian las nuevas teorías económicas; publicaban libros y prensa periódica propia; ofrecían premios a las innovaciones y a las mejores propuestas económicas, etc.

Unidad 2. Las reformas internas y sus límites

Decretos de Nueva Planta: decretos dados por Felipe V en los territorios de la Corona de Aragón en represalia por el apoyo prestado al archiduque Carlos de Austria en la Guerra de Sucesión. Se dieron en diferentes momentos (Valencia y Aragón en 1707, Mallorca en 1715 y Cataluña en 1716) y consistieron en la supresión de los fueros e instituciones particulares de estos territorios. Además, en cada uno de ellos la figura del virrey fue sustituida, como máxima autoridad, por la de un capitán general al frente de una Audiencia. De esta forma se consiguió en gran medida una monarquía unitaria, aunque se mantuvieron los fueros e instituciones vascos y navarros, por la fidelidad de estos territorios al bando borbónico durante la guerra. En cuanto a las Cortes, se convirtieron en Generales del Reino (salvo Navarra, que mantuvo las suyas propias), con representantes también de las ciudades aragonesas, catalanas, valencianas y mallorquinas.
Secretarías de Estado y del Despacho: nuevos órganos que tendieron a sustituir de forma gradual a lo largo del siglo las tradicionales funciones de los Consejos instaurados por los Reyes Católicos y los Austrias. Su número y competencias sufrieron variaciones con el tiempo y a su frente estaban los secretarios —el más claro precedente de los modernos ministros—, que despachaban directamente con el rey. Solo el Consejo de Castilla mantuvo su rango de máximo órgano político, y su presidente era el cargo político más importante después del rey.
Intendencias: divisiones administrativas —equiparables a las provincias actuales— que los Borbones crearon a semejanza del modelo francés, en su afán de controlar desde el poder central todo el territorio. A su cabeza estaban los intendentes, hombres de confianza de la monarquía, que actuaban como delegados territoriales del gobierno, con muy amplias y variadas funciones: justicia, policía, recaudación de impuestos, reclutamiento y mantenimiento de las tropas, etc.
Catastro de Ensenada: investigación encargada por Fernando VI al marqués de la Ensenada que consistía en un recuento detallado de todos los habitantes de Castilla y de sus propiedades, para determinar la cuantía que le correspondía pagar a cada súbdito en la «única contribución», con la que se pretendía sustituir la gran diversidad de impuestos existentes hasta entonces en la Corona dé Castilla. Sin embargo, aunque la investigación se realizó, las protestas y reclamaciones frustraron la pretendida reforma fiscal.
Vales reales: modalidad de deuda pública instaurada por Carlos III para hacer frente a los gastos ocasionados por la Guerra de Independencia de Estados Unidos (1776-1783). Su novedad radicaba en que las casas de comercio prestaban a la Corona una cierta cantidad de dinero al 4% de interés anual y a cambio recibían estos vales reales, que podían ser conservados hasta la devolución de su importe o utilizados como medio de pago, como si se tratase de dinero autentico. Los vales reales fueron, por tanto, un precedente del papel moneda actual, aunque su elevada cuantía los hacía inservibles para el comercio al por menor.
Regalismo: doctrina jurídica surgida a finales del siglo XV en relación con la emergencia de las monarquías absolutas. Propugnaba la superioridad del rey sobre la Iglesia en cualquier ámbito que no fuera la pura doctrina religiosa.
Patronato regio: derecho de la Corona a nombrar a los cargos eclesiásticos, en especial a las altas dignidades, como los obispos. Era uno de los objetivos esenciales de los monarcas regalistas, para someter a su autoridad a la Iglesia de sus naciones. En España los Reyes Católicos habían obtenido del Papado el derecho de patronato sobre el Reino de Granada y, después, sobre la Iglesia del Nuevo Mundo. En el siglo XVIII, con la firma del Concordato de 1753, la Santa Sede concedió a la monarquía un patronato prácticamente universal sobre la Iglesia española.
Tierras amortizadas (manos muertas): tierras que, según las leyes del Antiguo Régimen, no podían ser enajenadas (vendidas, donadas o embargadas), aunque sus titulares podían disponer libremente de sus frutos o sus rentas. Según quiénes fueran sus propietarios, podían ser de tres tipos: eclesiásticas, municipales y vinculadas a mayorazgos.
Manufacturas reales: fábricas creadas por el Estado, según el modelo aplicado en Francia por Colbert, ministro de Luis XIV. En ellas se contrataba a especialistas extranjeros para que enseñaran las nuevas técnicas de producción. Su control corría a cargo de representantes estatales, y el objetivo era satisfacer la demanda de la nobleza y el clero de artículos de lujo (tapices, cristal, etc.) con productos fabricados en el país e incluso exportarlos. Así se dejarían de importar y el dinero no saldría de España. Sin embargo, acabaron fracasando debido al excesivo control burocrático y a la aplicación de técnicas poco productivas, que encarecían demasiado el precio final.
Sistema de registros (comercio con América): sistema que sustituyó desde 1735 al tradicional sistema de flotas y galeones para agilizar el comercio con América. Los particulares podían cargar sus mercancías, una vez registradas en Cádiz, en barcos autorizados que partían para América cuando querían.

Censos enfitéuticos: sistema de cesión de la tierra a los campesinos, característico de Cataluña desde la Edad Media. Los propietarios feudales catalanes habían cedido el disfrute de la tierra a los campesinos en contratos perpetuos o a muy largo plazo a cambio de una renta fija. Con el paso del tiempo y la inflación, dicha renta había quedado reducida a una cantidad simbólica, lo que convertía al campesino catalán en propietario de hecho de la tierra que trabajaba y, por tanto, tenía incentivos para realizar mejoras en ella. 

LOS SANTOS INOCENTES Estudio

LOS SANTOS INOCENTES DE MIGUEL DELIBES

Claves temáticas

El tema principal

Delibes plantea una situación de injusticia social. La rebelión final de uno de los sometidos vendría a constituir una reacción lógica a una situación tan injusta. La injusticia no sólo se percibe en los signos externos que reflejan el modo de vida de unos y otros. Va unida, en primer lugar, al desprecio por los semejantes. La injusticia se percibe en los abusos que cometen los amos.
No es fácil acabar con esta injusticia, a juzgar por las palabras de los señoritos e invitados, que reflejan una ideología inmovilista << el que más y el que menos todos tenemos que acatar una jerarquía,unos debajo y otros arriba, es ley de vida ¿o no?>>. El fin del injusticia se ve más lejano cuando se comprueba la sumisión con que la acepan los inocentes. Sólo el Quirce manifiesta un principio de rebeldía: su silencio, su displicencia enfadan al señorito.
La sumisión de los humildes parece favorecida por la estructura cerrada del latifundio, poco permeable a las influencias exteriores, y por la ignorancia en que, conscientemente, se mantiene a los humildes. Ante la perpetuación de la injusticia, la rebelión trágica se abre paso como reacción inevitable. Pero no se trata de una rebelión <<política>>, sino de una venganza individual.

Temas secundarios

Los cuatro núcleos temáticos habituales en las novelas de Delibes están presentes de manera dispersa en Los santos inocentes:
  • Aparecen manifestaciones del mundo de la infancia.
  • La relación con la naturaleza es una de las constantes temáticas que explican el conflicto de la novela.
  • La consideración hacia los más necesitados (el prójimo) es otro de los motivos vertebrales del relato.
  • También está presente el tema de la muerte recurrente en todas las novelas de Delibes.

Los temas secundarios por libros

Libro primero: El calor humano. El amor a la naturaleza. El miedo y la muerte

Todo el libro primero muestra cómo Azarías trata de hallar el calor humano que le falta en el cortijo de La jara. El Azarías suple el calor humano que le falta con el amor a la naturaleza. La repetición de la expresión <<milana bonita>> añade un tono lírico a los gestos de Azarías hacia el búho. Parece que se produce al mismo tiempo una animalización del personaje y una personalización del animal. Se da entre ellos una relación basada en los “sentimientos” compartidos, entre ellos, el sentimiento del miedo. La muerte de <<la milana>> significa para Azarías un trauma que se acentúa ante la incomprensión de los demás.

Libros segundo: La imposible redención de los inocentes

El tema fundamental del libro es, no obstante, el fracaso de los proyectos de los inocentes.
  • En la inteligencia y en el trabajo de sus hijos cifra Paco sus esperanzas de redención.
  • La vuelta al cortijo significa, también, para Paco y su mujer la posibilidad de volver <<a ser jóvenes>>. Pero el bramido de la Niña Chica parece un signo adverso del destino, que anula cualquier intento de cambio.
  • El episodio de la primera comunión, vetada a los humildes, demuestra que los amos no están dispuestos a dar oportunidades a los siervos.
  • Al final, don Pedro el Périto, atacado de enormes celos, desvía su irritación hacia la Nieves. La niña se turba sobremanera, porque percibe con mayor claridad su condición de sierva y su imposible redención.

Libro tercero: El amor al prójimo

Azarías es expulsado de La jara porque el señorito no soporta algunas de sus costumbres. Él intenta ser útil. Los personajes que le rodean soportan y superan los inconvenientes:
  • La Régula, su hermana, intenta corregir su suciedad.
  • El Rogelio ofrece a Azarías <<una grajeta en carnutas>> para sustituir al búho muerto. Será la nueva <<milana bonita>>.
  • Paco se ocupa de recoger los excrementos que deja en cualquier parte el Azararías.
  • Otros personajes no se portan tan bien con Azarías: los sirvientes se mofan de sus alucinaciones. Pero, lo que destaca en este libro es que el amor al prójimo es más posible entre los humildes que entre los poderosos.
Al final, la nueva milana conquista al Azarías y se convierte en su nueva pasión.

Libro cuarto: La pasión cinegética

La pasión por la caza es el tema que sobresale en el libro cuarto.
  • Las frecuentes cacerías en batida definen lo que Delibes llama <<la cacería aristocrática>>, que para el autor <<no es caza>>. Este tipo de caza es opuesto a la del <<hombre libre, sobre naturaleza libre, contra pieza libre>>. Esta forma de caza supone la eliminación rápida de las aves, y la consiguiente degradación de la naturaleza.
  • La pasión cinegética arraiga en el señorito Iván progresivamente junto con una arrogancia singular: se permite insultar a cuantos con él compiten, grita a los secretarios vecinos etc. Como toda pasión incontrolada, lleva al sujeto a un estado psicológico que le hace proclive a abusar de sus semejantes.
En el libro aparecen dos ejemplos de la autosatisfacción de los amos: el señorito pretende lucha por redimir a sus siervos enseñándoles a malfirmar en un papel y la señora conquista a los humildes a través de la limosna. Ambos ejemplos, muestran, sin embargo, lo poco que en realidad hacen por la redención de los inocentes y su deseo de mantener su conciencia aristocrática.

Libro quinto: La insumisión

En este libro la pasión cinegética aparece vinculada al abuso del hombre y la naturaleza. Los dos accidentes de Paco demuestran que incluso en graves trances el egoísmo del señorito no se atenúa.
El episodio en que el señorito ordena a Paco cegar a las palomas que sirven de reclamo supone un desprecio por la naturaleza. Pero la verdadera novedad temática del capítulo es la actitud de Quirce, el único personaje humilde que desafía al señorito. No acepta su limosna al acabar la cacería.
Iván se venga de la insumisión del Quirce en la persona de la Nieves. La humilló obligándola a retirarle los botos, la humilló con su gesto, con su mirada, con su risa. Prueba de que el resentimiento era la causa de esta acción, voceó a la Nieves: << […] ¡ah!, y dile a tu hermano que la próxima vez no sea tan desabrido, niña>>. Una manera definitiva de resarcirse del desprecio del Quirce lo constituye la última acción: se besa <<ferozmente>> con doña Purita.

Libro sexto: Los últimos abusos. La venganza

La fuga-rapto de doña Purita refleja que la opresión se extiende también a los opresores. Don Pedro se convierte en el opresor-oprimido y se añade al personaje de Iván un rasgo negativo: la actitud cínica.
El dramatismo de los episodios finales queda realzado por el vivo contraste entre la ternura con la que Azarías despide a la milana y el desprecio del señorito por todo pájaro que se le pone a tiro. Se enfrentan dos pasiones y dos concepciones distintas de la vida: la sintonía con la naturaleza y el abuso de ella.
La venganza final es una acto de <<justicia natural>>. Es una venganza personal. Azarías ha vengado una afrenta personal.

La posición del narrador

Acertar con la fórmula

En Los santos inocentes advertimos la presencia de tres voces narrativas: la del narrador-testigo, la del narrador-acorde y las voces de los distintos personajes.

El narrador-testigo

Existe, por una parte, un narrador que está fuera de la acción pero demuestra una gran cercanía al mundo que narra y un conocimiento detallado del marco en el que se sitúa los hechos. El autor se presenta como un observador directo de los acontecimientos. Cuenta la historia por tanto, con la seguridad de quien posee una completa documentación: es muy detallada la información sobre el cortijo, los personajes, los animales, procedimientos de caza etc. Además, Delibes conoció personalmente al Azarías, que, según confiesa a Luis M. de Dios, es <<lo único no inventado de la novela>>.
El narrador no es, pues, solamente, un narrador omnisciente. Es un narrador-testigo, que permanece fuera de la acción pero está cercano a los hechos; esto confiere al relato un sesgo de verosimilitud y autenticidad, de realismo en suma. Signos de la presencia de este narrador-testigo son:
  • La utilización de la tercera persona narrativa, que es señal de distancia y deseo de objetividad y muestra de la intención del autor de contar la historia sin intervenir en la acción.
  • La minuciosidad y el detallismo, que se advierten, sobre todo, en las descripciones de los lugares; en los modos, muy definidos, de conducta; en los datos que implican penetración psicológica; en el fidelísimo reflejo del habla rural.
  • La constante presencia de elementos valorativos.

El narrador-acorde

El narrador-testigo es, pues, una garantía de realismo, pero no es en modo alguno un fabulador objetivo. Porque en Los santos inocentes aparece, como en otras novelas de Delibes, esa especie de localización subjetiva que consiste en el acercamiento del narrador a alguna a sus criaturas de ficción. Ahora es el narrador el que se identifica con el personaje. La escritura se adapta a las experiencias, estímulos y reacciones que conforman el mundo de algunas criaturas de la ficción.
El narrador no se limita a contar objetivamente los hechos, sino que se sitúa en una posición de simpatía (de concordancia con la conciencia) para con los personajes humildes o desfavorecidos.
En Los santos inocentes la presencia de este narrador-acorde es perceptible en todo el relato e influye decisivamente en su sentido último. Se presencia se hace muy diáfana:
  • En el título
  • En la oralidad del relato. Delibes utiliza en cada caso el registro idiomático adecuado al personaje cuya conciencia se adapta. El lenguaje adquiere un tono de oralidad constante; parece la transcripción de algo que se cuenta de forma oral. Esto no quiere decir, sin embargo, que la escritura no sea elaborada. Por el contrario, es un prodigio de precisión lingüística, de selección y poda de elementos supérfluos y de uso medido de los recursos literarios:
    • En el lirismo. En el texto es visible que la sociedad, la falta de instrucción y sus propias limitaciones han hurtado a los seres humildes la capacidad de pensar, esencial en cualquier concepción del progreso; en contrapartida son los únicos que atesoraron sentimientos sencillos que dignifican la condición humana.
    • Sentimientos como el amor al prójimo o a la Naturaleza sólo aparecen en este reducto humano no adulterado por el <<progreso>>. Pese a la debilidad mental de Azarías y consiguiente ignorancia, es capaz de manifestar una insuperable ternura. Las palabras (<<milana bonita>>) con las que expresa su cariño por el búho, por la grajeta y, en una acertada fusión, con la Niña Chica, tienen la intensidad lírica que convierten la novela en un hermoso poema. Las expresiones <<jodida graja>> o <<carroña>>, con las que el señorito designa a <<la milana>>, son signo de seres humanos instalados en una dinámica de <<progreso>> pero incapaces de comprender los sentimientos elementales.

Las voces de los personajes

Lo que más destaca es la correspondencia entre el carácter y la función del personaje, y el uso que hace del lenguaje.
  • La señorita Míriam tiene conciencia social y sensibilidad hacia los humildes.
  • Don Pedro, el Périto, es un personaje lleno de gestos y emociones. Los celos son causa de una agresividad verbal contra su esposa que, a veces, traslada a Nieves. Pero cuando se ha visto también humillado, se dirige a los humildes con mucha <<prosopopeya>>.
  • Doña Purita es un modelo de frivolidad y arrogancia, sabedora de estar protegida por el señorito Iván.

Personajes: Novela de personajes

La galería de personajes que aparece en Los santos inocentes denota la firme preocupación del autor por el ser humano. Los santos inocentes es, por tanto, una novela de personajes. Cuantitativa y cualitativamente, la mayor proporción del texto se reserva al retrato de las figuras humanas.

Importancia de los personajes

Personajes en primer plano

Azarías, verdadero protagonista de la novela y desde su perspectiva, las milanas adquieren una función relevante. Paco, el Bajo, ayuda a conocer el mundo de los humildes. Un antagonista, el señorito Iván.

Personajes de segundo plano

El perfil humano de este segundo grupo de personajes queda más difuminado. Aún cuando su importancia en el desarrollo de la intriga es menor, son indispensables para ampliar, en extensión y en intensidad, el sistema de relaciones y oposiciones que se establece en la historia narrada. Integran este segundo plano, la familia de Paco, el Bajo; la familia del señorito Iván y los encargados del Cortijo.

Personajes en tercer plano

El resto de los sirvientes, el señorito de La jara y los invitados de los dueños

Sencillos y vanos. Opresores y oprimidos

Los personajes sencillos

  • Son personajes en estado de pureza, no contaminados por las costumbres deshumanizadoras de la civilización moderna. La preferencia de Delibes por el mundo de la infancia se justifica por el hecho de que es en los niños donde el autor encuentra mejor representados un conjunto de sentimientos que no han sufrido adulteración. Son seres primarios en los que anidan sentimientos positivos (el amor, la amistad, el respeto por la naturaleza), negativos (el miedo) o debilidades humanas (el odio, la mezquindad).
  • Les caracteriza su autenticidad y muestran una imagen del hombre consciente de sus limitaciones, deseoso de que se le conozca tal como es.
  • Suelen ser desheredados de la fortuna, tanto en lo biológico como, sobre todo, en lo social.
  • Padecen miseria, a causa de situaciones de las que no son culpables, sufren de soledad, como fruto de la discriminación social o de un progreso mal entendido; no han recibido enseñanza.

Los personajes vanos

  • Suelen ser socialmente acomodados.
  • En su mundo son paradigma de comportamiento inauténtico, frecuentemente marcado por la competencia, el consumo y el desarraigo. Es notable su deseo de aparentar.
  • A ello añaden otras características negativas: egoísmo, mezquindad, prepotencia, intolerancia, deshumanización y desprecio por quienes les rodean.
  • La actitud del autor hacia ellos es de denuncia pero también de compasión.
En Los santos inocentes, el señorito Iván, la Marquesa, los invitados y el señorito de La jara encarnan la tipología de personajes vanos. El enfrentamiento entre personajes sencillos y vanos es una de las claves del conflicto de la novela. La situación de injusticia está marcada por la opresión.
Los personajes sencillos, por falta de alcances, por ignorancia o por resignación, se ven abocados a permanecer en su condición de siervos.

Ruptura del Maniqueísmo

Delibes ha tratado de paliar la oposición frontal entre buenos y malos, mediante la inclusión de otros personajes de perfiles más complejos.
  • Don Pedro, el Périto, es el personaje en el que Delibes ha concentrado mejor la doble condición de opresor y víctima. Es opresor respecto a la Nieves y víctima de la reiterada infidelidad de su esposa.
  • La señorita Míriam demuestra poseer conciencia social
  • René, el Francés, también posee conciencia social.
Entre los humildes el Quirce es el único que manifiesta una voluntad de ruptura con la situación de sumisión en que vive la familia.

Análisis de los personajes

Personajes en primer plano

El Azarías
El Azarías es una de las figuras más completas de toda la novelística de Delibes. Posee tres características esenciales:
  • Es <<inocente>>, es decir, retrasado mental, lo cual condiciona muchos aspectos de su conducta.
  • Es viejo.
  • Es, por tanto, hipermarginado entre los habitantes pobres de los cortijos, una persona a la que los amos mantienen por caridad.
Estos tres aspectos se manifiestan repetidamente:
  • En su prosopografía (rasgos físicos), en la que destacan:
    • La pobreza extrema
    • Cierta animalización
    • La suciedad
    • Los excesos que comete
  • En los rasgos de su carácter (etopeya), que denotan:
    • Una conducta instintiva y mecánica
    • Ignorancia
    • Perturbación psíquica
Todos estos rasgos le suponen la marginación en ambos cortijos. El Azarías demuestra, más que otros personajes, primarios sentimientos humanos: El miedo y la ternura.
Las milanas
Las milanas forman parte sustancial de la vida de Azarías y son objeto de su absoluta dedicación y cuidado, se constituyen en verdaderos personajes. Para otros personajes son <<carroña>>, mientras que para Azarías valen más que cualquier ser humano. En las milanas halla el Azarías posibilidad de comunicación y agradecimiento, algo que no percibe en los hombres. Respecto a ellas experimenta también el Azarías el sentimiento de tristeza por la muerte. Una prueba de la personificación de las milanas a los ojos de Azarías es el entierro del Gran Duque como si se tratase de un ser humano. Otra prueba es el crimen final: la grajeta tiene para él tanto valor que es capaz de matar a una persona por ella. Azarías no mata al señorito porque considere que es un opresor sino porque en su concepción de la vida la milana vale más que un hombre.
Paco, el Bajo
El aspecto de su conducta que más destaca es la sumisión. Paco asume de forma natural su condición de siervo. Quizá la máxima expresión de su sumisión está en las palabras con las que reconviene a la Nieves <<[...] en estos asuntos de los señoritos, tú, oír, ver y callar>>. Sus aptitudes son muestra de sabiduría e ingenio. Desea ilusionadamente que sus hijos alcancen un futuro mejor a través de la educación. Es, junto a la Régula, modelo de amor al prójimo.
El señorito Iván
La figura de Iván presenta una serie de rasgos negativos que lo convierten en un personaje monolítico: es muy difícil hallar en él algún rasgo de bondad. En primer lugar, asume totalmente su condición de amo y no permite que nada pueda limitarla. Su mentalidad <<feudal>> le lleva:
  • A establecer relaciones de permanente dependencia con sus siervos.
  • A mantener en todo momento, con una actitud conservadora, la “jerarquía”.
  • Otro de sus rasgos negativos es la vanidad.
  • Busca la adulación y cuando no la obtiene, como ocurre cuando el Quirce se niega a llevarle la corriente, se siente humillado y se venga humillando a la Nieves.
  • Su pasión incontrolada por la caza supone, en primer lugar, desprecio por la naturaleza. Antepone esta pasión ante todo.
  • Destaca, finalmente, su conducta cínica. Su condición de amo descuella también en sus devaneos con doña Purita.

Los personajes de segundo plano

Don Pedro, el Périto (el opresor-oprimido) preso de los celos y de impotencia; la señorita Míriam (signo de conciencia social entre los acomodados) y el Quirce (símbolo de insumisión y el anti-sedentarismo de los humildes).
La Régula significa la determinación en el amor al prójimo y la disposición para el siervo. La Niña Chica es uno de los personajes más conseguidos. Su <<inocencia>> consiste en una subnormalidad profunda patente en sus rasgos físicos; constituye la imagen más impresionante de la degradación.
El Rogelio, se hallan signos de contacto con el progreso y sentimientos de afecto por los necesitados.
La señora Marquesa mantiene una actitud paternalista, de aparente protección a los humildes, que en realidad responde al deseo de demostrar ante ellos su posición social. Doña Purita es un ejemplo de frivolidad.

Los personajes en tercer plano

Cada uno de ellos nos aporta rasgos que, como el ingenio o la sumisión, amplían nuestro conocimiento del mundo de los siervos.

El tiempo

El tiempo histórico

No existe una fecha explícita que indique el año en que transcurre la novela. Podemos decir que la mayor parte de los acontecimientos del relato se sitúa en torno a los primeros años de la década de los 60. La novela pretende, en conjunto, demostrar la pervivencia, en tiempos relativamente cercanos, de una sociedad arcaica y radicalmente injusta.

El tiempo textual

La dirección en que se relatan los hechos sólo se ajusta a una secuencia temporal lineal en los libros quinto y sexto de la novela; en los cuatro primeros libros existe una ruptura consciente de la linealidad del relato: mediante la reiteración de sucesos y la aparición de anécdotas fugaces y retrocesos temporales se mantiene un constante juego con el tiempo. En tales capítulos importa más el dibujo del personaje que los hechos que protagoniza.
La cantidad también varía entre unos libros y otros. El tempo o ritmo narrativo es lento en los cuatros primeros libros y se acelera en los dos últimos, en los que los acontecimientos se precipitan hacia un desenlace trágico, una vez que los personajes han sido dibujados en los primeros libros.
La subjetividad con que Delibes usa el tiempo en la novela se dirige también a intensificar el sentido de muchos elementos temáticos de la novela, lo que se manifiesta en la existencia de tres tiempos distintos:
  • Un tiempo (concreto, concentrado) de los acontecimientos más importantes, que justifica el empleo de otro tiempo (dilatado, diferido) para el resto de los sucesos.
  • Un tiempo puntual en el que ubican los episodios que rompen la rutina y un tiempo habitual que expresa precisamente el vivir cotidiano de todos los habitantes del cortijo.
  • Un tiempo de los personajes más relevantes; son los sucesos destacados de la vida de un personaje los que, en un momento dado, dictan el tratamiento temporal.

El tiempo de los acontecimientos

Los accidentes de Paco; su situación por el Azarías como secretario; la muerte de la segunda milana y el asesinato del señorito Iván, sucesos que ocupan los libros quinto y sexto de la novela, en un tiempo relativamente corto: tres semanas aproximadamente.
El relato de los acontecimientos finales se hace de manera lineal, sin trastocar el orden lógico de los sucesos, y en un tiempo reducido, sin intervalos, lo que determina el ritmo rápido de la acción. El relato de los episodios procedentes se hace con una evidente libertad en el uso del tiempo: se trata de hechos lejanos aunque imprescindibles para justificar los sucesos finales. El ritmo narrativo es mucho más pausado, por ende, porque lo que resalta es una serie de anécdotas que se inscriben en un conjunto de hechos repetidos.

Las marcas del tiempo <<habitual>> y del tiempo <<puntual>>

  • La alusión a fechas concretas, sobre todo en relación con días señalados para la caza.
  • Las referencias a las estaciones del año o a los días de la semana.
  • Delibes no utiliza, como en otros libros, el santoral, referencia inequívoca de temporalidad en la sociedad rural.
  • Las referencias a hechos señalados.

El tiempo de los personajes

El afán de Delibes por vertebrar la novela sobre los personajes, le lleva a acomodar el tiempo a las vivencias y peripecias de las figuras humanas. El libro también pretende hacer un recorrido por la vida de los personajes. Por ello, el autor usa caprichosamente el tiempo.
  • Es muy amplia la proporción de tiempo que se dedica al Azarías.
  • Más reducido, pero igual de relevante, es el tiempo dedicado a Paco, el Bajo. Naturalmente, el tiempo de Paco está muy ligado al tiempo del señorito Iván.
  • Entre los personajes de segundo plano, merecen atención las marcas de tiempo referidas a la Nieves.
  • La vida de don Pedro, el Périto, está concentrada en hechos puntuales que se circunscriben al año del crimen.

El espacio (El paisaje)

Un paisaje original

La pintura del paisaje es uno de los ingredientes fundamentales de las novelas de Delibes, y Los santos inocentes no es una excepción.
Para Delibes, tiene una gran relevancia temática, ya que los conflictos y las pasiones casi siempre tienen una referencia en el marco en que se producen. Delibes decía que toda novela debía tener “un hombre, un paisaje y una pasión”.
Delibes se afana por presentar a la Castilla real, tal como él la contempla desde cerca, observada con detención en numerosos viajes y experiencias cinegéticas.

El espacio se circunscribe en dos zonas:

  1. Un núcleo homogéneo de viviendas rurales en el que, no obstante cabe hallar cierta jerarquización -casas cuasi-señoriales al lado de cuevas habitadas-.
  2. El campo o espacio natural que pertenece el pueblo, duro y agreste, poblado de animales, que forman parte del vivir cotidiano de los hombres y que es objeto de su conocimiento, de su disfrute, de sus disputas y de sus pasiones.
    • La principal forma de vida de sus habitantes es la agricultura y, en menos medida, la ganadería.
    • La estructura de la propiedad está muy atomizada: el minifundio da sólo para malvivir, pero crea entre los hombres y la tierra un vínculo afectivo: los hombres se hallan a menudo tan integrados en su espacio natural que no conciben que en otro lugar pudiesen reconocerse mejor y ser más felices.
El espacio en que Delibes sitúa Los santos inocentes resulta novedoso, ya que los cortijos no son característicos de la región castellana. Presenta una diferencia fundamental: se trata de un latifundio. El paisaje se resiste de esta concentración de la propiedad: la jerarquización es muy radical; los vínculos que ligan a quienes lo habitan son muy variados; la estructura del paisaje es, por consiguiente distinta.

Localización geográfica

La acción puede desarrollarse en cualquier cualquier cortijo fronterizo, de Salamanca a Huelva. La localización de la historia responde al concepto de realismo que está presente en sus relatos. A Delibes no le importa tanto pintar una zona concreta, como reflejar un marco en el que insertar de forma creíble las vidas de los hombres que lo pueblan.

El paisaje del cortijo

En Los santos inocentes aparecen dos cortijos. El cortijo de La jara y el del Pilón, propiedad de la señora Marquesa.
Los elementos que conforman el paisaje del cortijo aparecen minuciosamente descritos, mediante un léxico de gran precisión y profusión de detalles. El autor presta atención, selectivamente, a aquellos elementos que permiten expresar mejor la condición social de las personas o muestran los vínculos afectivos entre los hombres y la naturaleza.
El cortijo presenta dos zonas claramente diferenciadas: un gran espacio natural y, dentro de él, una zona de viviendas.

El gran espacio natural

Es una tierra de labor. Una parte de ella se dedica a la agricultura, otra parte se dedica al pasto del ganado, Pero el cortijo es, fundamentalmente, un gran escenario de caza para el disfrute de los señoritos y de sus invitados. Delibes presta atención a tres elementos del paisaje:
  • Los accidentes del terreno, que son designados con gran precisión léxica. La topografía es irregular.
  • La flora. El espacio está poblado por encinares y alcornoques.
  • La fauna, entre la que destaca la relación de aves de caza.
Delibes habla de esta naturaleza con la precisión y la riqueza de datos de quien ha recorrido terrenos parecidos. Es un entorno dibujo a la medida de la mentalidad de los hombres que lo pueblan: los inocentes se hallan integrados en él, disfrutan de la naturaleza y la sufren; los señoritos y sus invitados abusan de su espléndida conformación y de su fauna.

La zona de viviendas

  • Es una zona cerrada, protegida por una tapia y un portón que debe abrir la Régula.
  • Hay una corralada en la que se reúnen los sirvientes para celebrar la llegada de la señora Marquesa.
  • Y tres edificios principales:
    • La Casa Grande, vivienda de los propietarios del cortijo, deshabitada salvo en las cortas temporadas en que acuden sus dueños.
    • La Casa de Arriba, en la que viven el encargado, don Pedro, y su esposa, doña Purita. Los nombres de estas dos viviendas (Grande y de Arriba) no sólo aluden al mayor tamaño o a la localización, sino que, desde la perspectiva de los sirvientes, son signos de poder y de distanciamiento.
    • Cerca de ellas, hay una pequeña Capilla.

Función significativa del espacio

  • El paisaje del cortijo tiene valor por sí mismo: transmite una fuerte impresión de realidad y se constituye en fuente de conocimiento de un modo de vida peculiar.
  • Es factor imprescindible para dotar a los episodios de cohesión. Es, en este sentido, un gran escenario por el que discurren los personajes y el elemento que trataba al aparente desorden de los episodios.
  • Revela la estructura jerárquica del latifundio. Cada elemento del paisaje refiere las diferencias sociales de los seres que transitan en él.
  • Expresa una doble actitud del hombre ante la naturaleza. Los inocentes se hallan integrados en él, mientras que los señoritos lo degradan con sus abusos.

El estilo

El discurso de Los santos inocentes responde a la focalización o punto de vista adoptado por el autor, que se sitúa del lado de los personajes inocentes y nos revela su mundo mediante un registro lingüístico que ha de coincidir con el habla de tales personajes. El narrador adopta, como principal instrumento lingüístico textual, el lenguaje de base oral.
Percibimos un narrador externo a la narración, pero conocedor del mundo que traslada a la novela; es un escritor que domina la lengua culta (el uso literario de la lengua) y que intercala en el discurso oral numerosos fragmentos elaborados literariamente.
La narración transcurre, principalmente, a través del cauce de la lengua oral, pero el discurso se enriquece con numerosos rasgos de la lengua literaria. El resultado es un todo artístico lleno de precisión y de lirismo, de verosimilitud y de belleza.

Las formas de expresión

La narración y el diálogo son las formas de expresión que predomina en la novela y en ellas se concentran los signos de oralidad que percibimos en el relato. No obstante, el autor intercala frecuentemente en la narración fragmentos descriptivos casi todos ellos referidos al marco de los acontecimientos.

El lenguaje de base oral en los fragmentos narrativos

En los fragmentos narrativos destaca la abundancia de nexos conjuntivos, y sobre todo de la conjunción copulativa y, cuyo uso reiterado puede dar signo de oralidad. Por eso en la manera coloquial de contar una anécdota es frecuente el uso de la conjunción. En Los santos inocentes es además un rasgo de estilo: resalta la ligazón entre las acciones y nos trasmite un efecto de agilidad narrativa y de detallismo desarrollando el conjunto de hechos que conforman un suceso.
Pero lo que refleja mejor el tono oral del discurso es la extraordinaria flexibilidad con que se construye cada periodo narrativo. Esta versatilidad sintáctica se observa en el diálogo, pero también en la narración, y sus rasgos peculiares son:
  • La ruptura del orden lógico de los elementos de la oración y también del orden de sus elementos constituyentes.
  • Las frecuentes enumeraciones, repeticiones y expresiones contractivas.
  • Las numerosos elipsis. Son muy llamativas las elisiones de verbos, pero también se eliden sustantivos.
  • Los incisos valorativos del narrador acorde, que determinan la aparición de frecuentes anacolutos.

En el diálogo

Los rasgos más característicos de los fragmentos dialogados son los siguientes:
  • Están basados en el habla viva, coloquial, con intención de mantener fidelidad absoluta a los personajes a quienes se le atribuyen.
  • Utiliza el estilo directo, con o sin presencia del verbo dicendi introductor de la secuencia dialogada.
Estos aspectos confieren a la novela verosimilitud, ausencia de artificio y fuerte impresión de realidad. Además, a través de los diálogos conocemos el punto de vida de los personajes; y se canalizan muchos fragmentos narrativos y otros de valoración y comentario.

La lengua castellana rural

Existe una variedad del habla coloquial castellana específicamente rural, que resulta de la combinación de recursos del habla familiar y de la lengua vulgar y de un léxico y una fraseología ya desaparecidos de la lengua urbana. El uso de esta lengua castellana rural es una de las características fundamentales de Los santos inocentes.
El habla familiar es expresiva, afectiva, exagerada, imaginativa, colorista. Muchos de estos rasgos pueden encontrarse en la novela.
  • La peculiar flexibilidad del discurso.
  • El uso específicamente rural del dativo ético.
  • Los nombres de los siervos son, en general, poco habituales en zonas urbanas.
  • Se utiliza el apodo acompañado de nombres menos raros.
  • Casi siempre se da la costumbre rural de anteponer el artículo al nombre propio. Por el contrario, los nombre de los amos revelan la costumbre urbana de imponer nombres habituales de otros idiomas.
  • Donde más perceptible es la naturaleza rural de la lengua de Los santos inocente es en el léxico. Muchos términos son desconocidos para la gente de la ciudad. Este vocabulario específicamente rural añade riqueza léxica, precisión y claridad al lenguaje.
  • Hay también una abundante fraseología característica de las zonas rurales.

La elaboración literaria

Riqueza léxica y elaboración del discurso

Aunque predomina el lenguaje de base oral en numerosos fragmentos de la novela el autor utiliza la lengua culta, elaborando el discurso y dando un tratamiento literario al lenguaje.
El dominio de la lengua culta se comprueba en muchos detalles; La omisión del verbo dicendi es signo de oralidad y de economía; pero Delibes utiliza una variadísima gama de verbos para introducir el diálogo señalando sutiles matices. Ciertos fragmentos muestran una gran elaboración, presidida por la intención de precisión y claridad.

El uso literario del lenguaje

En Los santos inocentes son extraordinariamente importantes los fragmentos descriptivos, generalmente intercalados en el curso de un espacio narrativo. Las descripciones, de forma habitual, se vinculan al paisaje, que muchas veces es pintado siguiendo el criterio del realismo.

Son numerosos los fragmentos en los que el autor retrata a los personajes. Estos retratos se van completando por la acumulación de fragmentos descriptivos parciales que revelan detalles de físicos y la conducta del personaje.

lunes, 8 de mayo de 2017

Tema 6. EL ESPACIO INDUSTRIAL

EL ESPACIO INDUSTRIAL

Las materias primas

Las materias primas y sus tipos

Las materias primas son los recursos que la industria transforma en productos semielaborados o elaborados.
  1. Las materias primas de origen orgánico proceden de los seres vivos. Son suministradas por las actividades agrícolas, ganadera, forestal y pesquera. Se destinan a la industria agroalimentaria y a otras, como el mueble y el papel.
  2. Las materias primas de origen geológico proceden de la corteza terrestre. Son suministradas por la actividad minera, que las extrae de yacimientos. Son las más importantes para la industria e incluyen minerales, rocas y productos energéticos.
    • Los minerales se localizan en las formaciones paleozoicas y las cuencas terciarias.
      • Los minerales metálicos proporcionan metales destinados a la industria básica y mecánica
      • Los minerales industriales se emplean en diversas industrias por sus propiedades y no por los metales o energía que suministran.
    • Las rocas presentan una localización muy heterogénea.
      • Las rocas de cantera se emplean sobre todo en la construcción. Proceden de canteras donde se extraen en grandes bloques o de graveras donde se obtienen fragmentos de pequeño tamaño (arena y graba).
      • Las rocas ornamentales son rocas de cantera que pueden usarse con fines decorativo en la decoración de interiores o exteriores.
    • Los productos energéticos son sustancias naturales sólidas, líquidas o gaseosas empleadas en la producción de energía. En España solo es significativa la producción de carbón.

Las fuentes de energía

Las fuentes de energía son los recursos que permiten obtener energía o fuerza para realizar un trabajo; en el caso de la industria, transformar las materias primas.

Las fuentes de energía primaria

La producción interior se centró primero en el carbón, que cedió su primacía a la energía nuclear y en los últimos tiempos a las energías renovables. En cambio, el consumo de energía primaria se ha basado desde la década de 1960 en el petróleo, al que ha seguido un importante incremento del gas natural.
El autoabastecimiento energético es muy bajo y se requieren costosas importaciones, que generan fuerte dependencia externa.

Las fuentes de energía no renovables

El carbón

El carbón es una roca combustible de color negro, formada por la descomposición de restos vegetales durante millones de años. Su calidad y poder calorífico dependen de la antigüedad de este proceso: es mayor en los carbones de la era primaria -antracita y hulla- que en los de la era secundaria -lignito-.
El destino del carbón son las industrias siderúrgica y cementera; las calefacciones domésticas; y, sobre todo, la producción de la electricidad en centrales térmicas. Estas se localizan cerca de las cuencas mineras.
La producción interior de carbón se localiza en trece grandes cuencas, entre las que destacan la asturiana-leonesa-palentina, la de Teruel y la de Puertollano. En la actualidad, sufre problemas, como el agotamiento de algunos ricos yacimientos; la baja calidad de otros; la carestía por el predominio de explotaciones subterráneas, con vetas que impiden usar máquinas potentes; el descenso de la demanda doméstica e industrial; y la competencia del carbón importado.
El consumo de carbón tiende también a decrecer, pues la producción eléctrica va ganando en eficiencia e incrementa el uso del gas natural y de fuentes renovables.

El petróleo

El petróleo es un aceite mineral compuesto por una mezcla de hidrocarburos. Se forma por la descomposición y el almacenamiento en las capas geológicas de animales y plantas que vivieron hace millones de años en un medio marino.
El destino del petróleo es la producción de electricidad en centrales térmicas -en la actualidad limitado a las centrales industriales- y a la obtención de derivados en refinerías para su uso en el transporte y la industria (gasóleo, gasolina, fueloil, nafta, queroseno, aceites lubricantes, asfaltos).
La producción interior de petróleo es insignificante y se limita a los yacimientos de la plataforma continental de Tarragona.
El consumo de petróleo sigue siendo el más elevado en el mix energético, aunque tiende a decrecer desde 2005 por su reducido uso en la generación eléctrica.

El gas natural

El gas natural es una mezcla de hidrocarburos gaseosos, en los que predomina el metano. Se encuentra en yacimiento subterráneos, solo o asociado al petróleo.
El destino del gas es la obtención de derivados en la industria petroquímica; el uso calorífico en la industria y los hogares; y, sobre todo, la producción eléctrica en centrales térmicas convencionales.
La producción interior de gas es insignificante y se centra en los yacimientos del golfo de Cádiz. Es necesario importar gas de países como Argelia, Nigeria y Qatar, seguidos de Noruega, Trinidad y Tobago y Egipto.
El consumo de gas, iniciado en 1969, se ha incrementado hasta 2005 gracias a su alto poder calorífico; precio más bajo; y menor contaminación al carecer casi de azufre y emitir menos CO2. Desde entonces decrece por la mayor importación de las fuentes renovables a la producción de electricidad y por los efectos de la crisis de 2008.

La energía nuclear

La energía nuclear de fisión es la utilizada en la actualidad. Procede de la fisión o separación de átomos pesados de uranio.
Su destino principal es producir electricidad en siete centrales cuya localización responde casi exclusivamente a decisiones políticas.
La producción nuclear se realiza con uranio importado de Níger, tras el cierre de las minas Saelices (Salamanca).
El consumo y la producción nuclear, iniciados en 1969, se mantienen estabilizados desde 1987 (<<moratoria nuclear>>), debido a la oposición. ante lo problemas que comporta; la dependencia externa en el abastecimiento del uranio y en la tecnología; el riesgo de accidentes; y el almacenamiento de un número creciente de residuos radioactivos. Su futuro es incierto.

Las fuentes de energía primaria renovables

Proceden de recursos inagotables; causan menos alteraciones medioambientales; son autóctonas, permiten el autoabastecimiento; y poseen elevada dispersión, que permite utilizarlas en lugares diversos.

La energía hidráulica

Se obtiene haciendo saltar agua por una tubería para mover una turbina conectada a un generador que transforma la fuerza mecánica en electricidad.
Su destino principal es la producción de electricidad. Las grandes centrales emplean el agua procedente de un embalse construido detrás una presa o barrera transversal al cauce de un río. Se localizan en zonas con fuertes desniveles topográficos y ríos caudalosos, como el norte peninsular, el Pirineo, o algunas montañas del interior peninsular; y sobre todo, en la caída de los ríos Duero y Tajo en la frontera con Portugal. Las minicentrales utilizan saltos de agua menores.
La producción de energía hidráulica presenta grandes fluctuaciones en función de la hidraulicidad o pluviosidad anual, por lo que se complementa con la producción térmica.

Las nuevas energías alternativas

Se obtiene del viento, el sol, la biomasa, el calor interno de la Tierra y el mar. Su destino principal es producir electricidad y calor en diferentes tipos de centrales. La producción con energías alternativas ha sido tardía a causa de su mayor precio motivado por el insuficiente desarrollo tecnológico.
  1. La energía eólica utiliza la fuerza del viento. Se destina a producir electricidad en parques eólicos, que desde 1991 han experimentado un crecimiento espectacular, gracias a las mejoras técnicas que han reducido los costes, convirtiendo a España en la segunda potencia eólica de la UE. Los parques eólicos se localizan en zonas con vientos intensos, constantes y regulares, que coinciden con las cumbres montañosas y ciertas costas (litoral gallego, Tarifa).
  2. La energía solar usa el calor y la luz del sol. Se destina a producir agua caliente y calefacción (mediante captadores térmicos situados sobre los edificios); o a producir electricidad. Las centrales termoeléctricas las obtienen usando espejos para calentar un fluido y generar un vapor. Las centrales fotovoltaicas utilizan paneles de silicio para convertir directamente la luz solar en electricidad, en grandes centrales y en pequeñas instalaciones o <<huertas solares>>. Las centrales solares se localizan en zonas con abundantes horas de sol y en áreas rurales, donde el suelo es más barato.
  3. La energía de biomasa usa la materia orgánica procedente de residuos agrícolas, ganaderos y forestales; de la basura; o de ciertas industrias que usan productos orgánicos como materia prima, como la agroalimentaria, la madera y el papel. Estos residuos se destinan a producir energía eléctrica o térmica, quemándolos directamente o transformándolos en biogás.
  4. La energía geotérmica proviene del calor interno de la Tierra. En España, su aprovechamiento es insignificante. La producción de electricidad solo es posible en los yacimientos naturales de alta temperatura (más de 150º) de Canarias.
  5. La energía marina procede del mar. En España existen centrales undimotrices experimentales para producir electricidad aprovechando la fuerza de las olas frente a la costa de Santoña y en el puerto de Mutriku (Guipuzkoa)

La industria española entre 1855-1975

La evolución industrial, 1855-1975

La industrialización española ha pasado por diferentes coyunturas entre su comienzo hacia 1830 y 1975.
  1. Un lento inicio en relación con otros países europeos. La industrialización no comenzó a cobrar fuerza en España hasta 1855. Las causas de este hecho, que han llevado a hablar de <<fracaso>> de la Primera Revolución Industrial.
    • Resultó insuficiente la disponibilidad de materias primas y de fuentes de energías: el algodón era escaso, el carbón mediocre y los mejores minerales se explotaban. Fue escasa la inversión industrial: el Estado estaba endeudado, los particulares invertían en comprar la tierra desamortizada, y el espíritu empresarial era escaso. Y fue reducida la demanda de productos industriales por el bajo crecimiento demográfico y la pobreza campesina.
    • Otras circunstancias desfavorables fueron el atraso tecnológico, que obligaba a importar las máquinas; la situación exterior (guerra de la independencia, desastre colonial); y la política proteccionista, que libraba a la industria de la competencia externa, pero desincentivaba su modernización tecnológica.
  2. En el primer tercio del S. XX (1900-1936) Tuvo lugar un mayor crecimiento industrial. Aumentó la disponibilidad de minerales. Creció la inversión industrial procedente de la repatriación de capital de las colonias perdidas en 1898. Se incrementó la demanda, pues las obras públicas durante la dictadura de Primo de Rivera. Y se incorporaron los avances técnicos de la Segunda Revolución (hidrocarburos y electricidad).
  3. La Guerra Civil y la posguerra (1936-1959) interrumpieron el crecimiento industrial. Durante la guerra se destruyeron las industrias. Y en la posguerra, la política autárquica, basada en la autosuficiencia y la restricción de las importaciones, privó a la industria de los necesarios recursos energéticos, materias primas, maquinaria y capitales.
  4. El desarrollismo industrial (1960-1975) se inició tras el abandono de la autarquía y la liberación de las importaciones en 1959. La industria experimentó entonces un fuerte crecimiento por diversas causas:
    • Aumentó la inversión industrial, pues la expansión de la economía capitalista mundial atrajo a empresas multinacionales, que se beneficiaron de la existencia en España de una demanda en alza; bajos costes de producción; mano de obra abundante, barata y no conflictiva; e incentivos estatales. Y se invirtieron en la industria capitales procedentes del turismo, de las remesas enviadas por los emigrantes y de inversores privados.
    • Otras circunstancias. Al elevarse el nivel de vida de la población; la incorporación de mejoras técnicas procedentes del exterior; el bajo precio de la energía que repercutió positivamente en los costes de producción; y la política estatal de fomento industrial a través de los planes de desarrollo.

Los sectores industriales

  1. En la Primera Revolución Industrial, los sectores industriales principales fueron el textil del algodón y el siderometalúrgico.
  2. En la Segunda Revolución Industrial, y sobre todo durante el franquismo, la industria se diversificó: crecieron los sectores básicos (siderurgia integral, refinerías, petroquímica, producción eléctrica, electrometalurgia, electroquímica); los de bienes de consumo, gracias al aumento del nivel de vida (textil, calzado, alimentario, electrodomésticos, automóvil); y los de bienes de equipo, casi siempre instalados por las multinacionales poseedoras de la tecnología (maquinaria, material de transporte).

La estructura industrial 1855-1975

  1. La mano de obra industrial tenía escasa cualificación.
  2. El tamaño de las empresas y las industrias era muy contrastado:
    • Las pequeñas empresas, mayoristas, poseían bajo nivel de inversión, tecnología y competitividad.
    • Las grandes empresas fueron en su mayoría empresas estatales, propiedad del Instituto Nacional de Industria -INI- correspondientes a sectores básicos; o filiales de empresas multinacionales en los sectores de mayor crecimiento y complejidad tecnológica.
  3. La tecnología era atrasada y la dependencia externa alta:
    • El atraso tecnológico, motivado por la escasa inversión en tecnología, se vio favorecido por la política proteccionista.
    • La dependencia externa era triple: tecnológica, ante la falta de tecnología propia; financiera, ante la insuficiente inversión nacional; y energética ante la incapacidad del carbón y de los hidrocarburos nacionales de abastecer a la industria.
  4. La orientación predominante de la industria fue el mercado interior, ante la falta de competitividad externa..

Las áreas más industrializadas.

En estas áreas se instalaron las industrias de la Primera Revolución Industrial y, con el tiempo, afianzaron la hegemonía, al implantar otras nuevas, atraídas por las ventajas de la aglomeración
Las principales fueron tres:
  1. La franja cantábrica implantó en la Primera Revolución Industrial industrias de base. Este fue el caso de la siderurgia que, tras su fracaso inicial en Málaga, se trasladó a Asturias, Cantabria y el País Vasco, instalándose junto a las minas de carbón o de hierro; o en los puertos importadores o exportadores.
  2. El litoral mediterráneo implantó durante la Primera Revolución Industrial fábricas textiles en Cataluña. Durante el primer tercio del s. XX y la época franquista, la industria se diversificó; y adquirieron importancia la industria ligera y las pequeñas empresas privadas.
  3. Las grandes ciudades recibieron industrias, principalmente de consumo, que aprovechaban la mano de obra, el mercado, los servicios y los equipamientos urbanos. El caso más destacado fue Madrid.

Las áreas de difusión industrial y poca industrializadas

Las áreas de difusión industrial surgieron en la década de 1960. La búsqueda de nuevos espacios industriales fue el resultado de las primeras deseconomías de congestión de las grandes aglomeraciones industriales, que encarecieron el suelo y los servicios; y la política de desarrollo industrial del franquismo. Surgieron así ejes industriales.
Los ejes de difusión industrial fueron ejes próximos a las grandes aglomeraciones urbano-industriales, situados junto a las principales carreteras de su periferia. Ejes nacionales a lo largo de las principales vías de transporte entre las regiones más industrializadas, como los incipientes ejes del Ebro y del Mediterráneo. Y ejes regionales resultantes de la política de desarrollo industrial del franquismo, como el del litoral gallego y el de Andalucía occidental.

La política industrial 1855-1875

La promoción industrial

La promoción industrial en las zonas atrasadas se realizó mediante los polos de promoción y de desarrollo, además de otras actuaciones.
Los polos de promoción y desarrollo, inspirados en la planificación francesa, seleccionaban ciertas ciudades en las regiones atrasadas y trataban de promover un proceso de concentración industrial, que actuase como motor para el desarrollo del entorno.

La crisis y la reestructuración industrial: 1975-1990

La crisis industrial: 1975-1990

La crisis industrial afectó a todos los países industrializados a partir de 1975, e incidió duramente sobre la industria española, debido a sus debilidades previas.

Las causas de la crisis

  1. Las causas externas fueron los cambios ocurridos en estas fechas en la economía mundial.
    • El encarecimiento de la energía por la gran subida del precio del petróleo, incrementó los costes de producción y redujo la demanda.
    • La Tercera Revolución Industrial creó innovaciones tecnológicas; nuevos sistemas de producción; y nuevos sectores industriales, que dejaron anticuado al sistema industrial anterior.
    • La globalización de la economía favoreció una división internacional del trabajo en la que cada territorio se especializó en los sectores industriales para los que contaba con más ventajas. Casi todos asiáticos, se especializaron en industrias tradicionales y en sectores de montaje, en los que son muy competitivos por el bajo coste de su mano de obra.

La política frente a la crisis: la reestructuración industrial

Para atajar la crisis, lo países industrializados adoptaron desde 1975 políticas de reestructuración industrial. En España, las circunstancias políticas las retrasaron hasta la década siguiente. La reestructuración industrial tiene dos vertientes complementarias: la reconversión industrial y la reindustrialización.

La reconversión industrial

El objetivo de la reconversión industrial era actuar en poco tiempo sobre los sectores industriales en crisis, realizando los ajustes.
Las actuaciones consistieron en ajustar la producción a la demanda. Para ello, se llevaron a cabo cierres de empresas o reducciones de la producción; regulaciones de plantilla mediante despidos o prejubilaciones; y procesos de modernización tecnológica.
Los sectores seleccionados para la reconversión fueron sectores maduros con importante participación en la producción y el empleo: siderometalúrgico, construcción naval, línea blanca de electrodomésticos, equipo eléctrico, componentes electrónicos, textil y calzado.
Los resultados fueron una fuerte reducción del empleo.

Los sectores industriales

En España siguen teniendo un peso destacado los sectores industriales maduros. Los más dinámicos cuentan con fuerte presencia de capital extranjero. Y los de alta tecnología crecen, aunque tienen menos importación que en otros países europeos.

Los sectores industriales maduros

Son las ramas industriales que sufren un descenso de la competitividad y de la demanda. Las causas son una baja intensidad tecnológica y la competencia de nuevos productos o de países más baratos, con el consiguiente riesgo de deslocalización.
  1. La metalurgia. La siderurgia o metalurgia del hierro comprende dos subsectores. La siderurgia integral obtiene acero a partir de mineral de hierro en el alto horno. Después de un duro proceso de reconversión solo se mantiene en Asturias. La siderurgia no integral que obtiene acero a partir de la chatarra en un horno eléctrico y se localiza en el País Vasco, Cantabria, Navarra y Cataluña.
  2. La construcción naval ha sufrido una larga reconversión por la fuerte competencia de países asiáticos más baratos. En los últimos años ha mejorado al volcarse en innovaciones tecnológicas.
  3. La industria textil y de la confección se caracteriza por el abundante empleo y el minifundismo empresarial, aunque España cuenta con algunas grandes empresas líderes en el sector. Sufre la competencia de países más baratos asiáticos y norteafricanos.
  4. Otros sectores maduros sufren la competencia externa como el calzado, el mueble y el juguete, de gran implantación en la Comunidad Valenciana. O se enfrentan a la competencia de otros materiales, como la madera y el corcho.

Los sectores industriales dinámicos

Son ramas industriales caracterizadas por su alta productividad; por tener una elevada demanda interna y externa; y por contar con una destacada presencia de capital extranjero y multinacionales.
  1. El material de transporte cuenta con dos ramas muy dinámicas:
    • Automoción que fabrica vehículos y componentes. Es a la vez un sector maduro, que sufre competencia externa y amenaza de deslocalización. El automóvil, en manos de multinacionales, exporta la mayoría de la producción y tiene un importante mercado interno. Entre las fábricas automovilísticas destacan las de Palencia, Valencia, Valladolid y Zaragoza.
    • El material ferroviario incluye el material rodante y el sector auxiliar de equipo ferroviario. Ha cobrado un gran impulso gracias al desarrollo de la red de alta velocidad, que ha convertido a España en referente mundial, consiguiendo importantes proyectos internacionales.
  2. El sector químico comprende dos subsectores. La petroquímica o química de base se organiza en grandes complejos (Puertollano, Cartagena, Algeciras, Huelva, Santa Cruz de Tenerife). La química de transformación fabrica productos de consumo final: caucho para neumáticos, plásticos, colorantes, pinturas, barnices...
  3. Alimentos, bebidas y tabaco tienen un gran dinamismo exportador. En este sector destacan Cataluña, Andalucía y la Comunidad Valenciana.

Los sectores industriales punta o de alta tecnología

Son las ramas industriales impulsadas por la Tercera Revolución Industrial. Cuentan con alta intensidad tecnológica. En España, se han implantado más tarde y menos que en otros países europeos, debido a la dependencia del exterior en investigación y en tecnología.
  1. Los productos farmacéuticos. Se localizan en Cataluña y Madrid.
  2. La construcción aeronáutica y aeroespacial. Participa en importantes proyectos internacionales, como el avión Airbus y los helicópteros Tigre y en programas espaciales europeos y de la NASA.
  3. Electrónica y TIC, la carencia de algunas tecnologías y el reducido tamaño de la empresa.
  4. Biotecnología aplica la ciencia y la tecnología a organismo vivos para obtener conocimientos y bienes.

La estructura actual de la industria

  1. El peso del sector industrial es reducido, en comparación con otros países del entorno, tanto en el PIB como en la población ocupada.
  2. La mano de obra industrial ha experimentado cambios como resultado de la Tercera Revolución Industrial, que se resumen en descenso, cualificación, terciarización y desregulación.
    • El empleo industrial desciende por la deslocalización de muchos sectores intensivos en trabajo.
    • Aumentan la cualificación y la terciarización del empleo industrial. Se reduce el empleo en las tareas propiamente productivas, realizadas por trabajadores manuales. En cambio, aumenta el empleo en los servicios a la producción, realizados por trabajadores cualificados. Estos trabajan en las fases previas a la producción y en las fases posteriores.
    • El mercado laboral se desregulariza.
  3. Las empresas siguen presentando tamaño y rasgos contrastados. Las pequeñas y las medianas empresas, son más del 90%. Pero sus productos son más caros y menos competitivos al no permitir economías de escala; invierten poco en investigación y modernización. Por su parte, las grandes empresas son pocas y están a mucha distancia de las mayores de la Unión Europea.
  4. La investigación, la innovación y la creación de tecnología son insuficientes.
    • La inversión en I+D+i (investigación, desarrollo e innovación) es menor que en los países europeos más avanzados.
    • La innovación empresarial -de base tecnológica o no- es insuficiente.
    • La creación de tecnología es escasa y dependiente. España crea poca tecnología a causa de la insuficiente inversión en investigación.
    • Existe una excesiva orientación de la industria al mercado interior.

Las áreas industriales

La localización de la industria presenta desequilibrios territoriales, pues existen áreas industrializadas con distinto dinamismo -desarrolladas, en expansión y en declive- y áreas de industrialización inducida y escasa.

Las áreas industriales desarrolladas

Son los espacios centrales de las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona, consolidados como los centros principales de la industrias española.
Su evolución reciente ha sido doble. Por una parte, una pérdida de tejido industrial a causa de la reconversión de los sectores maduros y de la difusión de industrias hacia espacios más baratos. Por otra parte, una revitalización industrial, motivada por la implantación de las sedes sociales de las grandes empresas nacionales y multinacionales en edificios. Por la instalación de los sectores de alta tecnología en parques industriales y empresariales.
Como consecuencia, esas áreas pierden empleo industrial debido a la deslocalización de fábricas y a la terciarización del empleo, pero concentran el empleo más cualificado, las actividades más innovadoras y las mayores cifras de inversión en I+D+i.

Áreas y ejes industriales en expansión

Son zonas que están recibiendo implantaciones industriales resultantes de la difusión industrial y de la industrialización endógena.
  1. Las coronas metropolitanas de la periferia urbana y las franjas periurbanas de transición entre el espacio urbano y el rural. Atraen industrias tradicionales, nuevas o deslocalización desde las áreas centrales metropolitanas buscando reducir costes y hacer negocio con la venta del suelo urbano que ocupaban. Suelen ser pequeñas, poco capitalizadas y necesitadas de trabajo poco cualificado y flexible y dedicadas a producciones tradicionales. En otros casos, las coronas y franjas periurbanas instalan empresas innovadoras en parques tecnológico.
  2. Los ejes de desarrollo industrial se localizan a lo largo de las principales vías de comunicación. A nivel nacional, destacan los ejes del valle del Ebro y del Mediterráneo. Están relacionados, mediante una red de autopistas, con los principales centros nacionales y del sur de Europa. A nivel regional y comarcal sobresalen los ejes en torno a Madrid, que se extienden hacia las provincias limítrofes de Castilla-La Mancha.

Áreas y ejes industriales en declive y reestructuración

Son zonas en declive industrial desde la década de 1970, localizadas en la cornisa cantábrica y ciertos emplazamientos (Sagunto, Ferrol, bahía de Cádiz, Puertollano, Ponferrada y los valles del textil catalán). Las causas del declive son la especialización en sectores maduros que sufren la competencia de países más baratos, ocasionando desindustrialización, paro y emigración.
La reindustrialización ha encontrado dificultades, a causa de la escasa diversificación industrial motivada por el predominio tradicional de grandes fábricas; el escaso espíritu empresarial por el predominio histórico del sector público; la existencia de una mano de obra poco diversificada, poco cualificada y conflictiva. No obstante, existen casos de revitalización industrial, como el País Vasco a partir de 1995.

Áreas de industrialización inducida y escasa

Son zonas caracterizadas por la existencia de algunas grandes implantaciones industriales aisladas y por el predominio de industrias pequeñas.
  1. Las áreas de industrialización inducida se encuentran en Galicia, Aragón, Castilla y León, y Andalucía. Aquí se crearon enclaves industriales por las políticas de promoción industrial de la década de 1960. Es el caso del litoral atlántico de Galicia, de Zaragoza en Aragón, de Valladolid y Burgos en Castilla y León, y del triángulo Sevilla-Cádiz-Huelva en Andalucía.
  2. Las áreas de industrialización escasa son Castilla-La Mancha, Extremadura, Baleares y Canarias, debido a su localización poco competitiva.

La evolución reciente de los desequilibrios industriales

En los últimos años, los desequilibrios industriales se reducen en cuanto a la ocupación industrial debido a las tendencias difusoras de la industria.
En la ocupación industrial, entre 1990 y 2007 perdieron puestos de trabajo las provincias más industrializadas (Barcelona, Madrid), a causa de la terciarización y la difusión industrial; algunas provincias afectadas por el declive o ajuste de sus industrias tradicionales pesadas (Asturias, Cantabria, Bizkaia, Cádiz y Huelva) o ligeras (Alicante). Creció la ocupación en provincias receptoras de industrias desde provincias próximas (Guadalajara y Toledo respecto a Madrid o Araba respecto a Bizkaia y Guipuzkoa)
Entre 2008 y 2014, la ocupación industrial ha descendido en todas las provincias a causa de la crisis económica.
En tecnología e innovación, el mayor gasto en actividades innovadoras corresponde a las regiones industriales más desarrolladas (Madrid, Cataluña).
Las consecuencias de la desigualdad en la distribución de la industria son desequilibrios en el reparto de la población; en la riqueza; en la dotación de infraestructuras, equipamientos y servicios.